Las patatas fritas de bolsa, uno de los aperitivos favoritos de gran parte de la población mundial no están exentas de polémicas varias. Aparte del debate sobre si son más o menos saludables, existe otro motivo de desazón entre los consumidores. Se trata de ese tercio o más de volumen vacío en todas las bolsas de patatas fritas.
Pero podéis estar tranquilos, ni lo hacen para venderte menos cantidad de patatas por el mismo precio, ni se trata de un timo. Todo ese vacío es por tu bien y tiene una explicación científica.
Veamos, ese vacío que acompaña a las patatas fritas dentro de la bolsa no es simplemente aire, sino que es nitrógeno. Este gas, al ser inerte, resulta perfecto para su conservación porque no reacciona con las partículas del producto y carece de sabor u olor, por lo que ayuda a conservar las patatas fritas en buen estado durante más tiempo. Por supuesto, el nitrógeno resulta inocuo para el ser humano y su uso en contacto con alimentos es totalmente seguro ya sea en estado líquido como gaseoso.
Si algunos os estáis preguntando qué por qué es nitrógeno y no aire, cuando el primero es el componente mayoritario del segundo, la clave está en el oxígeno y en el vapor de agua, el primero por ser un agente oxidante que es responsable de que las grasas utilizadas en la fritura de las patatas comiencen a enranciarse en cuanto abrimos la bolsa y el segundo, que hace que se empiecen a ablandar perdiendo su crujido característico.
Es decir, cuando abres esas bolsas de patatas fritas que tanto te gustan, deberías estar contento con ese "vacío" porque es el responsable de que estén tan buenas que no puedas dejar de comerlas. Además, el nitrógeno cumple una segunda función importante, y es que funciona como si fuese una especie de "airbag" ayudando a que no acaben hechas migajas durante su transporte.
Consejos para conservar tus bolsas de patatas fritas
Aunque es muy complicado vencer la tentación de abrir una bolsa de patatas fritas y no acabarla, a veces sucede. Lo mejor es no dejar que pase mucho tiempo y se olviden en el fondo de la alacena pero, por si esto ocurre, hay algunos trucos que ayudan a conservar este snack casi como recién abierto:
- Tener cuidado al abrir el paquete, porque para cerrarlo después, bastará con doblar en varios pliegues la apertura de la bolsa y colocar una pinza.
- Vacía de aire la bolsa antes de cerrarla, ya que el oxígeno hace que el aceite y la grasa se deterioren, dándoles un sabor a rancio.
- Si no tienes pinzas a mano, hay una forma de doblar las bolsas que solo requiere un poquito de maña. Este vídeo muestra cómo hacerlo:
Con todo esto evitamos que la luz y el oxígeno del aire estropeen las patatas fritas, aunque hay que tener en cuenta que ya solo con haber abierto la bolsa la primera vez, ambos factores han comenzado a actuar.
Un truco para hacer que vuelvan a crujir
Si ha pasado bastante tiempo y han perdido su textura crujiente, un truco es esparcir las patatas fritas en un plato (sin amontonarlas demasiado) e introducirlas en el microondas un minuto a máxima potencia. Al sacarlas, se colocan sobre papel absorbente y, cuando se enfríen, estarán como el primer día. En este artículo de Cocinillas explicamos el paso a paso para que salga perfecto.
Con mayor o menor cantidad de nitrógeno en su interior, una bolsa de patatas fritas es un aperitivo delicioso que gusta a todos y no puede faltar en toda despensa que se precie para ser los anfitriones perfectos en reuniones con familia o amigos.