El aceite de oliva es uno de los alimentos más valorados en el mundo. Se trata del zumo de la oliva exprimida, y según su pureza o tratamiento recibe una u otra denominación. Y es debido a estos dos factores que verse tentado por cometer fraude y vender los de una calidad como los de otra superior empieza a ser cada vez más fácil.
Por eso la Comisión Europea ha dedicado 5 millones de euros del nuevo programa Horizon 2020 a la lucha contra el fraude del aceite de oliva, un serio problema al que se enfrenta en sector agrónomo no solo en España, si no en todo el mundo.
Para entender mejor el fraude dentro del mundo del aceite de oliva tenemos que entender antes un poco mejor cómo funciona este oro líquido. Os recomendamos leer este post en el que hablamos sobre las diferencias entre aceite de oliva, aceite de oliva virgen y aceite de oliva virgen extra. Y si queréis entrar más a fondo en el asunto este otro post en el que nos centramos en la importancia que tiene el aceite de oliva virgen extra en la cocina.
Resumiendo mucho el asunto podemos fijarnos en el proceso que sigue la aceituna desde el campo hasta el punto de venta. Una vez la aceita se recolecta y se exprime, el zumo 100% de esta es el aceite de oliva virgen o virgen extra. Las diferencia entre ambos radica en lo que se hayan cuidado los cultivos, el transporte desde el campo hasta la almazara y los métodos de extracción. Cualquier pequeño problema en cualquier parte del proceso nos pueden llevar a tener problemas y que la categoría baje de virgen extra a virgen.
Lo que sobra de hacer un aceite virgen o virgen extra se llama orujo, y no es apto para el consumo por sus características orgranolépticas. Se puede consumir y no es malo para la salud, pero sabe y huele mal. Para quitar el olor y el sabor es sometido a procesos físicos y químicos, y una vez se tiene un líquido sin sabor ni olor se mezcla con un determinado porcentaje de aceite de oliva virgen, para que aporte los sabores y olores que no tenía el líquido anterior. La mezcla resultante es lo que se conoce como aceite de oliva a secas, y será fuerte o suave según la cantidad de aceite de oliva virgen con el que se haya mezclado, aunque esta denominación es puramente comercial y no está regulada.
Conociendo este proceso es fácil imaginarse como cualquiera puede verse tentado por vender un aceite de oliva como virgen o uno virgen como virgen extra. O incluso ir más allá y usar más químicos o trucos para vender como algo de calidad superior cuando no lo es. Y esto es un enorme problema para los productores, especialmente para aquellos que venden productos de calidad como podría ser un auténtico aceite de oliva virgen extra, ya que si en el mercado se ofrecen alternativas más baratas que están cometiendo fraude, serán capaces de engañar fácilmente al consumidor.
Es por ello que noticias como esta de una mayor inversión en la lucha contra el fraude del aceite de oliva son buenas noticias, y esperemos que den un buen resultado. Y nosotros como consumidores también tenemos un trabajo importante que realizar, empezando por aprender a diferenciar un buen aceite de uno que se vende como tal sin serlo.
Fuente | Olive Oil Times