El huevo es una de las fuentes de proteínas más accesibles y asequibles que podemos incluir en nuestra dieta, por apenas unos céntimos de euro, los huevos pueden proporcionarnos la ración de este tipo de nutrientes que necesitamos para una comida.
Además, desde el punto de vista gastronómico, son realmente versátiles, pues pueden cocinarse de muchas formas y quedan bien como acompañamiento de muchísimos platos.
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Pero, el pequeño inconveniente de los huevos es que son un alimento delicado que debemos conservar con cuidado para evitar las temidas intoxicaciones alimentarias que nos pueden dar sustos importantes.
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Cómo debemos conservar los huevos en casa
En otros países, los huevos se encuentran en las neveras de los supermercados y esto es así porque los huevos han sido lavados y han perdido la cutícula, una finísima capa exterior que protege la cáscara y que también sirve de filtro para evitar que los microorganismos penetren en el interior del huevo.
En España esto no es así, la sección de huevos del supermercado no está refrigerada, pero esto no quiere decir que los huevos no se tengan que guardar en la nevera cuando llegamos a nuestra casa, especialmente si estamos en verano.
Para tenerlo todo más claro, a continuación, vamos a ver algunas recomendaciones sobre cómo debemos almacenar los huevos frescos en nuestra casa.
Los huevos deben guardarse en la nevera
Los huevos deben mantenerse en el refrigerador en todo momento. La temperatura óptima para almacenarlos es entre 1 °C y 4 °C. Deben colocarse en el estante central, no en la puerta, que es donde suelen estar las hueveras, ya que la temperatura puede variar más en esta zona y esas fluctuaciones son las que pueden menoscabar la calidad de los huevos.
No lavar los huevos al llegar a casa
No hay que lavar los huevos antes de guardarlos. Los huevos, como veíamos más arriba, tienen una capa natural protectora llamada cutícula que ayuda a protegerlos de la contaminación y la pérdida de humedad. Lavarlos eliminaría la capa protectora y aumentaría el riesgo de que las bacterias entren a través de la cáscara.
Elegir bien el envase para evitar roturas
Si los huevos vienen en un cartón, se pueden guardar en él dentro de la nevera. Esto ayudará a protegerlos de golpes cuando los manipulemos.
Evitar el contacto con otros alimentos
Se debe evitar almacenar los huevos cerca de alimentos con olores fuertes, como cebolla, ajo o pescado. Los huevos absorben los olores y esto afectará a su sabor. Es cierto que, en algunas ocasiones, esto es algo que se busca, por ejemplo, cuando guardamos una trufa fresca dentro del cartón de los huevos para conseguir unos deliciosos huevos trufados; pero es algo completamente indeseable cuando lo que absorben son olores poco agradables.
Comprobar siempre que están en buen estado
Además de almacenarlos correctamente, por nuestra seguridad, es siempre aconsejable que nos aseguremos de que los huevos están en buen estado antes de consumirlos. Lo primero será comprobar la fecha de caducidad impresa en la caja o en los propios huevos y utilizarla como referencia para consumirlos a tiempo.
También se puede hacer una prueba de frescura sumergiéndolos en un recipiente con agua. Los huevos frescos se hundirán, mientras que los que no lo estén flotarán. Los huevos que floten deben desecharse, ya que pueden no ser seguros para comer.
Seguir estas recomendaciones ayudará a minimizar el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos y a mantener su calidad durante el verano o en cualquier época del año.