Así es Corimbo I, la estrella líquida de esta bodega en Ribera del Duero
Bodegas Roda presenta la añada 2017, la de la helada que asoló Europa
19 enero, 2024 02:00Siempre las firmas más potentes, mayoritariamente riojanas, aunque últimamente ya las hay de todas partes, buscan invertir en zonas que consideran que tienen futuro, por donde se piensa que pasan las nuevas tendencias que gustan a los consumidores. Ahora todo el mundo se fija en la elaboración de vino blanco; pero antes, más o menos hacia principios de siglo, los grandes se abalanzaron sobre la pequeña denominación de origen Toro.
La discreta zona zamorana, que entonces tenía cinco bodegas: Fariña, Frutos Villar, Wenceslao Gil y dos cooperativas, la de Morales y la de Toro, vio como de repente se les presentaron una treintena de bodegas, empezando por Vega Sicilia y siguiendo por lo más granado de Rioja como los Eguren, Riojanas, Izadi…; incluso de fuera, como la multinacional del lujo LWMH con Numancia, o inversores potentes y famosos como Gerard Depardieu.
Esa fue la última gran invasión; pero antes, a partir de finales de los ochenta y principio de los noventa, la gran tierra de promisión fue la Ribera del Duero. Su arranque fue tan fulgurante que prácticamente todas las grandes firmas riojanas corrieron a instalarse allí; al margen de muchísimos inversores procedentes de diferentes zonas del país. A la vez muchos viticultores locales propietarios, unos de viñedos y otros de tierras, sobre todo en Valladolid donde antes hubo viñedo, se convirtieron también en bodegueros.
Cada uno ponía su impronta, su estilo, sobre todo los riojanos que trasladaron sus características y filosofía a las nuevas tierras, adaptándose a ellas. Una de las más emblemáticas son Bodegas La Horra, situada en el pueblo del mismo nombre en el corazón de la Ribera burgalesa y fundada en 2006. La casa madre está en Rioja, concretamente en el Barrio de la Estación de Haro, y se trata de Bodegas Roda. No es ni mucho menos centenaria, como todos sus vecinos del famoso barrio, en plena Rioja Alta, pero sí lo podría parecer porque en muy pocos años ha alcanzado un prestigio y reconocimiento fuera de lo normal. Un trabajo bien hecho.
Fue en 1987 cuando Mario Rotllan, empresario catalán, y su esposa Carmen Daurella, aparecieron por Rioja y se fueron de cabeza a Haro. Allí compraron unos calados subterráneos pertenecientes a la sí centenaria Gómez Cruzado, entonces en horas bajas y ahora extraordinariamente bien recuperados, y le pusieron el nombre de Roda, la primera sílaba del apellido de cada uno de la pareja. Contrataron un grupo de expertos, con Agustín Santolaya a la cabeza, y se convirtieron en un valor fiable con un estilo de apostar por el viñedo viejo, y sobre todo no tener prisa. Roda I, Roda y Cirsión, el alta gama, son sus grandes aportaciones a los mejores vinos de Rioja.
Y ahora, porque tener un blanco es obligatorio, llevan dos añadas con Roda I Blanco, la última presentada este otoño, la del 2020. Un blanco de guarda, con la viura como variedad principal, crianza en bocoyes y que está muy rico, con recuerdos de melocotón dominando la nariz, junto tonos cítricos; y una boca con grasa y volumen, frescura. P. V. P. 60 euros.
Impresionaban aquellas imágenes de televisión, en que se veía a los viticultores franceses de Borgoña encendiendo antorchas en sus viñedos para intentar parar lo imparable. En España la mitad norte fue la que más sufrió y los más de cinco grados bajo cero de la noche del 26 al 27 de abril, destrozaron todas las cosechas. Luego hasta la vendimia, volvió a brotar lo que pudo, pero el grueso del daño ya estaba hecho.
En bodegas La Horra se recogió poco, aunque sin embargo el vino les ha salido excelente. Ha pasado 16 meses en barrica suave, y luego cinco años en botellero, puliéndose el estilo de Santolaya y de Roda, de ofrecer vinos domados. Al llevarlo a nariz ya te das cuenta de que estás delante de un vino grande. Elegante, profundo, con mucha fruta negra muy madura, moras, sobre todo, guindas en aguardiente. La boca muy poderosa, seria, madura, sabrosa y equilibrada. P. V. P. 50 euros.