Croquetas, boquerones, patatas, empanadillas, verduras... Podemos pasar por la freidora casi cualquier alimento. Y aunque sabemos que no es lo más sano para nuestra dieta, de vez en cuando es un capricho que podemos darnos.
Lo que tampoco es saludable es tener una freidora sucia porque afecta a la calidad de la comida, además de repercutir negativamente en la vida útil de nuestro pequeño electrodoméstico.
Por eso es muy importante pasarnos a limpiar la freidora con cierta regularidad.
Cuándo limpiar la freidora
Si usamos la freidora con frecuencia, lo ideal es cambiar el aceite cada dos o tres usos. En cualquier caso, hay otras señales que nos indican que es momento de cambiarlo, como ver que el aceite ha perdido su color dorado y que está oscuro, además de que hay restos de comida en el fondo de la freidora. Ha llegado el momento de limpiar la freidora.
Es muy importante que cuando vayamos a hacerlo, la freidora está desconectada y el aceite frío.
Limpiar la cubeta de la freidora
Lo primero que tenemos que hacer es retirar el aceite usado del interior de la freidora. Para hacerlo con más facilidad te recomendamos usar un embudo y echar el aceite en un tarro de cristal. Así podrás manejar la freidora con ambas manos y se derramará menos aceite.
También es una buena idea cubrir con papel de periódico o papel absorbente la superficie donde vayamos a realizar este paso, porque una fuga de aceite puede terminar convirtiéndose en más trabajo al tener que limpiarlo.
Una vez hayamos vaciado la cubeta de aceite, si quedan migas o restos de comida en el fondo, podemos usar papel de cocina para retirarlos de una pasada.
A continuación, si se trata de una freidora de cubeta fija y resistencias que no son extraíbles, con la cara suave de una esponja y un poco de jabón para platos, frotamos las paredes de la cubeta. Aclaramos la esponja con agua y retiramos cualquier resto de jabón.
Una vez aclarada, la llenamos con agua llegando al menos al mínimo y conectamos la freidora para hacer que el agua hierva en su interior. Lo que no debemos hacer nunca es limpiar este tipo de freidoras bajo el grifo, pues podríamos estropear el motor.
Después, vaciamos el agua y dejamos que la freidora se seque. En cuanto al aceite que hemos retirado, hay que llevarlo a reciclar, no lo olvides.
Algunos modelos cuentan con cubeta desmontable y apta para el lavavajillas. En ese caso, sigue las instrucciones del fabricante para extraer las resistencias, saca la cubeta, vacía el aceite como en el caso anterior, retira los restos que pueda haber en el fondo y ya podrás lavar la cubeta bajo el fregadero o en el lavaplatos como si de una olla se tratara.
Limpiar el cesto de la freidora
Para que los restos de comida que puedan quedar pegados a la cesta de la freidora caigan, además de limpiar el cesto, lo mejor es introducirlo durante unos 10 minutos en una mezcla de agua tibia y jabón para platos. Después, con el estropajo y en el fregadero, lo lavaremos de forma normal.
Es importante aclararlo muy bien y dejar que se seque antes de introducirlo de nuevo en la freidora y, por supuesto, antes de volver a usarlo.
En algunos casos los cestos se pueden introducir en el lavavajillas. Si es el caso de tu modelo, aclara el cesto rápidamente con agua para retirar los restos de comida antes de colocarla en este electrodoméstico.
Es muy importante que tengas cuidado con los productos que uses para esta limpieza y que aclares muy bien las piezas. De lo contrario podría quedarse su sabor en las piezas y en el siguiente uso estropear nuestros fritos.
Limpiar el exterior de la freidora
En el exterior de la freidora también pueden acumularse la suciedad y la grasa, por eso es importante limpiarla bien por fuera, prestando atención a las asas, si las tiene.
Usa un paño húmedo muy bien escurrido para evitar que entre agua donde no debe y seca con otro paño o papel absorbente. No uses productos abrasivos para no estropear el acabado de tu pequeño electrodoméstico.
Recuerda que hasta que no esté todo completamente seco no debes conectar la freidora y usarla.
Te recomendamos también que esperes hasta el siguiente uso para rellenar la cubeta con aceite limpio.
Friega la tapa
Si la tapa de tu freidora es extraíble, también deberás quitarla y fregarla con agua y jabón. Déjala secar muy bien antes de colocarla de nuevo.
Si no pudieras quitarla, no tienes que preocuparte: con la freidora desenchufada, pasa un paño húmedo para retirar la suciedad.
Limpiar la freidora no es complicado pero es tan importante como mantener la limpieza de las sartenes y las ollas. Con un correcto cuidado, disfrutarás de tus platos fritos mucho más gracias a una freidora que funciona perfectamente.