Aunque fue el pasado verano cuando los británicos tomaron la decisión de dejar de ser miembros de la Unión Europea, es precisamente hoy, 29 de marzo cuando comienza a ponerse en marcha el famoso Brexit.
Y, obviamente, esto tendrá consecuencias que afecten a muchos ámbitos, entre ellos la industria alimentaria, pues al salirse de la UE, dejará de existir el libre comercio entre los países que siguen siendo miembros y Gran Bretaña, circunstancia que se hará notar en las transacciones comerciales, bien sean importanciones o exportaciones a gran escala o simples compras on-line al por menor.
El Brexit y la industria alimentaria
Nada más conocerse la noticia del Brexit, la consultora KPMG elaboró el estudio Alimentación y bebidas: Tendencias 2016 en que se analizó con bastante detalle el impacto del Brexit en la agricultura. Según este informe, en 2015 las exportaciones españolas al Reino Unido clasificadas como “Alimentación y bebidas” supusieron el 19% del total de exportaciones a dicho país.
Así mismo, del total de exportaciones de esa categoría, el 58% corresponden a frutas, hortalizas y legumbres y el resto se reparten principalmente entre bebidas, preparados alimenticios, productos cárnicos, grasas y aceites.
Efectos en el mercado británico y en las empresas españolas
Dado que el Brexit supondrá el fin del libre comercio, los acuerdos comerciales anteriormente descritos tendrán que ser redefinidos. Una vez hecho eso, veámos cómo podrían afectar los cambios:
- Depreciación de la libra, que causará un aumento de costes para los minoristas que deseen seguir vendiendo productos de importación y, a la larga, una disminución de las importaciones.
- Reducción del consumo, ya que el aumento de costes acabará llevando a la disminución del volumen de importaciones de alimentos.
- Reducción de márgenes, al principio, para poder seguir manteniendo cierto volumen, los minoristas renunciarán a parte de sus márgenes para poder mantener precios, pero a la larga, conducirá también al descenso de las importaciones. Esto afecta en los dos lados, ya que por otra parte, las empresas españolas también podrían renunciar a parte de sus márgenes en un intento de seguir manteniendo el volumen.
- Impactos fiscales y legales, ya que podría producirse una nueva regulación en el mercado británico que podría implicar la obtención de nuevas licencias o la obligación de cumplir con nuevos estándares que pueden ir desde el etiquetado de los productos hasta la composición de los mismos y las empresas españolas tendrían que adaptarse a los cambios.
También podría suceder que el Reino Unido decidiese mantenerse dentro de la Zona Económica Europea que permite el libre comercio y a la que pertenecen países como Suiza o Noruega. Si esto fuese así, sería una fantástica noticia para los consumidores, pues no habría grandes consecuencias.
¿Cómo vamos a notar el Brexit en nuestra lista de la compra española?
Aunque la gastronomía anglosajona no es de las más demandadas en nuestro país, desde hace unos años sí que hay productos británicos que se han hecho un sitio en el mercado, especialmente productos para repostería y bebidas alcohólicas que hasta hace mucho eran difíciles de conseguir en España pero que ahora se puede comprar en varios supermercados físicos y en multitud de tiendas on-line. Así que yasabéis