Vuelvo con una idea de receta muy adecuada para las próximas fiestas, unas navajas al ajillo que son facilísimas de hacer y se salen un poco de las típicas cigalas y langostinos cada vez más habituales en las mesas navideñas.

Ni qué decir tiene que podemos hacer la receta tanto con navajas -de sabor más fino y delicado- como con longueirones -de sabor más intenso y precio más económico-.

Preparación de las Navajas al ajillo

Al igual que las almejas, las navajas hay que dejarlas en remojo con agua salada durante al menos media hora para que suelten las arenillas.

En ese tiempo aprovechamos para mezclar los ajos prensados, el aceite de oliva virgen extra y el perejil fresco picado.

Para cocinar las navajas las escurrimos bien, pincelamos una plancha o sartén con aceite del que hemos preparado con el ajo y el perejil, la ponemos a calentar, colocamos nuestras navajas y tapamos para que con el vapor que se genera se vayan abriendo.

Exprimimos el limón y añadimos el zumo a la mezcla de aceite, ajo y perejil junto con una pizca de sal.

Cuando nuestras navajas se hayan abierto, retiramos el agua que hayan podido soltar, añadimos la mezcla anterior y subimos el fuego para que se reduzca el zumo de limón. Cocinamos durante 2 o 3 minutos meneando la sartén de vez en cuando y servimos calientes.

Resultado

Las navajas al ajillo son una receta sencillísima de esas que se pueden dejar casi hasta el último minuto y son un entrante muy apreciado para cualquier comida festiva, no solo en navidad.

Además, tratándose de marisco, se trata de un plato que aporta gran cantidad de proteínas y si no nos zampamos media barra de pan con la salsita que se forma, tampoco será un plato excesivamente calórico.