La historia del primer bar de Sitges que comenzo a televisar programación deportiva en España
Bajo la dirección del Grupo Matas Arnalot, este local ubicado en los bajos del mítico Hotel Subur es lugar de peregrinación.
26 agosto, 2024 07:00En el bullicioso y pintoresco pueblo de Sitges, conocido por su vibrante vida nocturna y su escena cultural, se esconde una historia que marcó un antes y un después en la restauración temática en España. Fue en 1996 cuando un visionario, inspirado por sus viajes a Estados Unidos, decidió traer un concepto innovador a este rincón del Mediterráneo.
Así nació el Sports Bar Sitges, el primer bar en el país que unió la pasión por el deporte con una experiencia gastronómica completa, llevando la televisión deportiva en vivo a las mesas de los clientes.
La historia de este establecimiento se remonta a una tradición familiar de larga data en la hostelería. La familia Matas Arnalot, una dinastía de restauradores que comenzó su andadura en 1908 cuando Miquel Matas y Jorba entró a trabajar como ayudante en el Café Suizo de la Plaça Real de Barcelona, ha sido pionera en la transformación de la oferta turística y gastronómica de Sitges.
Con el tiempo, esta familia pasó a gestionar importantes establecimientos como el Hotel Terramar Palace, uno de los primeros hoteles turísticos de España inaugurado en 1916, y más tarde el mítico Hotel Los Pinos, que luego se convertiría en el actual Subur Marítim.
El salto hacia la restauración temática deportiva llegó cuando Josep Mª Matas Barceló, en uno de sus viajes a Estados Unidos en la década de los 90, quedó cautivado por los clásicos sports bars estadounidenses, lugares donde la pasión por el deporte se mezclaba con una oferta gastronómica desenfadada y un ambiente informal pero lleno de energía. Inspirado por esta idea, decidió replicar el concepto en Sitges, un lugar donde el turismo y la vida social siempre han sido el epicentro de la actividad.
El Sports Bar Sitges, ubicado en los bajos del Hotel Subur, se presentó como un lugar único en su género en España. No solo se trataba de un bar donde se podía disfrutar de comida y bebida, sino de un espacio donde los eventos deportivos eran los protagonistas. Equipado con 15 pantallas Full HD, este local permitía a los clientes seguir en directo todo tipo de eventos deportivos, desde partidos de fútbol y carreras de motociclismo hasta competiciones de atletismo, todo ello rodeado de una decoración que rendía homenaje al mundo del deporte.
Además de su propuesta televisiva, el Sports Bar Sitges destacó por su oferta gastronómica, con una carta que combinaba lo mejor del street food americano con toques mediterráneos y mexicanos. Las hamburguesas, preparadas con carne de ternera de la mejor calidad y panes tostados, se convirtieron rápidamente en el plato estrella del local, junto a las pizzas napolitanas de masa fina y bordes gruesos, elaboradas con ingredientes italianos y productos de proximidad. La influencia multicultural se reflejaba también en platos como las Southern Chicken Fajitas o el salmón al estilo Jack Daniel's, que añadían un toque distintivo y cosmopolita a la oferta del bar.
El éxito del Sports Bar Sitges no tardó en llegar, y pronto el local se convirtió en un punto de encuentro para los amantes del deporte, tanto locales como turistas. La combinación de una experiencia gastronómica cuidada con la emoción de seguir en directo los eventos deportivos más importantes del momento fue la clave de su popularidad. Las colas para conseguir una mesa durante los eventos deportivos más esperados, como finales de fútbol o grandes premios de Fórmula 1, confirman su éxito.
Hoy en día, el Sports Bar Sitges sigue siendo un referente en la localidad y un símbolo de cómo la gastronomía puede fusionarse con otras pasiones, en este caso, el deporte. La apuesta de la familia Matas Arnalot por traer el concepto del sports bar estadounidense a España no solo transformó la oferta de restauración de Sitges, sino que también sentó un precedente para otros establecimientos en el país, que comenzaron a seguir su ejemplo.
Así, lo que comenzó como una idea inspirada en el otro lado del Atlántico, se ha convertido en una parte integral del paisaje gastronómico y social de Sitges, recordándonos que la innovación y la tradición pueden caminar de la mano para crear experiencias inolvidables.