Patatas en una olla, cocinándose en agua hirviendo.

Patatas en una olla, cocinándose en agua hirviendo. iStock

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Adiós a hervir las patatas en agua: el sencillo truco que arrasa en España para potenciar su sabor sin añadir calorías

Si siempre hierves las patatas en agua, es hora de descubrir el truco que está revolucionando las cocinas en España.

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Las patatas son un ingrediente básico en muchas cocinas alrededor del mundo, lo que nos permite conocer distintas formas de prepararlas alrededor de todo el planeta. En este sentido, aunque desde siempre hemos hervido las patatas en agua, existe un método que permite multiplicar su sabor.

En la cocina danesa, en lugar de hervir las patatas en el agua, como mencionamos, optan por hacerlo en caldo de verduras o carne, lo que puede marcar una clara diferencia a la hora de preparar este tipo de elaboraciones. Con este caldo se consigue un sabor más profundo, haciendo que esas patatas sean el acompañamiento perfecto para una infinidad de preparaciones. También hay que tener en cuenta que, si se pelan las patatas o se cortan antes de cocerlas, se conseguirá que puedan absorber más los sabores del caldo. 

Por otro lado, para todos aquellos que quieran disfrutar de unas patatas con una textura cremosa y rica, una posibilidad es la de hervir las patatas en leche, un método que es perfecto para preparar un buen puré de patatas, dado que les aporta una suavidad que lo hace destacar en cualquier plato. Asimismo, algunos cocineros recomiendan agregar jugo de limón o un toque de vinagre al agua de cocción.

Con este truco se consigue evitar que las patatas se puedan deshacer u oscurecer, pero al mismo tiempo se consigue potenciar su sabor natural. De igual modo, los amantes de los sabores más tradicionales, pueden optar por añadir hierbas y especias como comino, romero o tomillo durante la cocción. Las especias favorecen disfrutar de un aroma agradable y un toque especial.

Independientemente de que se estén preparando como guarnición, como base para un exquisito puré o como plato principal, con estos pequeños consejos se podrán conseguir unas patatas con un toque gourmet muy especial.

Antes de cocer las patatas

Antes de comenzar a cocer unas patatas, hay una serie de aspectos a tener en cuenta y que son muy importantes para poder conseguir el mejor resultado final, comenzando por la elección de una patata adecuada. Existen más de 150 variedades entre las que elegir, pero las mejores para cocer son las de forma ovalada y piel amarillenta, de las variedades Kennebec, Monalisa, Desirée o Spunta.

Dentro de estas variedades, es preferible elegir patatas nuevas siempre que sea posible, ya que, al ser recogidas recientemente, tienen un mayor contenido en agua, lo que hace que sea menos probable que se deshagan.

Por otro lado, como ya hemos explicado, el líquido en el que se vayan a cocer las patatas es fundamental para potenciar su sabor, y aunque lo habitual es hacerlo en agua con un poco de sal, se puede usar caldo o leche, además de poder cocerlas en caldo para hacer guisos de patatas con calamares, con costillas, con chirlas, etcétera.

Además, aunque hay recetas en las que las patatas tienen que ir cortadas y peladas, que también permite absorber mayor sabor del caldo, es preferible cocerlas con la piel y, posteriormente, cortarlas según tus necesidades. Al ser recomendado cocerlas con piel, es importante lavar bien las patatas para deshacerse de impurezas y restos de tierra.

Patatas cocidas perfectas

Para preparar unas patatas cocidas perfectas de manera sencilla, solo necesitas (para dos personas), dos patatas medianas, agua abundante para cubrirlas, una cucharada de sal y un chorrito de vinagre (opcional).

Es necesario utilizar una cacerola grande con agua suficiente para que puedan caber las patatas bien cubiertas y ponerlas a hervir con el fuego bien alto. Cuando el agua comience a hervir, será el momento de agregar una cucharada de postre de sal y las patatas enteras, con su piel.

No se debe echar la sal al principio porque el agua salada tarda más tiempo en hervir, y cuando el agua recupere el hervor tras haber introducido las patatas, será el momento de bajar un poco el fuego, haciendo que se mantenga a borbotones y dejar que las patatas se cocinen durante un periodo de tiempo de entre 15 y 30 minutos, en función del tamaño que tengan las patatas.

Si son patatas pequeñas o muy pequeñas, será suficiente con unos 15-17 minutos, mientras que si son medianas tendrán que cocinarse durante unos 20-25 minutos y si son grandes, llegar hasta los 25-35 minutos. En todo caso, se puede ir comprobando el estado pinchando con un tenedor o la punta de un cuchillo. Para evitar hacer demasiadas marcas en las patatas, es preferible realizar la prueba casi al final de los tiempos indicados en función del tipo de patata.

Para utilizar el vinagre y conseguir un sabor de la patata potenciado, una vez que el agua esté hirviendo y se haya introducido la sal y las patatas, se agrega también un chorro de vinagre, que al contrario de lo que pueda parecer no hace que las patatas tengan un sabor avinagrado, sino que solo potencia su sabor. Además, hace que las patatas no se deshagan con facilidad, por lo que son perfectas como guarnición. Así se pelan y cortan sin problemas.

Una vez que las patatas están en su punto, tras haberlas cocido en función del tamaño y la variedad, se deben enfriar introduciéndolas en agua fría para cortar la cocción. Así resultará más sencillo pelarlas si es que es necesario para utilizarlas en la receta que se desea preparar.