Algunas regiones de España, como esta Galicia en la que vivo y a la que tanto adoro, podrían considerarse algo así como zonas "patatodependientes", los que vivimos en ellas es como si tuviésemos un gen formando parte de nuestro ADN que nos obliga a comer a diario alguna receta con patatas, acompañando a cualquier plato o incluso solas como estas patatas gajo al horno, que son una guarnición perfecta para un plato de carne o un aperitivo perfecto si las servimos con alguna salsa para mojar.

Si conocéis a alguna persona oriunda de esas regiones seguramente habéis tenido ocasión de comprobar que ni la mejor de las carnes o el más suculento de los pescados les acaba de convencer si no lleva al lado alguna patata.

En el resto de España, aunque no con tanto fervor, las patatas también son manjar apreciado, pues son un alimento abundante, barato y versátil. No en vano es el ingrediente fundamental para preparar uno de los platos más populares y polémicos de la cocina española, la universalmente conocida tortilla de patata.

Propiedades nutricionales de las patatas

Según la Fundación Española de la Nutrición "en la composición de la patata cabe destacar el contenido en hidratos de carbono, mayoritariamente en forma de almidón y una pequeña proporción como glucosa, fructosa y sacarosa; El ser uno de los vegetales con mayor contenido en almidón explica su aporte calórico (88 kcal/100 g de patatas). La fibra está presente en cantidades discretas.

Es fuente de vitamina C, si bien una parte considerable de la misma puede perderse durante el proceso de cocción. Para preservar su contenido, es recomendable cocinarlas al vapor o al horno (envueltas en papel de aluminio). La cantidad vitamina C contenida en una patata cruda de tamaño medio equivale al 46% de las ingestas recomendadas para hombres y mujeres de 20 a 39 años con una actividad física moderada. Otros aportes como los de la vitamina B6, cubren el 21% de las ingestas recomendadas para este grupo de población.

La patata aporta minerales como el potasio. Este contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos.

La patata también aporta carotenoides, siendo la violaxantina, anteraxantina, luteína, los más abundantes, mientras que la neoxantina, beta-criptoxantina, zeaxantina y b-carotenos se encuentran en cantidades menores".

Cómo hacer patatas gajo al horno

Plateresca iStockPhoto

Ingredientes

  • Patatas nuevas de tamaño mediano, 1 kg
  • Aceite de oliva virgen extra, 2 cucharadas
  • Sal, 1 cucharadita
  • Pimienta recién molida, 1 cucharadita

Paso 1

Ponemos a calentar el horno a 225ºC para que vaya cogiendo temperatura y aprovechamos para lavar bien las patatas, si es necesario nos ayudaremos de un estropajo - ¡sin jabón!- para frotar la piel y retirar cualquier resto de tierra. Las secamos bien.

Paso 2

Cortamos las patatas en mitades a lo largo y luego, cada una de las dos mitades, en gajos. Salpimentamos y rociamos con el aceite. Con ayuda de las manos mezclamos bien para que los trozos queden embadurnados en el aceite y la sazón. Con sal y pimienta quedan estupendas, pero podemos darle un toque personal añadiendo otras especias como pimentón, mostaza en polvo, etc

Paso 3

Forramos una bandeja con papel de horno y disponemos las patatas encima en una sopa capa, sin que se amontonen. Horneamos durante unos 20 minutos a 225ºC hasta que se hayan dorado por la parte superior, les damos la vuelta a los trozos y horneamos durante otros 20 o 25 minutos hasta que estén completamente doradas, crujientes por fuera y tiernas por dentro.

Las patatas gajo o patatas deluxe se han hecho famosas en España gracias a los establecimientos de comida rápida y suelen prepararse en frituras bastante grasientas, pero también podemos conseguir una versión riquísima cocinándolas en el horno en casa. La clave del éxito está en usar unas patatas nuevas de piel fina, especialmente recomendadas las variedades de carne amarilla como la Kennebec, Monalisa o Spunta.

Paso 1

Ponemos a calentar el horno a 225ºC para que vaya cogiendo temperatura y aprovechamos para lavar bien las patatas, si es necesario nos ayudaremos de un estropajo - ¡sin jabón!- para frotar la piel y retirar cualquier resto de tierra. Las secamos bien.

Paso 2

Cortamos las patatas en mitades a lo largo y luego, cada una de las dos mitades, en gajos. Salpimentamos y rociamos con el aceite. Con ayuda de las manos mezclamos bien para que los trozos queden embadurnados en el aceite y la sazón. Con sal y pimienta quedan estupendas, pero podemos darle un toque personal añadiendo otras especias como pimentón, mostaza en polvo, etc

Paso 3

Forramos una bandeja con papel de horno y disponemos las patatas encima en una sopa capa, sin que se amontonen. Horneamos durante unos 20 minutos a 225ºC hasta que se hayan dorado por la parte superior, les damos la vuelta a los trozos y horneamos durante otros 20 o 25 minutos hasta que estén completamente doradas, crujientes por fuera y tiernas por dentro.

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