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Soy una ferviente admiradora de los pintxos vascos y no me canso de repetir que son una opción perfecta para cuando se celebran reuniones familiares en las que se junta mucha gente. Estos pequeños bocados que se pueden comer de pie y con las manos permiten que nuestros invitados puedan interactuar más cómodamente entre ellos para ponerse al día y, a los que cocinamos, nos regala un poco de tiempo para dar los últimos toques al que será el plato principal.

Pienso también que, para los invitados es mucho menos violento poder disfrutar de unos aperitivos a modo de picoteo informal desde el momento en el que llegan a nuestra casa que hacerlo sentados a la mesa con el sitio vacío de los que aún no han llegado. Además de estas manías personales y totalmente subjetivas, un picoteo formado por un surtido de pintxos al estilo de una taberna vasca es algo fácil de preparar y puede ser también una forma de aprovechar comida de celebraciones anteriores en estas fechas en las que se nos juntan varias.

El origen de los pintxos vascos

Según explica la revista Con mucha gulase cree que los pintxos nacieron en la década de los 30 del siglo XX en el bar La Espiga de Donostia. En esa época, esta capital vasca era el destino favorito de muchos veraneantes procedentes del resto de la península y a este bar, buscando atraer a estos visitantes, se le ocurrió ofrecer pequeñas porciones de comida muy bien presentadas. Sin proponérselo, con esta acción revolucionaron la manera de disfrutar del aperitivo.

Un siglo más tarde, las barras de pintxos son parte del patrimonio gastronómico de todo el País Vasco y la variedad es casi interminable, porque cada establecimiento tiene sus especialidades y la innovación es constante. Aunque para elaborar los pinchos se combinan solo unos pocos elementos, la cantidad de combinaciones es, como diría el gran Martín Berasategui, es estratosférica.

El montaje de los pintxos

En la mayoría de los casos, los pintxos van montados sobre una rebanada de pan fresco o tostado con algunas excepciones en las que la base puede ser una pequeña tartaleta, una rodaja algo gruesa de patata frita crujiente, una croqueta o que los elementos del pintxo se presenten en forma de rollito. Aunque pueden ser calientes, la mayoría son bocados fríos y se montan apilando los distintos ingredientes que se sujetan con un palillo.

A continuación, os dejamos 21 ideas de pintxos con los que convertir tu salón en una barra al más puro estilo donostiarra.

  1. Gilda. El pintxo por excelencia. Solo lleva 3 ingredientes, aceituna verde sin hueso, anchoa y piparra encurtida. Se pueden preparar variantes que incorporan también un pequeño dado de queso curado o un boquerón en vinagre.
  2. Tortilla de patata con pimiento verde. Una opción de aprovechamiento, tortilla de patata cortada en dados y encima una tira de pimiento verde asado o un pimiento de Padrón frito.
  3. Txaka. Otro de los clásicos de las barras de pintxos es esta ensalada de "cangrejo" que, en realidad, se prepara con surimi. Es tan sencillo como mezclar surimi rallado con mayonesa y huevo cocido rallado hasta tener una pasta que se unta sobre una rebanada de pan. Más fácil, imposible.
  4. Jamón y queso con membrillo. Una explosión de sabor, todo el umami del jamón y el queso con el dulzor del membrillo forman una combinación irresistible.
  5. Cocochas al pil-pil. Simple, pero delicioso. Una cococha de merluza al pil-pil sobre una rebanada de pan tostado. También puede hacerse con una pequeña tajada de bacalao y es perfecto para reutilizar sobras de esta receta.
  6. Champiñones con jamón. Sobre una rebanada de pan, se coloca una loncha de jamón ibérico o serrano que esté rico y encima una cucharada de champiñones al ajillo.
  7. Manzana con foie. Se cortan las manzanas en rodajas y se doran a fuego lento en una sartén con una pizca de mantequilla hasta que se caramelicen ligeramente. Para montar el pincho, sobre pan tostado, ponemos un pequeño medallón de foie y lo cubrimos con una rodaja de la manzana caramelizada.
  8. Ventresca con pimiento del piquillo. Otro habitual. Rebanada de pan, pimiento del piquillo y una lasca de ventresca de atún o de bonito.
  9. Txistorra con huevo. Sobre la rebanada de pan se coloca un huevo de codorniz frito, un trocito de chistorra pasada por la sartén y, opcionalmente, se puede poner un puñadito de patatas paja que daré un toque crujiente a este "plato combinado" en miniatura.
  10. Croqueta de jamón con pimientos caramelizados. Podemos poner o no base de pan, dependiendo de si la masa de la croqueta es más o menos consistente. La gracia está en coronar la croqueta con una tira de pimiento del piquillo caramelizado.
  11. Anchoa y boquerón. Una combinación que en algunas zonas se conoce como "matrimonio". Un bocado que combina dos elaboraciones y texturas hechas con un único pescado, anchoa en salazón y boquerón en vinagre.
  12. Piquillo relleno de brandada de bacalao. Se puede introducir el relleno y colocarlo así tal cual sobre el pan, decorando con un poco de perejil, o puede pasarse el pimiento ya relleno por harina y huevo y freírse. También puede sustituirse la brandada de bacalao por una brandada de coliflor. Todas las versiones resultan deliciosas.
  13. Setas con alioli. Rebanada de pan con seta a la plancha y una cucharadita de alioli por encima.
  14. Morcilla con manzana. Rebanada de pan -fresco o tostado-, rodaja de manzana caramelizada -ver el número 7- y rodaja de morcilla de arroz a la plancha.
  15. Langostino con beicon. Un langostino grande pelado y envuelto en una fina loncha de beicon que se cocina a la plancha y se sirve sobre una rebanada de pan fresco.
  16. Salmón ahumado con queso. Una rebanada de pan fresco untada con queso tipo Philadelphia o con una loncha de queso fresco sobre la que se coloca una lonchita de salmón ahumado y algunas alcaparras picadas.
  17. Champiñón con gamba al ajillo. Otra combinación clásica que también es muy popular en Logroño. Un champiñón sin el pie cocinado a la plancha relleno con una gamba grande o un puñado de gambitas cocinadas al ajillo.
  18. Patata y mejillón. Sobre una base de patata frita crujiente se coloca un mejillón en escabeche.
  19. Calamares con alioli negro. Sobre una rebanada de pan, colocamos una anilla o una raba de calamar a la romana cubierto con un poco de alioli negro hecho con tinta de calamar.
  20. Jamón y espárrago. Se forma un rollito con una loncha de jamón serrano, un poco de queso crema y una punta de espárrago.
  21. Bacalao con pisto. Sobre una rebanada de pan fresco o tostado se pone una loncha de bacalao ahumado y se corona con una cucharada de pisto.