La tendencia está clara. Los horarios marcados pasan fácilmente a un segundo plano, tomar el aperitivo por la tarde, o comer en horario inglés son tendencia. Obviamente siempre hay que regirse por tener cierta disciplina para no perjudicar nuestra salud, pero ¿Por qué no le damos la vuelta al horario? Pongamos que un amigo hace escala en España camino de México y sólo podéis picar algo a las 11.00 o a las 23.00 ¿por qué no hacerlo?
Los buenos planes no entienden de horarios
Los ritmos y situaciones improvisadas de hoy día son, en muchas ocasiones, incontrolables. Los restaurantes de mayor éxito mantienen las cocinas abiertas con horarios non stop que permiten tomar el aperitivo por la mañana o una copa extra de vino bien entrada la noche. Cada vez son más los restaurantes que se unen a esta tendencia, cocina abierta todo el día para poder ir a cualquier hora. Todo son facilidades, se complica la idea de rechazar un buen plan a cualquier hora, ¿verdad?
En casa haz lo mismo y equípate con algunas delicatessen que tarden en caducar y que, llegado el momento, te sacarán del apuro. Ten siempre unas buenas conservas vegetales y de marisco (no escatimes con la calidad a la hora de elegir, la diferencia se nota). También embutidos y quesos envasados al vacío siempre de alta calidad (piensa en la tienda gourmet de tu barrio, sabrán aconsejarte). A partir de ahí, con la despensa preparada para la acción, cualquier excusa es buena para descorchar una botella de vino y hacer un picoteo improvisado con amigos.
Un vino para cualquier hora del día
Elige un buen vino que sea goloso al mediodía y gustoso por la noche para maridarlo. Que acompañe bien desde un foie (otro básico de fondo de despensa de calidad) hasta unos espárragos o mejillones en escabeche de la mejor marca que encuentres. Unos picos o tostadas de un pan de masa madre de tu panadería boutique favorita harán el resto.
El vino perfecto para las fechas navideñas
Ramón Bilbao Edición Limitada es también un aliado Premium para ocasiones especiales que puedan surgir en estas fechas (esos amigos o familiares que alargan la visita el 25, ese compromiso de trabajo al que agasajar en los días previos o esa persona especial a la que quieres mimar en Nochebuena) y que siempre te hará quedar bien si lo tienes a mano en tu vinoteca personal.
Un vino limpio, brillante y con densa lágrima. En nariz es intenso, rico en matices y complejo. En boca es untuoso y largo. Tan largo que, por cierto te aguantará incluso cuando hayas cambiado de año esa noche tan esperada.
Un vino que es moderno pero fácil de entender. Pura originalidad embotellada. Su color rojo rubí no puede ser más festivo y sus aromas nos llevan a un invierno cosy: ciruelas, moras, madera, cacao, tabaco… que nos invitan a mantita y sofá. ¿Por qué no pedirle una caja a los Reyes Magos? ¡Adelántate y haz tu lista pronto!
Presentado por Bodegas Ramón Bilbao