- Total: 10 min
- Comensales: 1
Y vuelvo a la carga con cosas ricas y ligeras, que sé que sois muchos los que os estáis empezando a tomar más en serio lo de comer un poco más sanote y como es algo que me encanta, aquí estamos otra vez con otra idea baja en calorías que podréis preparar hasta si os liáis la manta a la cabeza organizando una comida de lo más formal. Con este tartar de tomate y jamón el éxito y la cara de sorpresa de los comensales está asegurada.
Ingredientes
- Tomate, 1 grande (*)
- Jamón serrano en taquitos, 30 g
- Tomates secos en aceite, 3
- Cebolleta, la parte verde de una pequeña
- Brote de puerro, 1 (opcional)
- Sal
- Pimienta
- Aceite del de hidratar los tomates, 1 cucharada
- Wasabi en pasta, 1 cm (**)
- Salsa Perrins, 1 cucharadita
- Mostaza, ½ cucharada
- Para el aliño del tartar de tomate:
- (*) Rojo y maduro, pero que no esté blandurrio.
- (**) Se puede variar la cantidad en función de lo que nos guste el picante.
Y es que este tartar de tomate, no deja de ser una ligera ensalada en la que el simple hecho de invertir 3 minutos más en dar el corte adecuado al tomate y elegir un aliño menos habitual hace que lo que podía ser un tomate picado en el plato que a la mayoría ni fú ni fá, se convierta en un entrante o en una guarnición de lujo, saludable y bien barata.
Preparación del Tartar de tomate y jamón
Tomad nota que es sencillísimo 🙂
Tenemos que pelar el tomate, preferiblemente con un pelador de hoja serrada tal como os contamos aquí, retirar las semillas con ayuda de una cucharilla y cortarlo en concasse, que quiere decir en dados de unos 5 mm. Cortamos también el tomate seco en cuadraditos y el brote de puerro y la cebolleta. Lo mismo con el jamón si no está en dados.
Preparamos el aliño mezclando todos los ingredientes en un cuenco y batiendo con un batidor de varillas hasta emulsionar. Recordad cuál es la mejor forma de mover las varillas para conseguir una mejor emulsión.
Ya solo falta mezclar todos los ingredientes que tenemos cortados, salpimentar al gusto, añadir el aliño y mezclar cuidadosamente con una cuchara para que no se machaquen los trozos de tomate.
Yo en esta ocasión lo he puesto sobre una cama de lechuga Trocadero y ha sido una guarnición perfecta para un filete de pechuga de pollo a la plancha. Cualquiera diría que estoy a dieta, ¿verdad?
Resultado
Insisto una y mil veces, sobre todo a los que vivís solos y por la pereza que os da cocinar acabáis comiendo lo primero que se os pone delante, se puede cocinar para uno solo comiendo equilibrado y sin tener que fundir la tarjeta de crédito. Es cuestión de un poco de imaginación y de el pequeño esfuerzo de dedicarle unos minutos cada día.
Además, viváis solos o no, no me digáis que no mola más decir que te has hecho para comer un tartar de tomate en vez de decir que has comido un filete de pollo con un tomate picado… aunque venga siendo lo mismo. Y es que al final, gran parte del éxito está en cuidar los detalles.