Decía mi abuelo que habiendo aceite, huevos y patatas no se pasaba hambre en una casa y es que con esos tres ingredientes se pueden preparar varios de los platos más ricos de nuestra gastronomía, una tortilla de patata, unos huevos rotos... Platos sencillos y humildes, pero que si llevamos tiempo sin comerlos se convierten en antojo porque ¿acaso hay algo mejor que unos huevos fritos con patatas?
En momentos de prisas, unos huevos fritos con pan para mojar son un plato ultrarrápido de preparar y, teniendo un poco de cuidado, apenas se ensucia, que es cierto que cuando hablamos de freír nos entra el pánico por las salpicaduras y todo lo que habrá que limpiar después.
Un alimento humilde que es un tesoro nutricional
Si hablamos del huevo como ingrediente más allá de sus muchos y variados usos gastronómicos, nos encontramos con uno de los alimentos más completos y equilibrados que nos ofrece la naturaleza. Se consumen desde el Neolítico, y no solo los de gallina, sino que también son apreciados los de pato, ganso, oca, codorniz, avestruz y otro más exóticos, como los de pelícano o gaviota.
Un alimento que es fuente de vitaminas A, B, D y E, minerales (hierro, fósforo, yodo, cinc y selenio) y proteínas de alto valor biológico, esto quiere decir que las proteínas que nos aporta el huevo son proteínas completas, pues contienen todos los aminoácidos esenciales que necesita nuestro organismo.
Las claves para hacer un huevo frito perfecto según Dabiz Muñoz
El chef madrileño, propietario de DiverXO (tres estrellas Michelin y tres Soles Repsol), StreetXO, el GoXO y, próximamente, RavioXO dice sobre el huevo frito que ha de tener una puntilla crujiente, como si fuera un buñuelo, una clara cuajada y una yema muy cremosa.
Para conseguir esto, Dabiz Muñoz nos dice que hacen falta tres cosas: "que el aceite esté muy caliente, que sea de calidad y haya una cantidad abundante en la sartén; el segundo paso clave consiste en echar un poco de aceite encima del huevo en el último momento para terminar de cuajar la clara cuando se está terminando de freír, así la clara quedará hecha y la puntilla quedará más crujiente. El último paso, es añadir la sal"
Algún truco más para freír huevos como un máster del universo
Para aquellos que nunca antes han frito un huevo, es posible que las indicaciones de Dabiz no sean suficientes para llevar a término la fritura con el éxito que se espera, por eso aprovecho la ocasión para hacer algunos apuntes que también son importantes a la hora de llevar a cabo esta tarea.
El huevo no debe estar de la nevera, mucho mejor si lo sacamos un rato antes para que esté a temperatura ambiente. Que el huevo nos quede bonito, con la yema centrada y la clara bien recogida con su puntilla crujiente alrededor, es algo que solo vamos a conseguir si usamos un huevo muy fresco, pues a medida que pasan los días, la clara va perdiendo viscosidad y se va volviendo más líquida, por lo que al echarlo en el aceite, esta se desparramará muchísimo y salpicará casi como si estuviéramos echando agua. Un pequeño truco que podemos usar cuando el huevo sea un poco viejo es cascarlo sobre un colador de malla muy fina para que la parte de la clara que ya se haya vuelto muy líquida se escurra y no nos dé problemas al freír.
El aceite debe estar muy caliente, pero sin llegar a humear y una forma de evitar muchísimas salpicaduras es no cascar el huevo sobre el aceite caliente, sino cascarlo en un pequeño bol o plato y dejarlo caer con suavidad sobre el aceite.
No meteremos la espumadera para echar aceite por encima del huevo hasta que no veamos que se está empezando a formar la puntilla, pues si lo hacemos desde el principio, se nos cocinará la yema en exceso y perderá esa textura cremosa que es la clave de un buen huevo frito.