El chef José Andrés es de sobra conocido por ser uno de los mejores embajadores de la cocina española en América. A lo largo de su carrera ha puesto en marcha muchos y variados proyectos con el fin de poner en valor nuestra gastronomía al otro lado del Atlántico.
Con motivo de la promoción de uno de sus últimos proyectos, el Little Spain Market, un mercado gastronómico en Nueva York donde podrán degustarse los mejores platos de nuestra tierra, el chef acudió al programa de Jimmy Fallon.
Quizá por aquello de que el movimiento se demuestra andando, o quizá por exigencias del guión, el chef escoltado por el presentador, se dispone a hacer una tortilla de patata e invita a Fallon a que siga sus pasos.
Por ahorrar tiempo, en la improvisada cocina ya disponen de una cesta con huevos, sal, aceite de oliva virgen extra, patatas ya pochadas y doraditas en un bol y cebolla perfectamente caramelizada en otro. Todo lo necesario para cuajar una tortilla de patata con cebolla como la favorita de los españoles. Así a priori parece que nada podría salir mal...
El presentador comienza su tortilla echando las patatas -ya cocinadas- directamente a la sartén, después, pegote de cebolla caramelizada... debe ser que Fallon es más de huevos revueltos que de tortillas, pero ya se empieza a mascar la tragedia.
Mientras se va cuajando la tortilla del chef, este aprovecha para mostrar a la audiencia lo que es un porrón y ofrece al bueno de Jimmy uno lleno de vino tinto del que intenta beber como si se tratase de un biberón. El chef le corrige, e intenta explicarle con su porrón lleno de cerveza, el presentador lo intenta, pero lo van a tener difícil en la lavandería para conseguir que la impoluta camisa blanca que lucía al comenzar el programa no valga más que para hacer trapos.
Adelantándose a posibles contratiempos, el chef ya tiene una tercera tortilla preparada para la cata, que se dispone a cortar mientras explica qué es Little Spain. El presentador, resumiendo, lo define como un mercado gastronómico y ahí, contra todo pronóstico estalla la tormenta.
El chef, cuchillo en mano, se muestra colérico defendiendo la cocina española, pues no es algo que pueda resumirse en unos puestos de un mercado. Nuestra cocina es un modo de vida y le pone como ejemplo la propia tortilla. Finalmente, chef y presentador hacen las paces "brindando" con sendos trozos de tortilla.