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El verano es el tiempo ideal para compartir comidas y cenas de picoteo con familia y amigos, ¡cualquier excusa es buena para juntarnos alrededor de una mesa! Y una de las estrellas del picoteo suelen ser las croquetas porque las podemos hacer de infinidad de sabores y gustan prácticamente a todo el mundo.
Ingredientes
Para elaborar las croquetas de chistorra:
- Mantequilla, 60 g
- Harina, 60 g
- Leche entera, 500 g
- Chistorra, 150 g
- Sal, al gusto
- Pimienta, al gusto
- Ajo molido, al gusto (opcional)
- Pimentón picante, media cucharadita (opcional)
Para rebozar y freír:
- Huevo, para rebozar
- Pan rallado fino, para rebozar
- Pan rallado grueso, para rebozar
- Aceite de oliva virgen extra suave, para freír
Hoy vamos a preparar unas croquetas de sabor intenso y muy aromáticas. Vamos a utilizar chistorra o txistorra, que es un embutido de origen navarro elaborado con carne de cerdo y que contiene entre otros ingredientes pimentón, que le da su característico color rojizo.
Elaboración de las croquetas de chistorra
01: Desgrasamos la chistorra y reservamos
Para que las croquetas no nos resulten pesadas, vamos a comenzar desgrasando la chistorra y para ello la desmenuzaremos y la pasaremos por la sartén.
La podemos trocear con un cuchillo o con robot de cocina. Yo lo he hecho con la Thermomix, para ello cortamos la chistorra en trozos de unos 4 cm y le damos de 5 a 7 golpes de turbo a 0,5. Te parecerá que has hecho puré de chistorra, pero no te preocupes, ya verás como cuando frías el troceado en la sartén se vuelve a quedar como en trocitos. En casa nos gusta encontrarnos trocitos pequeños del ingrediente principal de las croquetas pero si en la tuya os gustan los trocitos más grandes trocea menos la chistorra.
Calentamos una sartén antiadherente y echamos la carne de la chistorra sin añadir nada de aceite. Removemos y dejamos que se haga durante unos minutos, verás que la chistorra irá soltando bastante grasa. Retiramos la carne de la chistorra y la ponemos en un plato sobre papel absorbente de cocina mientras cocinamos la bechamel. Añadiremos la chistorra a la bechamel cuando falten unos diez minutos para tener lista la masa de las croquetas.
02: Preparamos la bechamel y dejamos enfriar
Ponemos al fuego una cazuela baja o sartén y añadimos la mantequilla. Cuando se haya fundido añadimos la harina y removemos con unas varillas. Dejamos que se cocine la harina durante unos minutos para que pierda el sabor a crudo.
Añadimos un tercio de la leche tibia y continuamos removiendo para que no se nos formen grumos. Antes de añadir otro chorrito de leche dejaremos que la masa absorba la que hemos añadido anteriormente.
Seguimos cocinando y añadiendo la leche sin parar de remover. Salpimentamos, añadimos el ajo granulado, que le dará un delicioso sabor, y un poco de pimentón picante, si nos gusta el puntito picante, o en caso contrario añadiremos pimentón dulce.
Cuando veamos que la bechamel está casi lista añadimos la chistorra que teníamos reservada y mezclamos bien para que la masa coja todo el sabor de la chistorra.
Probamos y rectificamos de sal o especias.
La masa de las croquetas estará lista cuando tengamos una masa lisa y cremosa y al pasar una espátula por el fondo de la sartén esta deje un surco.
Vertemos la masa en una fuente y la tapamos con film transparente a piel para que no se forme costra.
Dejamos enfriar a temperatura ambiente y refrigeramos unas horas para que la masa se endurezca y sea manejable.
03: Damos forma a las croquetas y las freímos
Para dar forma a las croquetas cogemos con ayuda de una cuchara una porción de masa y le damos forma con las manos. En este caso he las he hecho redondas y de tamaño regular como para comer en dos bocados, que es como más nos gustan en casa, pero también las puedes hacer cuadradas, ovaladas, bolitas más pequeñas de bocado, etc.
Pasamos cada croqueta por pan rallado fino, después por huevo bien batido y seguidamente por pan rallado grueso. De esta forma conseguiremos unas croquetas cremosas envueltas en un rebozado consistente y bien crujiente. Puedes sustituir el pan rallado fino por harina, a tu gusto.
En el proceso de rebozado es muy importante que batamos bien los huevos hasta que no queden trozos de clara, ya que estos trozos se pegan al pan rallado y producen grumos que impiden que consigamos un rebozado liso y regular.
Freímos las croquetas en abundante aceite de oliva en un cazo o freidora hasta que estén doradas. Debemos freírlas en tandas de pocas unidades para que el aceite no baje de temperatura. A medida que las freímos las pasamos a un colador y posteriormente a un plato con papel de cocina absorbente para eliminar el exceso de grasa.
04: Servimos las croquetas de chistorra
Servimos las croquetas calientes, para que el interior esté bien cremoso. Las podemos acompañar con unos trocitos de chistorra frita, una ensalada verde, o unos pimientos del piquillo asados, por ejemplo.
Me gusta acompañar estas croquetas con un txakoli, una sidra, o una cerveza bien fresquita, pero tampoco le va nada mal un vino tinto que sea de nuestro agrado.
Resultado
Estas croquetas de chistorra son sabrosas y nada pesadas, ya que como primero hemos hecho la chistorra aparte, hemos conseguido quitar buena parte de la grasa que pudiera tener, conservando todo el sabor de la carne adobada, por lo que resultan realmente deliciosas.
Las croquetas son perfectas para un aperitivo o una cena y como además congelan estupendamente, las podemos preparar con anterioridad, congelar y sacar en función de las necesidades. De esta forma, podemos hacer un picoteo estupendo a base de un surtido de croquetas de diferentes sabores. De hecho, es una buena idea dar una forma distinta a cada variedad de croquetas que preparemos, así cuando las sirvamos en la mesa será más fácil identificarlas.
El momento de congelarlas es después de rebozarlas, y cuando queramos cocinarlas podremos hacerlo sin descongelarlas previamente, para ello deberemos freírlas a una temperatura de unos 150ºC para que el interior quede cremoso y calentito y el exterior quede crujiente y no se queme.