Se trata de un cáncer poco frecuente y afecta, sobre todo, a mujeres mayores de 60 años. A pesar de su rareza, no hay que quitarle importancia. De hecho, su baja prevalencia es uno de los factores que lo hacen más peligroso. Hablamos del cáncer de trompa de Falopio, uno de los tumores ginecológicos, junto con el de ovarios, el de útero o el de vagina, que tienen su origen en los órganos reproductores femeninos.
Las trompas de Falopio o trompas uterinas son dos tubos finos que conectan los ovarios con el útero que miden entre 10 y 18 cm Durante el ciclo menstrual, transportan el ovocito desde el ovario hasta la cavidad uterina y permiten el paso de los espermatozoides mediante contracciones para facilitar la fecundación. También aportan líquidos necesarios para nutrir el cigoto.
En este cáncer, los tumores suelen originarse en las células que recubren este tejido, el cual, como señala el National Cáncer Institute, comparte características con el revestimiento de los ovarios y el peritoneo. Por esta razón, el cáncer de trompa de Falopio, el cáncer de ovario y el cáncer primario de peritoneo presentan síntomas similares y reciben tratamientos muy parecidos.
Atención a estas señales
El cáncer de trompa de Falopio es una enfermedad poco frecuente, pero puede presentar síntomas que es importante conocer para su detección temprana. Entre ellos, los siguientes:
Sangrado vaginal después de la menopausia. Es uno de los síntomas más alarmantes, dado que el sangrado postmenopáusico no es normal, su aparición podría ser un indicador de algún problema en el sistema reproductivo, incluyendo el cáncer de trompa de Falopio. Es fundamental acudir al médico si se presenta este síntoma.
Menstruaciones abundantes y duraderas. En mujeres que aún están en edad reproductiva, el cáncer de trompa de Falopio puede provocar alteraciones en el ciclo menstrual, como periodos más intensos o prolongados de lo habitual. Estos cambios pueden pasar desapercibidos, pero si se vuelven recurrentes, requieren atención médica para descartar posibles causas.
Dolor abdominal. El dolor o malestar en la zona abdominal es un síntoma común en muchos tipos de cáncer ginecológico, incluido el de trompa de Falopio. Este dolor puede variar en intensidad y aparecer de forma intermitente o continua.
Cambio en las características del flujo vaginal. Alteraciones en el flujo vaginal, como un aumento en la cantidad, cambios en la consistencia o en el color, e incluso la presencia de un olor inusual, pueden ser signos de cáncer de trompa de Falopio. Aunque este síntoma puede ser causado por diversas condiciones menos graves, es aconsejable que cualquier cambio significativo sea revisado por un ginecólogo.
Factores de riesgo
El cáncer de trompas de Falopio comparte varios factores de riesgo con el cáncer de ovario, ya que ambos tumores presentan similitudes en su desarrollo y características. Algunos de ellos están fuera de nuestro control, como, por ejemplo la edad. La probabilidad de desarrollar es mucho más frecuente en mujeres de edad avanzada.
También fuera del control de las mujeres es el hecho de tener antecedentes familiares. Tener familiares de primer grado (como madre o hermana) que hayan padecido cáncer de ovario, colorrectal o de mama puede incrementar el riesgo.
Otro tipo de factores que pueden aumentar el riesgo son los factores reproductivos. En este sentido, las mujeres que no han tenido hijos o que nunca han amamantado presentan un riesgo mayor de desarrollar este tipo de cáncer.
Del mismo modo, puede existir un componente genético que aumente las probabilidades. En este caso, las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 están asociadas a un mayor riesgo de cáncer de trompa de Falopio, al igual que de ovario y de mama.
La presencia de endometriosis, una afección en la que el tejido endometrial crece fuera del útero, también se ha asociado a un mayor riesgo de cáncer ginecológico, incluyendo el de trompa de Falopio.
Además, existen otros factores de riesgo que podemos minimizar cambiando nuestros hábitos. Por ejemplo, fumar los aumenta significativamente, ya que las sustancias químicas del tabaco pueden causar daños genéticos en las células del sistema reproductor.
La obesidad también es un factor importante, ya que un índice de masa corporal elevado se asocia con un mayor riesgo de varios tipos de cáncer. El exceso de grasa corporal puede generar inflamación crónica y desequilibrios hormonales que promueven el desarrollo de tumores.
Pruebas diagnósticas
Para diagnosticar el cáncer de trompa de Falopio, se emplean varias pruebas que ayudan a determinar su estadio y el tratamiento adecuado.
Prueba de CA125. Mediante un análisis de sangre, esta prueba permite detectar niveles elevados del marcador CA125, que pueden indicar la presencia de cáncer ginecológico. Sin embargo, estos niveles altos no siempre indican malignidad, ya que pueden darse durante el embarazo, la menstruación o en otras enfermedades benignas.
Pruebas de imagen. Se realizan tomografías computarizadas, resonancias magnéticas y ecografías pélvicas para evaluar la extensión del cáncer. Dado que el cáncer de trompa de Falopio no siempre presenta síntomas, estas pruebas pueden descubrirlo de forma incidental.
Procedimientos quirúrgicos. Una biopsia y la estadificación del tumor mediante cirugía permiten confirmar el diagnóstico y definir el tratamiento óptimo.