Hoy os traemos un clásico entre los aperitivos que más se consumen en Nueva York, que de vez en cuando hay que darse un paseo por la gastronomía de otras tierras y descubrir cosas nuevas.

Además de cosmopolita, es un aperitivo que se prepara en un santiamén y que es un vicio. Para que os hagáis una idea, mi chico dice que no son para picotear, sino para cogerse un bol y comerlos como si fueran palomitas. Aunque como son bastante calóricos, es mejor consumirlos moderadamente.

Preparación de raviolis crujientes

1. Ponemos a calentar aceite a fuego medio alto (8/12).
2. Remojamos los raviolis en leche durante unos segundos, los pasamos por huevo batido y pan rallado y los ponemos a freír en el aceite caliente. Cuando estén dorados por un lado, les damos la vuelta para que se dore el otro lado.
3. Cuando estén dorados por ambos lados, los retiramos a un papel absorbente para que escurran el exceso de aceite.
4. Los servimos acompañados de nuestras salsas favoritas.

Resultado

En casa a veces lo hago también como receta de aprovechamiento, esas veces que sobran unos cuantos raviolis de un paquete de pasta fresca y amenazan con morir en la nevera si no hacemos algo pronto con ellos.

Si en vez de pasta fresca comprada, la hacéis con raviolis caseros, el aperitivo pasa de estar buenísimo a ser un aperitivo de lujo.