Este caldo (con un precio desde 38'50€ la botella de 75 cl) fue elaborado por primera vez en 1951 y reposa en sus cavas durante más de 80 meses, con tapón de corcho natural. El degüello y cada uno de los pasos de la crianza son llevados a cabo de manera artesanal y totalmente manual, incluso el detalle final de envolver cada botella con celofán de origen vegetal y totalmente compostable.

"De color dorado, los aromas recuerdan a fruta de hueso madura y blanca, además de hierbas mediterráneas. Las notas de crianza son muy evidentes y muestran brioche, corteza de pan tostado y canela, con un punto carnoso. Es un vino plenamente gastronómico, estructurado, con una frescura madura y una redondez llena de carácter", detallan desde Gramona.

En 2022, Tim Atkin, Master of Wine británico y periodista, describió así este vino: "Un espumoso con personalidad y notas de envejecimiento en roble. Sumados al sabor del umami, encontramos taninos que no estarían fuera de lugar en un tinto ligero. Aparecen notas de bollería y miel. Es seco, asertivo, complejo, denso y único. Elaborado a partir de xarel·lo, sus aromas nos recuerdan al pain d’épices, miel, flores blancas y limón. En boca, aparece un pensamiento de almendra salada y textura sedosa: es refrescante".

En el entorno del Celler Batlle, la finca Font de Jui agrupa parcelas de las dos variedades con las que se elabora este vino. Consta de 22,5 hectáreas, de las cuales 15 son de xarel·lo y 7,5 de macabeo. Se extienden entre el río Anoia (La Plana, a 100m sobre el nivel del mar) hasta el cerro de Mas Escorpí (a 350m sobre el nivel del mar), que domina el pueblo de Sant Sadurní, y las pendientes de orientación sur. El suelo es arcilloso-calcáreo, con placas de arena junto al río y con profusión de roca en la zona más alta y seca. Trabajan la finca siguiendo la filosofía ecológica y biodinámica.