Ya sabemos que los alimentos ricos en grasas y altamente calóricos son una de las principales causas del aumento de peso y de la obesidad. Pero los riesgos no acaban ahí, una dieta en la que abunda la comida basura puede, además, reducir el deseo de consumir otro tipo de alimentos y de llevar una dieta variada.
A esta conclusión se ha llegado en un estudio recientemente publicado en la revista científica Frontiers in Psychology, en el que un grupo de investigadores australianos demuestran que las ratas con una dieta basada en galletas, tartas, empanadas y bizcochos no solo aumentaron su peso corporal sino que también perdieron el deseo de comer otro tipo de alimentos.
Para explicarlo brevemente, el experimento consistió en asociar distintas pistas de audio a distintos tipos de alimentos de manera que las ratas, al escuchar un sonido determinado, sabían cuál era el alimento disponible en ese momento. Como era de esperar, las ratas que seguían una dieta saludable disminuían la respuesta a alimentos cuando tenían el estómago lleno.
Pero lo sorprendente fue que las ratas sometidas a una dieta alta en grasas seguían respondiendo de la misma manera a las pistas asociadas a comida basura incluso aunque acabasen de comer hasta saciarse.
El estudio concluye que el consumo de comida basura podría hacernos perder el interés por otro tipo de alimentos más saludables y provocar un consumo excesivo de comidas más perjudiciales para nuestra salud.
Aunque este estudio no analizó por qué se produce este efecto en los hábitos alimentarios, sí existen otros estudios que demuestran que determinadas partes del cerebro que se activan tras el consumo de drogas también son activadas con imágenes de comida basura o que relacionan a nivel cerebral el hecho de comer compulsivamente con la adicción a sustancias como la heroína o la cocaína.
Al final, parece ser que el famoso mensaje publicitario de “Cuando haces pop ya no hay stop” podría ser más cierto de lo que nos creemos.
Fuente | Healthline.com