En mitad de un desierto negro, de volcanes que permanecen en silencio, por ahora, se levanta un vergel casi milagroso: la Finca de Uga. Propiedad de Rosa Group, en este lugar al sur de Lanzarote, se crían cochinos negros canarios, gallinas negras canarias, cabras majoreras, ovejas canarias y vacas jersey que alimentan, literalmente, a dos de los hoteles de lujo más importantes de toda la isla: el Hotel Fariones y el Princesa Yaiza, que aloja un restaurante con un Sol Repsol.
Lo que comenzó casi como una cuadra de caballos por la afición del dueño de la finca, ha acabado siendo una despensa casi mágica para que los hoteles puedan apostar por esa dieta saludable y de kilómetro cero que parece un requisito imprescindible en el nuevo sector del lujo, según los propios clientes reclaman.
La entrada a la finca está situada a la falda de una montaña, en realidad de un volcán, y parece mimetizarse con el color amarronado de una isla que oscila del azul, al marrón y al negro según cambia el viento, alisio, por supuesto. Sin embargo, la piedra volcánica y la excasa vegetación sólo son el punto justo para poner en valor el contraste de este paraíso en el que hay hasta una pequeña laguna artificial llena de flamencos y grullas exóticas y un pequeño Loro Parque con especies increíbles que han encontrado en Finca de Uga un acogedor hogar.
Cerdos con música
Nada más entrar a la instalación, -impoluta y recogida, no parece una granja, lo mires por donde lo mires-, llama la atención la música pop de los años 80 que se escucha por el altavoz. Los cerdos parecen moverse a un ritmo más lento del que marca el batería del grupo que suena en ese momento, pero los especialistas insisten en que este detalle hace que la carne sea más sabrosa y eso es lo único que importa.
"Este año vamos a sacar también carne de buey que llevamos cuatro años criando sólo para esto. Los solomillos serán más pequeños, pero es un manjar porque estos animales han estado cuidándose estos años sólo ser carne, no es como antes que trabajaban en el campo", recuerda la veterinaria jefe de la finca, Arminda García.
Pero la increíble carne de sus animales no es lo único que ha hecho famosa a Finca de Uga. De hecho, por donde ha recibido premios y más premios es por la quesería que han montado aprovechando la leche de vaca, oveja y cabra, casi todas autóctonas, que se cría en su terreno.
Entre las distintas variedades, venden desde pastas prensadas de una sola clase de leche, hasta quesos de diferentes mezclas y coagulaciones de tipo vegetal y láctica pero con una producción muy limitada, "lo que dan nuestros animales", aseguran, que alcanza los 24.000 kilogramos.
De este exclusivo y ecológico laboratorio han salido muchos quesos de premio: el mejor de Canarias y hasta uno de los mejores del mundo en los World Cheese Awards. "La venta de nuestros quesos se hace únicamente en las islas. Antes de la pandemia también servíamos en El Corte Inglés Gourmet y en tiendas especializadas, pero nos ceñimos a la producción artesanal que tenemos y está vendida en Canarias, por lo que no la vamos a mandar a otro sitio", explica Arminda con cierta lógica de que lo mejor que producen se quede en Lanzarote.
En un terreno árido donde parece que no puede crecer nada, en Uga se consiguen frutas y verduras que van directamente a la despensa de los dos hoteles, incluido Kaori, el nuevo restaurante japonés que ha abierto el chef Víctor Planas en el Hotel Fariones, después del éxito de su local en Tenerife.
En esta tierra difícil, agreste y a veces incluso claustrofóbica, crecen naranjos, aguacateros, manzanos, higueras o albaricoqueros, papayas y fresas y en una especie de invernaderos que han construido también productos de la huerta como tomates, lechugas, pimientos, calabacines o berenjenas. Y eso que aquí, el agua cuesta lo suyo.
"Es lo más caro y la que tenemos es de las desalinizadoras porque aquí llover, llueve muy poco. Este año ha sido diferente porque incluso nevó en Timanfaya, pero no es lo habitual", aclara la veterinaria.
Hotel Fariones
Tener una despensa así a poco kilómetros es un lujo para Fariones, que no es un simple hotel cinco estrellas sino que fue el primero de esta categoría que abrió sus puertas en los años 70 cuando Lanzarote era un terreno negro y sin explotar turísticamente, antes de que ingleses, alemanes y españoles descubrieran el paraíso.
Sin embargo, la apuesta por este vergel pegado al mar lo ha convertido en el lugar de reunión de toda la aristocracia de la isla, "no eras nadie si no te casabas en el Fariones", recuerdan algunos del lugar, y ahora, tras su reforma completa, este edificio blanco puro resalta en mitad de un jardín tropical que parece pintado a mano sobre el lienzo negro de la tierra conejera.
Con el lavado de cara integral que realizaron en 2020, a la increíble posición geográfica que tiene, entre Playa Grande y Playa Chica de Puerto del Carmen, se le ha unido una decoración de interiores a la altura de las cinco estrellas que se notan hasta en el olor que desprende el hotel nada más abrirse las puertas de cristal que dan acceso a su hall.
Ventiladores de techo, una biblioteca con increíbles sorpresas dentro y hasta un mueble del siglo XVIII en el rincón del piano bar se combinan con un frondoso jardín de 5.000 metros cuadrados de vegetación tropical y una piscina infinita que cae sobre el mar.
Stratvs
Del mismo dueño, el Rosa Group, es una de las bodegas más importantes de todo Lanzarote, la de Stratvs. Sus mejores vinos se pueden disfrutar en los restaurantes de Yaiza y de Fariones también pero además, se puede contratar una excursión para ver la increíble bodega excavada en la piedra volcánica y el sistema casi mágico para criar vinos en el valle de La Geria, un lienzo negro salpicados de pequeños toques de verde que son las parras escondidas en cráteres y con muros protectores al abrigo de los vientos y aprovechando el polvo volcánico que cambió esta parte de la isla hace trescientos años.
Además de la calidad de sus vinos, sobre todo del blanco Finca Las Palmeras y del tinto Finca de Uga, en la bodega también se pueden comer riquísimos platos tradicionales canarios que se preparan con lo que sale de la milagrosa Finca de Uga, completando el círculo de una apuesta por la gastronomía y por los hoteles de lujo siempre pegado a lo tiene y produce Lanzarote.