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Después de un par de recetas algo complicadillas, hoy os traigo una que no puede ser más fácil (pero no por ello menos deliciosa): Bruschetta al pomodoro, o lo que es lo mismo, tosta de tomate.
Ingredientes
- pan de molde tipo rústico o pan de barra u hogaza cortada en rebanadas gruesas
- un par de tomates maduritos
- sal
- pimienta
- aceite de oliva virgen de la mejor calidad que tengas
- un diente de ajo
- albahaca fresca
Me enamoré de este entrante cuando estuve en Roma. Me gustaba tanto que a pesar de que este plato se sirve como antipasto, o aperitivo, yo lo pedía también para desayunar junto con mi capuccino, como si fuera un desayuno andaluz con su tostada de tomate rallado. La gente me miraba raro, supongo que como miro yo a los alemanes que cenan paella, pero me daba igual 😛
Después, me re-enamoré de la receta tras ver la película Julie & Julia. Si no la habeis visto, deberíais hacerlo cuanto antes porque es de esas pelis que transmiten sabores y olores de una manera tan real que casi parece que saboreas lo que estás viendo. Justo al principio de la película Julie Powell, la chica protagonista, prepara una cena rápida para ella y su marido e incluye estas tostas. La escena es taaaan apetitosa que mientras la venía, tuve que parar la película para preparar unas tostas en ese mismo momento.
… Vale, ya está. Dale al play.
Preparación
Lo primero que haremos será preparar los ingredientes para tenerlos listos y montarlos en cuanto tengamos el pan en su punto.
Así que lo primero será cortar los tomates en brunoisse (es decir, en taquitos o cuadraditos). No tienen por qué ser necesariamente muy pequeños. No queremos tomate rallado sino que los trozos de tomate sean visibles. También podríamos usar tomatitos cherry; en ese caso los cortaríamos símplemente por la mitad.
Procede a picar la albahaca y reserva.
Seguidamente pon en una sartén, dos o tres cucharadas soperas de aceite y ponlo a calentar. Cuando esté caliente, fríe el pan. No se trata de freirlo en plan “picatostes”. No hay que poner una piscina de aceite, sólo lo suficiente para que lo podamos tostar, para que quede crujiente y a la vez bien “pringadito” de aceite.
Cuando el pan esté tostado a tu gusto, saca las tostas y frota la mitad de un ajo sobre la superficie del pan. Repite la operación con todas las tostas.
Pon el tomate sobre el pan, sazona al gusto con la sal y la pimienta (también puedes ponerle algo más de aceite por encima si quieres) y decora con la albahaca fresca picada.
Sirve de inmediato y degusta con el pan aún caliente.
¡¡Mmmmmm!!
Resultado
Delicioso a cualquier hora.