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El invierno se ha instalado de golpe y sin previo aviso prácticamente. Si nos quejábamos de que el otoño era algo anómalo en cuanto a temperaturas y parecía no instalarse del todo, por fin y antes de tiempo el invierno se está dejando notar. Los días fríos como el de hoy me entusiasman, pero para estar en casa y relajado. Pero si la rutina nos marca las horas y no podemos disfrutar en casa de estos días tan fríos y desapacibles qué mejor que hacer un buen estofado o guiso de pavo, como el que os presento en esta ocasión.
Ingredientes para elaborar el guiso de pavo
- Patatas variedad Monalisa, 400 g
- Judías verdes, 140 g
- Carne de pavo para estofar, 450 g
- Caldo de ave, 850 ml
- Vino blanco, 150 ml
- Laurel, 1 hoja
- Pimentón dulce de la Vera, 1 cucharadita
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra, 4 cucharadas
- Zanahoria mediana, 3 ud
- Cebolla mediana dulce, 1 ud
- Ajo, 2 dientes
- Colorante, ½ cucharadita
- Tomate triturado, 200 g
Elaboración del guiso de pavo
01: Preparar los vegetales
Cortamos muy finamente la cebolla. Aparte pelaremos y cortaremos en rodajas no muy gruesas las zanahorias. Pelamos y cortamos las patatas “chascándolas”, es decir dando un pequeño corte en la patata y girando la hoja del cuchillo para terminar de arrancar el trozo de patata.
Mientras, ponemos los ajos a dorar en una cazuela con el aceite de oliva virgen extra. Si no os importa encontraros el ajo mientras coméis el guiso, podéis obviar este paso y picarlo muy finamente añadiéndolo junto a la cebolla. En caso de que no os guste como a mí el hecho de encontraros el ajo en el guiso por fino que esté cortado, tened cuidado de que los dientes no se doren en exceso ya que podrían amargar. Lo que buscamos es que deje todo su sabor en el aceite que será la base del guiso y donde irá rehogada la cebolla, la carne y el resto de ingredientes. Retiramos y echamos la cebolla. A fuego medio rehogamos durante unos 10 minutos o hasta que la cebolla empiece a transparentar.
02: Marcar la carne
Cortamos en pedacitos no muy grandes el pavo, de bocado más o menos, y lo salpimentamos, también podéis pedir a vuestro carnicero de confianza que os corte los pedazos más jugosos del pavo para elaborar un estofado. A mí con pechuga de pavo me da la sensación de que queda menos jugoso el guiso, ya que la pechuga es siempre la parte más seca del pollo y del pavo. A continuación, y con la cebolla ya a punto echamos la carne en la cazuela y subimos un poco el fuego. Marcamos bien con cuidado de que la cebolla no se queme ni se dore en exceso la carne.
03: Incorporar el resto de ingredientes y cocer
Una vez marcada la carne, agregamos las patatas, las judías verdes y la zanahoria. Rehogamos removiendo bien unos 3 minutos. Agregamos entonces el vino blanco y dejamos que evapore el alcohol durante 2 minutos más. Una vez haya evaporado el alcohol agregamos la cucharadita de pimentón dulce y removemos durante un minuto con cuidado de que no se queme éste. A continuación, agregamos el tomate triturado y removemos durante 2 minutos más. Agregamos ahora el caldo de ave y la hoja de laurel. Cocinamos durante 40 – 50 minutos a fuego medio-bajo para que quede más bueno el guiso.
04: Servir
Una vez esté cocida la patata, probamos y rectificamos de sal en caso de ser necesario. Servimos directamente nuestro guiso de pavo y ya podemos disfrutar de este maravilloso plato de cuchara que ya con olerlo alimenta.
Resultado
Como os venía diciendo, este guiso, aunque sea de pavo y verduras me parece un plato para chuparse los dedos. Sólo volver a pensar en éste me abre el apetito y es que no es para menos. Sí, aparentemente es un guiso más de carne, pero os aseguro que pese a la sencillez que presenta en cuanto a su cocinado el sabor es brutal. Sabor, tradición y mucho amor que es el ingrediente principal de este guiso y de cualquier receta que se preste.
Trucos para aprovechar el guiso de pavo al máximo
En cuanto a las verduras que podéis añadir, es algo que puede ir al gusto del consumidor, pues puedes añadirle guisantes, boniato, chirivías, nabos, apio… casi cualquier hortaliza que te guste o tengas a mano por la nevera va a quedar bien en este tipo de guisos. A mí me gusta con judías verdes, los trocitos de zanahoria que junto con las patatas podríamos prescindir prácticamente de la carne.
Si lo hacéis la noche anterior os aseguro que al día siguiente con solo calentarlo estará incluso más bueno que recién hecho. Normalmente lo hago el día anterior y así ya tengo la comida lista para calentar en un momento. Un guiso que insisto, no tengáis miedo a guardar de un día para otro bien protegido en el frigorífico porque los sabores se intensifican más. Lo que sí os puedo asegurar es que entra muy bien y os quitará el frío del cuerpo en un instante.
No se os ocurra desperdiciar ese caldo que además queda algo espeso por la acción de la fécula de las patatas, aunque si veis que os queda muy líquido el guiso, cosa que puede suceder si usáis otro tipo de patata que no sea tan adecuada para cocer como la Monalisa, y lo queréis espesar más siempre podéis disolver en un medio vaso de agua una cucharada de fécula de maíz e incorporarla cuando esté hirviendo todo. No obstante, y a no ser que os excedáis con el caldo, no debería de quedaros demasiado líquido. En cualquier caso, el caldo sobrante ni se os ocurra tirarlo, pues os vendrá de perlas para preparar otros platos como un arroz o una crema de verduras.
Otras recetas para combatir el frío
He de reconocer que de pequeño este tipo de guisos eran de mis platos menos apreciados. No obstante, de grande los he sabido apreciar como se merecen. Porque los platos de cuchara, con su caldito y ese sabor que quita el sentido son ya un clásico en casa los días de frío. Aunque este guiso de pavo es realmente una propuesta muy saludable, no os olvidéis de que ya os hemos presentado otras propuestas muy diversas y apetecibles para combatir el frío y duro invierno como:
- Lentejas con pollo al curry
- Sopa de verduras con aires orientales
- Sopa de coliflor vegana
- Andrajos de Jaén con conejo
Guiso de pavo, un plato equilibrado
Considero además que es un plato muy equilibrado nutritivamente hablando ya que tenemos la proteína animal, los carbohidratos lentos de los vegetales, los rápidos de las patatas y las grasas cardiosaludables que aporta el aceite de oliva virgen extra. Si además lo acompañamos de un trocito de pan ya es sublime porque así podéis rebañar bien el plato. Os animo a que hagáis este guiso de pavo que está de puro escándalo y seguro que queréis repetir.