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Hace unos días, pensando en cocinar algo para el blog, se me ocurrió preguntar en casa a ver si me daban alguna idea y, sin titubear, la respuesta fue “hace un siglo que no haces calamares a la romana” y caí en la cuenta de que aún no los habíamos publicado. Dicho y hecho, al día siguiente para comer preparé estos calamares a la romana sin huevo, pues después de muchas pruebas a lo largo de años de experiencia cocinillas, he llegado a la conclusión de que el mejor resultado para obtener un rebozado crujiente por fuera, esponjoso por dentro, que no se chupe todo el aceite de la sartén y con el que no nos juguemos el físico al freír con las temidas salpicaduras es el que os vamos a explicar hoy.
Ingredientes
- Anillas de calamar, 500 g
- Aceite para freír
- Harina de arroz, 70 g
- Harina de maíz, 60 g
- Harina de garbanzo, 50 g
- Sal, 5 g
- Impulsor químico tipo Royal, ¼ cucharadita
- Agua, 300 ml
Estos calamares a la romana sin huevo, quedan muy crujientes gracias al uso de harinas de arroz, de maíz y de garbanzo, por lo que no llevan gluten y son aptos para celíacos.
Preparación de los Calamares a la romana sin huevo
Lo primero que debemos hacer es secar muy muy bien los calamares con papel absorbente, presionando bien, así conseguiremos que al freírlos no se produzcan las temidas salpicaduras que nos acaban quemando. Por lo que si tenéis la costumbre de dejarlos a remojo en leche o en gaseosa para que queden más tiernos, recordad que antes de seguir hay que secarlos lo máximo que podamos.
En un bol mezclamos los ingredientes secos, es decir, los tres tipos de harina, la sal y el impulsor químico. Debemos mezclarlos bien.
Añadimos el agua y batimos con las varillas hasta obtener una papilla homogénea.
Echamos las anillas de calamar en la papilla y les damos unas vueltas para que se embadurnen bien mientras ponemos a calentar abundande aceite en una sartén. Los calamares deben freírse a fuego alto (10/12) , para que el rebozado se haga enseguida y que los calamares no queden como chicle. Esto es porque los calamares tienen dos puntos de cocción, el primero es muy rápido y el segundo es de unos 30 minutos, entre medias quedan duros y chiclosos. Al freír, nos interesa el rápido.
Debemos freír pocas anillas de cada vez para que no se baje la temperatura del aceite.
Según vamos sacando una tanda de la sartén, la dejamos escurrir en un colador para que el rebozado se mantenga crujiente, y cuando esté lista la siguiente tanda de fritura pasamos la primera a un plato para dejar libre el colador. Es decir, que la segunda tanda no nos suelte el aceite sobre la primera 🙂
Resultado
Servimos inmediatamente. Podemos acompañarlos de salsa alioli, mayonesa, salsa andaluza, limón, una ensalada o servirlos en bocadillo con el acompañamiento que más os guste.
El mismo rebozado sirve para las rabas de calamar, o para preparar merluza a la romana. Si soléis preparar con frecuencia este tipo de frituras, una forma de ahorrar tiempo es tener la mezcla de harinas ya preparada en la despensa en una bolsa bien cerrada, somo si fuesen los preparados para rebozar, así cuando la necesitemos no tenemos que estar pesando cada cosa, sino que simplemente necesitaremos mezclar una medida -por ejemplo un vaso o una taza- de harina con medida y media de agua.