En mis 23 años de vida he visto todo tipo de máquinas vending. Desde la típica repleta de refrescos de la piscina hasta una que vendía lingotes de oro en Londres. Por el medio me he encontrado máquinas de todo tipo, desde una que vendía juguetes sexuales en Malasaña hasta otra que ofrecía todo tipo de comida preparada casera. Hoy en día parece que todo se puede vender en una máquina expendedora y desde Moët & Chandon no han querido quedarse fuera de esta moda.
De ahí que, a partir del 13 de abril, puedas comprar minibotellas de champán Moët & Chandon Imperial Brut en una máquina expendedora que han colocado en Estados Unidos. En concreto se ha situado en el bar Arnaud’s French 75, especializado en este tipo de espumosos, y sólo funciona con unas monedas especiales que ha creado Moët. Cada una de estas, que tiene un acabado dorado y el logo de la compañía, se vende por 20$ y la máquina tiene capacidad para 320 botellas. Lo que suma 6.400$ de caja. Casi nada.
Por suerte, el vending tiene más cuidado que la expendedora de tu barrio a la hora de dispensar las bebidas. Nada de champán agitado ni cristales rotos. La máquina coge cada botella con sumo cuidado y entrega de paso un tapón especial que permite beber directamente de ella.
Aunque lo realmente curioso es que esta no es la primera vez que Moët ofrece sus bebidas en una máquina expendedora. Hace un año ya colocó una máquina parecida en Londres y ahora, además del Arnaud’s también ha colocado una en el hotel El Mandarín Oriental de Las Vegas.
En mi vida me hubiera imaginado que un producto que para muchos es sinónimo de lujo iba a acabar distribuido de la misma forma que los dudosos sandwiches que tanto triunfaban en mi universidad.