Si sois amantes de los huevos y en alguna ocasión habéis comido huevos revueltos en el buffet de desayuno de algún hotel donde los preparen bien es muy posible que os hayáis preguntado por qué en casa no quedan igual de jugosos. Y es que como todo en esta vida, los huevos revueltos también tienen sus truquitos y hoy os los vamos a contar.
4 reglas de oro para triunfar con los huevos revueltos
Aunque el año pasado os enseñé cómo los preparo yo en casa para que queden jugosísimos sin necesidad de añadir nata y mi truco consiste básicamente en hacerlos a fuego muy bajo y no añadir la sal hasta el final, hoy os voy a enseñar los trucos de los profesionales.
Añadir yemas de huevo adicionales
Como ya vimos en los trucos para conseguir una tortilla de patatas jugosa, el añadir alguna yema de huevo adicional haciendo que aumente la proporción de yema respecto a claras se consigue subir la temperatura de coagulación por lo que los huevos tardarán más en cuajarse.
Añadir un lácteo
Por el mismo motivo que explicamos en el post de trucos para la tortilla, el añadir un lácteo -lo ideal es la nata para cocinar- también nos permite conseguir unos huevos revueltos mucho más jugosos.
No batir en exceso
A la hora de batir los huevos, simplemente hay que mezclar claras y yemas hasta que esté amarillo y es recomendable hacerlo con un tenedor en vez de con las varillas para no airear en exceso la mezcla.
Engrasar la sartén con una pizca de mantequilla y cocinar a fuego moderado
La mantequilla les dará el toque de sabor característico que tienen los huevos revueltos en hoteles y cafeterías. Y es importantísimo que el fuego no sea excesivo, ya que el fuego muy fuerte tendría como consecuencia unos huevos revueltos resecos poco apetecibles que es lo que estamos intentando evitar.
Como estos trucos los he visto un unos consejos de chef de America’s Test Kitchen os dejo a continuación el vídeo completo para que os quede aún más claro