Mira que soy una persona organizada que sufre cuando ve cosas fuera de lugar pero no hay cosa que me dé más pereza que limpiar la cocina. Una vez empiezas parece que nunca tiene fin. De ahí que muchas veces me acabe coartando a la hora de cocinar. Mejor algo sencillo que llenar el fregadero de cacharros.
Como buen foody que soy me cuesta mucho contener las ganas de preparar algún plato que te saque los colores, así que al final he desarrollado mi propio sistema para tener la cocina impoluta en menos de treinta minutos.
Si hace tiempo que no le das un buen repaso te aseguro que no te va a llevar tan poco, pero si lo haces de forma regular cada día te va a costar menos. ¡Manos a la obra!
1. Ordena los chismes y guarda la comida
Limpiar la cocina también es ordenarla. Nada más sensación de desorden que tener todos los utensilios, sartenes y demás revoloteando por la encimera. Déjalos en su sitio. De esta forma te evitas perderlos y que acumulen suciedad innecesaria. Lo mismo con la caja de cereales del desayuno, las cápsulas del café o el cuchillo para cortar el pan.
2. Revisa la nevera
Aprovecha que guardas la comida en la nevera para echar un vistazo rápido. Mira a ver si te falta algún ingrediente o si hay algo que está pasado de fecha. Puede parecer una tontería pero así te evitas tener medio tomate abierto durante una semana y media. Si tu nevera es de acero puedes aprovechar para darle una pasada al exterior y quitar todos los dedazos.
3. Carga el lavavajillas (pero no lo pongas todavía)
Nada da más sensación de desorden que una pila a rebosar. Si tienes lavavajillas este es el momento de darles un aclarado y colocarlos. Salvo que lo llenes no lo pongas todavía, espera hasta la noche para hacer un dos por uno.
4. Repasa la encimera
Con todos los platos, vasos, cuchillos, condimentos, comida y demás chismes en su sitio la encimera tiene que estar lo suficientemente libre como para repasarla con una bayeta sin mucho esfuerzo.
5. Limpia la placa o los fuegos
Aprovecha también para limpiar las placas o los fuegos. Hazme caso, la grasa sale mucho más fácil cuando todavía está fresca que cuando está reseca.
6. Pásale un paño a los pequeños electrodomésticos
Y ya que estás tampoco es mala idea limpiar pequeños electrodomésticos como la cafetera, la tostadora, el microondas… con un paño húmedo. Puede que no parezcan sucios, pero de esta forma no tienes que limpiarlos a fondo tan a menudo.
7. Barre
Puedes hacerlo como la ratita presumida o como si estuvieses jugando a Quiditch, como más te guste. El caso es evitar que los restos de comida que se hayan caído mientras cocinabas acaben desparramados y apretujados en las baldosas.
8 . Y para terminar de limpiar la cocina, baja la basura
Especialmente si has tirado algo que huele. No importa lo reluciente que esté todo, si hay mal olor es imposible que tengas la sensación de que la cocina está limpia.