El paso del tiempo resulta implacable para muchos plásticos blancos de los que se usan en la fabricación de electrodomésticos. Con los años, los embellecedores y guarniciones de neveras, lavadoras... o, incluso, las carcasas de pequeños electrodomésticos como batidoras, exprimidores o tostadoras se tornan de un color beige amarillento.
Esta pérdida de blancura debido al cambio de color da un aspecto sucio y descuidado a los electrodomésticos, aunque éstos, estén totalmente limpios. Se trata de un problema meramente estético que no afecta al funcionamiento del aparato, pero sí nos puede causar cierto estrés por no verlos "limpios".
Es algo que vemos con frecuencia en aparatos antiguos, pero, afortunadamente, se puede "limpiar". Podemos tratar esas superficies para blanquearlas de una forma relativamente sencilla y con materiales que no son muy caros ni difíciles de conseguir.
¿Por qué amarillean los electrodomésticos blancos?
La exposición continuada a la luz, especialmente a la solar, acaba degradando las piezas de plástico, especialmente, aquellas fabricados con ABS (acrilonitrilo butadieno estireno), un material de uso muy común en electrodomésticos de gama blanca. La radiación UV rompe las cadenas de polímeros que forman el plástico produciendo decoloración en plásticos de color y amarilleo en plásticos blancos.
Y esta no es la única causa, pues pueden darse otras reacciones químicas que tengan como resultado el cambio de tonalidad. Muchos plásticos contienen un retardante de llama a base de bromo que, con el tiempo y la exposición al aire y la luz, puede reaccionar químicamente, causando un cambio de color hacia tonos amarillentos.
Además, pueden darse circunstancias que agravan la situación, como es el caso de los electrodomésticos expuestos a fuentes de calor, como radiadores o incluso el calor generado por su propio funcionamiento. Estos aparatos suelen experimentar un envejecimiento acelerado del plástico ya que calor intensifica las reacciones químicas que causan el amarilleo.
Finalmente, está la suciedad que es susceptible de acumularse sobre las superficies, como el humo de los cigarrillos en casas de fumadores o la grasa de los vapores que se generan en la cocina. Estas sustancias se van mezclando con las partículas de polvo que hay en el ambiente y se van depositando sobre los plásticos dejando una pátina amarillenta que hace que el problema sea más grande.
¿Cómo blanquear los electrodomésticos?
El producto más eficiente para recuperar el color blanco de carcasas y embellecedores de electrodomésticos blancos que se han puesto amarillos con el paso del tiempo es el agua oxigenada y será tanto más eficaz cuanto mayor sea su concentración. Lo ideal es comprar agua oxigenada en crema de 40 volúmenes, que tiene una concentración del 12 %. Puede adquirirse en tiendas de material para peluquerías o por internet.
Al tratarse de un producto más concentrado - el agua oxigenada que venden en los supermercados suele tener una concentración del 3 %-, debe manipularse con precaución, utilizando guantes y en un sitio ventilado.
Aparte del agua oxigenada, para blanquear los electrodomésticos necesitaremos papel film, un par de guantes de goma y un pincel plano, que nos será muy útil para aplicar el producto. Opcionalmente, una bombilla de luz ultravioleta nos servirá para acelerar el proceso.
El procedimiento a seguir es el siguiente:
- Nos ponemos guantes de goma. Es importante hacerlo porque el agua oxigenada al 12 % es más fuerte que las concentraciones habituales, por lo que debemos evitar el contacto directo con la piel.
- Con ayuda del pincel, aplicamos el agua oxigenada en crema sobre las áreas amarillentas de los electrodomésticos que queremos blanquear.
- Una vez aplicada el agua oxigenada, cubrimos la superficie con papel film transparente. Esto ayudará a mantener la humedad sobre el plástico y potenciará el efecto blanqueador, evitando que el agua oxigenada se evapore rápidamente.
- Exponemos la pieza a una luz UV o, en su defecto, a luz solar directa durante varias horas. La luz activa el peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), acelerando el proceso de blanqueo.
- Después de 3-4 horas (o más, que puede ser necesario en el caso de usar luz solar), retiramos el papel film y limpiamos la superficie con un paño limpio y húmedo para eliminar cualquier residuo de agua oxigenada. Si las manchas amarillas eran muy intensas y antiguas, puede que no desaparezcan a la primera, pero se puede repetir el proceso e irán desapareciendo gradualmente.
¿Se puede hacer sin que le dé el sol?
En el paso número 4 indicamos que el objeto a blanquear debemos exponerlo a luz ultravioleta (UV) o, si esto no es posible, a luz solar. Aunque se podría hacer sin dicha exposición, el hacerlo acelera mucho el proceso.
El agua oxigenada, de manera natural, se descompone en agua y oxígeno, pero esta reacción es muy lenta en condiciones normales. En cambio, si la reacción tiene lugar en presencia de luz ultravioleta, la descomposición del agua oxigenada se acelera y se liberan iones hidroxilo (OH¯), que son unos radicales libres altamente oxidantes, más que la propia agua oxigenada.
Los iones hidroxilo rompen las moléculas responsables del color amarillo y resultan muy eficientes eliminando los compuestos que causan el cambio de color. Esto permite una limpieza profunda de las piezas eliminando las manchas amarillas que es imposible retirar con otros métodos.
Como lo habitual es que no tengamos en casa una fuente de luz UV, la luz solar puede actuar de manera similar, ya que contiene una pequeña cantidad de este tipo de radiación, y será suficiente para activar el peróxido de hidrógeno, aunque el proceso puede ser más lento y, en casos extremos,habrá que repetir el proceso.