El sencillo truco del papel de aluminio para retirar el hielo del congelador
El mantenimiento para retirar el hielo que se forma en el congelador es clave para el buen funcionamiento de éste.
30 abril, 2024 06:00En condiciones ideales, el congelador de un frigorífico funciona sin acumular capas de hielo en sus paredes, pero en la práctica se dan situaciones que hacen que esto suceda. Acciones como abrir con frecuencia la puerta del mismo permitiendo la entrada de aire húmedo del exterior o que, con el paso del tiempo, se produzcan defectos en las gomas que impidan el cierre hermético de la puerta dan como resultado importantes cantidades de hielo que dificultan el correcto funcionamiento del aparato y disminuyen el volumen de almacenamiento.
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El exceso de hielo en el congelador impide que el interior de éste se enfríe correctamente y en vez de estar a los -18 ºC que debería (temperatura habitual en congeladores domésticos), puede quedarse en torno a la mitad comprometiendo su función conservadora y obligando al motor a trabajar más tiempo del necesario para intentar enfriar el ambiente hasta llegar a la temperatura de diseño.
Por todo ello, un correcto mantenimiento de este electrodoméstico puede prolongar su vida útil y ayudarnos a consumir energía de modo más eficiente. La tarea de descongelar la nevera puede resultar tediosa, aunque, como todo, será más llevadera si se realiza de forma regular para impedir que se forme una capa gruesa de hielo que luego nos costará mucho quitar.
¿Cada cuánto tiempo se debe descongelar la nevera?
Como decíamos, limpiar el congelador es algo que suele dar pereza, especialmente cuando está muy lleno de cosas, pues hay que hacerse con suficientes bolsas térmicas o alguna nevera portátil que nos permitan conservar los alimentos congelados sin romper la cadena de frío. Por este motivo, algunos lo hacen solo cuando van a irse de vacaciones y quieren dejar la nevera desenchufada, aunque en muchos casos puede que no sea lo óptimo.
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Algunos fabricantes recomiendan hacerlo cada seis meses, aunque si somos de los que estamos abriendo el congelador a cada rato, es posible que debamos hacerlo con mayor asiduidad. A modo de referencia, cuando la capa de hielo supere el medio centímetro es ya buen momento para pensar en retirarla.
Cómo descongelar la nevera fácilmente
Una regla de buena práctica consiste en no esperar a las vacaciones para vaciar el congelador. Podemos ir consumiendo lo que tenemos en él cuando veamos que es momento de descongelarlo, así nos ahorraremos el trabajo de tener que guardar en otro sitio lo que está congelado sin que se estropee.
Lo ideal es poder desenchufar la nevera mientras procedemos a descongelarla, así nos aseguramos de que el motor no trabaja y la tarea será más rápida. Si el enchufe no es accesible, podemos mirar en el cuadro de luces de la casa para ver si tiene su propio machete y, si es así, bajarlo. Otra opción, si no tenemos otros electrodomésticos o luces encendidas en la casa en ese momento, sería bajar el machete general.
Para no ensuciar otras cosas y para evitar accidentes mientras limpiamos la nevera, es también aconsejable poner algunas hojas de periódico o alguna toalla vieja en el suelo justo delante de la nevera por si cae agua o trocitos de hielo que nos podrían hacer resbalar.
Truco Cocinillas
Cuando tengas que manipular cosas en el congelador, bien sea para poner orden, para sacar algo que está en el fondo o para descongelarlo, puedes usar unos guantes de forro polar o los típicos guantes de trabajo. La tarea es mucho más llevadera cuando no sientes que se te congelan las manos.
El truco del papel de aluminio
Con la nevera desenchufada, bastaría con dejarla así el tiempo suficiente y se descongelaría ella sola, pero hay maneras de agilizar el proceso.
Paso 1
Cortamos hojas de papel de aluminio y forramos con ellas las paredes del congelador comprobando que todo el hielo queda cubierto.
Paso 2
A continuación, ponemos a calentar agua en un cazo o una olla que quepan en el congelador y, cuando el agua empiece a hervir, lo metemos dentro y cerramos la puerta.
Paso 3
El cazo con agua caliente cederá calor al entorno que llegará al papel de aluminio, que es un eficiente conductor del calor y lo transmitirá por conducción al hielo haciendo que éste se derrita o se afloje más rápido de las paredes.
Paso 4
Pasado un tiempo, podremos retirar el hielo fácilmente con ayuda de una espátula o una rasqueta de plástico. Si queda alguna zona más rebelde, pasamos un trapo mojado en agua caliente sobre el papel de aluminio. Hay quien recomienda también aplicar calor seco en la zona, por ejemplo, con un secador de pelo.
Paso 5
Finalmente, con el congelador libre de hielo, podemos proceder a limpiar las paredes con un limpiador antibacterias y una bayeta limpia que no suelte pelusas.