Cortar cebollas siempre es una odisea, tras hacer los primeros cortes y cuando parece que esta vez no va a ocurrir, ocurre, empieza la llorera y el picor de ojos al instante.
La causante de que al cortar cebolla nuestros ojos comiencen a irritarse es la enzima conocida como “factor lacrimal sintasa”, dicha enzima desencadena una serie de reacciones químicas generándose una sustancia volátil llamada Sin-Propantial-S-óxido rica en azufre. Esta sustancia impregna el ambiente y se combina con el agua que mantiene húmedos nuestros ojos generándose a su vez propanol y ácido sulfúrico entre otros. El ácido sulfúrico es irritante y aquí es cuando empieza nuestro problema, ya que el ojo intenta eliminar esta sustancia generando más agua para diluirlo.
Pero no os preocupéis, no todo está perdido, es posible pelar y trocear cebolla sin llorar y para ello os traemos distintos consejos para poner en práctica, algunos más efectivos que otros.
- Uno de los primeros consejos es colocarse de forma adecuada, si donde vamos a cortar la cebolla no hay corrientes de aire el componente volátil que nos hará llorar normalmente ascenderá perpendicularmente, por lo que lo ideal es colocar la tabla adelantada a la zona donde queda nuestra cabeza de forma que podamos alargar los brazos y el corte de la cebolla no nos cuadre justo debajo de nuestros ojos.
- Un poco en el abanico del primer consejo está el de colocarse a cortar la cebolla justo debajo de la campana extractora de aire, de forma que al tenerla encendida sea ésta la que absorba las sustancias emitidas. Si estamos en exterior y tenemos una ventana que nos aporta una corriente de aire, podemos aprovechar este recurso, la idea en todo caso es que esas sustancias volátiles no lleguen de ninguna forma a alcanzar nuestros ojos, sino el drama estará servido.
- Cortar la cebolla cuando está muy fría también ayuda, para ello podemos meter la cebolla al congelador media hora antes de cortarla.
- Mojar la cebolla o el cuchillo constantemente en agua fría ayuda también a reducir la reacción que nos hace llorar. El filo del cuchillo también se puede impregnar con vinagre, pero esto puede aportar sabor a la verdura.
- Otro truco es cortar la cebolla en trozos grandes ligeramente y dejar estos trozos en agua hirviendo durante un par de minutos, el problema es que la cebolla perderá su frescura y se cocerá en parte.
- Cortar la cebolla bajo el chorro de agua del grifo es otra posible solución, eso sí, se hará un gasto de agua innecesario.
- No es un truco en sí, pero usar un buen cuchillo afilado ayudará ya que los cortes serán más limpios y se romperán menos células del interior de la cebolla, son los fluidos de dichas células los que entran en contacto con el aire y desencadenan las reacciones químicas comentadas más arriba.
- Y por último el truco definitivo, ya se comercializan en el mercado gafas pensadas especialmente para cortar cebollas, éstas gafas son caras y más complicadas de encontrar, pero estoy segura de que muchos tenemos por casa las gafas típicas de piscina que nos servirán estupendamente como sustitutas siendo además más económicas.
¿Has probado algunos de estos trucos? ¿Cuál es tu solución anti-lágrimas?