Que el estrés provoca canas es una verdad absoluta que no precisaría estudios científicos al respecto, pero los hay. De hecho, incluso hay anécdotas históricas que dejan entrever esta relación causal entre la angustia psicológica y el encanecimiento no ligado al envejecimiento natural humano. Así, cuenta la leyenda que el cabello de María Antonieta se volvió gris de la noche a la mañana la víspera de su decapitación en 1791.
Si bien la leyenda es inexacta -cuando el cabello ya ha crecido no cambia de color, el encanecimiento parte de la raíz y se extiende al crecer- un nuevo estudio, publicado en eLife, corroboraría las sospechas: existe una relación causal entre estrés psicológico y canas, pero lo más importante es que puede ser reversible.
Así lo indicarían los resultados de un nuevo trabajo a cargo de los investigadores del Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia. Si bien el hecho de que el estrés puede acelerar el envejecimiento y producir canas prematuras en el cabello humano, este nuevo estudio indica que el fenómeno no tiene por qué ser permanente.
Este dato no solo sería llamativo a nivel del cabello humano, como bien comenta Martin Picard, PhD, profesor asociado de medicina del comportamiento en la Universidad de Columbia y autor principal del nuevo trabajo, sino que la comprensión de estos mecanismos podría ayudar a entender mejor el envejecimiento humano, y a retrasarlo, o al menos evitar su aceleración prematura.
El envejecimiento humano no sería un proceso fijo y lineal, sino que puede detenerse y, en determinados casos, revertirse temporalmente. Según Picard, cuando el cabello está aún debajo de la piel en forma de folículos, sufre la influencia de las hormonas del estrés. Cuando crece hacia el exterior, se endurece y cristaliza de forma estable. Hasta el momento se sospechaba que había una relación entre exceso de estrés y pigmentación del cabello, pero era algo complicado de medir.
En este caso, Ayelet Rosenberg, coautora del trabajo y estudiante en el laboratorio de Picard, desarrolló un nuevo método para capturar imágenes muy detalladas de pequeños cortes de cabello humano para cuantificar el grado de pérdida de pigmento en cada uno de los cortes. Estas "rebanadas" a estudiar eran de apenas 1/20 milímetros de ancho, lo que representaría una hora de crecimiento de cabello.
Al usar un escáner de alta resolución, es posible ver variaciones sutiles de color, imposibles de ver a simple vista. En este caso, se analizó el cabello de 14 voluntarios y se compararon con un diario de estrés de cada uno de ellos. Apuntaron de forma semanal el nivel de estrés que sufrían.
Sorprendentemente, algunas canas recuperaron de forma natural su color original, y esto nunca se había documentado cuantitativamente, según Picard y sus colegas. Cuando se comparó el color del cabello con los diarios de estrés, se evidenció una asociación clara entre estrés y encanecimiento del cabello, pero también una reversión de estas canas si cesaba el estrés.
Cómo reparar las canas
Según comentan los autores, destacó un caso en particular de una persona que se fue de vacaciones, y cinco cabellos de su cabeza volvieron a oscurecerse durante dichas vacaciones, sincronizados en el tiempo. Los investigadores sospechan que habría una causa celular: las mitocondrias.
Para comprender mejor la fisiología del proceso, los investigadores midieron los niveles de miles de proteínas en los cabellos y cómo estas cambiaban a lo largo de cada cabello. Se detectaron cambios en 300 proteínas junto al cambio de color del cabello.
Así pues, se desarrolló un modelo matemático que sugeriría que los cambios inducidos por el estrés en las mitocondrias de las células podrían explicar por qué el estrés psicológico provoca las canas. Estos orgánulos son conocidos como "centrales eléctricas celulares", pero cumplen muchos otros papeles en la célula y responden a múltiples señales.
En estudios previos, en ratones, se habría sugerido que este proceso de encanecimiento sería irreversible. Sin embargo, estos nuevos datos sugerirían sí pueden ser reparadas, por lo que las canas en humanos seguirían un mecanismo diferente. El pelaje de los animales suele conservar su color toda la vida, y la decoloración en su caso se vincula con problemas de salud.
Por desgracia, tanto el mismo estudio como el modelo matemático indican que el proceso no es reversible para todo el mundo: reducir el estrés en la vida no devolverá el color al cabello en todo el mundo. El momento efectivo para acometer los cambios de hábitos necesarios sería la mediana edad, el "umbral" en el que el estrés puede desencadenar un envejecimiento acelerado o, en cambio, retrasarlo.
A partir de cierta edad, tanto la edad biológica como otros factores determinarían un encanecimiento de forma irreversible, y vice-versa, en edades más jóvenes el estrés no basta por sí para que salgan canas. Al final, la edad biológica tendrá también un papel clave.
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