Las patatas bravas, ese icono gastronómico que ha conquistado los corazones y paladares de los amantes de la cocina española, continúan siendo una delicia imperdible en bares y restaurantes de todo el país. Este plato tan castizo, cuyo origen apunta hacia Madrid, se ha consolidado como uno de los mandamientos ineludibles de las cartas de muchos templos del aperitivo, así como de otros que apuestan por la alta cocina. ¿Pero cuál de ellos sirve su mejor versión?
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La respuesta se ha dado a conocer este martes durante la segunda jornada del congreso de gastronomía de Madrid Fusión, que ha acogido la final del I Campeonato Nacional de Bravas donde Miguel Carretero, del restaurante Santerra (Madrid), ha sido el ganador de las mejores patatas bravas tradicionales y restaurante Vuelve Carolina, del chef Quique Dacosta, se ha alzado con el primer puesto en la categoría de las mejores patatas bravas tradicionales.
¿Qué hace tan especial a las patatas bravas? La respuesta radica en su combinación perfecta de texturas y sabores. Las patatas, cortadas en trozos pequeños y fritas hasta alcanzar una dorada perfección, ofrecen una textura crujiente por fuera y tierna por dentro. Pero es su acompañamiento lo que las hace verdaderamente inconfundibles: una salsa sabrosa y ligeramente picante, normalmente, elaborada a base de tomate, pimentón, ajo y otras especias, la salsa brava. Aquí la base que los diferentes participantes del concurso han podido versionar y convertirla en la mejor de todas.
Las de Miguel Carretero, al frente del recientemente galardonado con una estrella, han sido unas patatas agrias cortadas en trozos muy pequeños, buscando una patata muy crujiente. Las que ha cocinado el chef Gonzalo Silla, del restaurante Vuelve Carolina, del chef Quique Dacosta, han sorprendido al jurado por su creatividad al haber gelificado una crema de patata, pasada por tempura y frita.
El concurso se ha celebrado de la mano de Tinto de Verano La Casera® que ya demostró que forma el tándem perfecto junto a una de las recetas más emblemáticas de nuestro “universo tapa”: las patatas bravas. La iniciativa que rinde homenaje a este dúo perfecto nace de la mano del cordobés Paco Morales, al frente del tres estrellas Noor. El cocinero creó la fórmula del aperitivo perfecto: una salsa de bravas deliciosa y especialmente diseñada para maridar con esta bebida. Tras el éxito de esta propuesta, que incluso se fue de gira veraniega por Córdoba, Madrid y Valencia, la marca ha querido elevar esta receta hasta el punto de protagonizar este nuevo certamen de la edición 2024 de Madrid Fusión.
De las más tradicionales a las más creativas
El certamen se ha dividido en dos categorías, patatas bravas tradicionales y patatas bravas creativas, para premiar lo clásico pero también acoger nuevas versiones de la popular receta. Entre los participantes siete finalistas de todas partes de España han competido este martes con sus diferentes recetas.
Bravas creativas
· Alejandro Ortega, del restaurante Vint (Mallorca)
· Sergio del Río, del restaurante Oleo (Málaga)
· Gonzalo Silla, del restaurante Vuelve Carolina (Valencia), de Quique Dacosta
· José Luis Bonilla Tipan, del restaurante Lume (Santiago de Compostela), barra gastronómica de Lucía Freitas
Bravas tradicionales
· Miguel Carretero, del restaurante Santerra (Madrid), recientemente reconocido con una estrella Michelin
· Daniel Moreno, del restaurante Tragatá (Málaga), segunda marca del restaurante Bardal (dos estrellas Michelin)
· Alejandro Loaiza, del restaurante Informal (Barcelona), con un Sol Repsol
El jurado, formado por profesionales del sector de la gastronomía y del periodismo gastronómico, han podido degustar cada una de ellas hasta decidir quién ha resultado el afortunado de cada categoría. El premio: una comida en Noor (Córdoba, tres estrellas Michelin) con maridaje y una noche de alojamiento en el Hotel H10 Palacio de Colomera, valorado en 1.000 €, más un lote de productos de Tinto de Verano La Casera®.