Este jueves comienza el US Open de golf, uno de los torneos más importantes de la temporada. España tenía una gran opción de victoria con la presencia de Jon Rahm, actual número 8 del mundo. Sin embargo, el de Barrika ha anunciado que no podrá participar en la edición de este año por culpa de una lesión.
Un problema físico que, más que una lesión, se trata de una enfermedad. El ganador del US Open en el año 2021 ha estado aplazando su decisión hasta el último momento. Sin embargo, horas antes de que arrancara la competición se vio obligado a comunicar que renunciaba al torneo para intentar reponerse de este extraño contratiempo.
El jugador español sufre una infección en su pie izquierdo que ya le obligó a retirarse de su último torneo, el evento de la Liga Saudí disputado en Houston. Los dolores y las dificultades para estar de pie e incluso para calzarse una zapatilla le hicieron tomar esta trágica decisión que ahora le ha privado de disputar el US Open y que ha preocupado a todos sus aficionados.
¿Qué le pasa a Jon Rahm?
Jon Rahm tenía esta semana una importante cita en su calendario. Debía disputar el US Open de golf. Sin embargo, una infección en su pie izquierdo se lo ha impedido. El jugador de Vizcaya, ganador ya de un US Open y de un Masters de Augusta, padece un peculiar problema localizado entre dos dedos de su pie.
"Estamos intentando entender qué pasó porque creo que lo más posible es un problema en la piel. Si tuviera que enseñarlo, está en la parte baja, entre mi meñique y el dedo siguiente. No sé qué pasó, pero tenía mucho dolor".
'Rahmbo' sufrió un corte en dicha zona que le ha provocado una grave infección que le ha tenido en los últimos días más pendiente de los médicos que de los entrenamientos. De hecho, no pudo salir a practicar ni el lunes ni el martes. Y finalmente, se vio obligado a anunciar ante los medios de comunicación que sería baja en el torneo estadounidense.
Durante las últimas jornadas se le ha podido ver caminando con una sandalia, dejando su pie izquierdo al aire, y luciendo una extraña protección entre sus dedos. "La infección fue la parte preocupante, ahora está bajo control, pero sigue estando hinchado y tengo dolor. Hay una razón para venir aquí con un zapato y una chancla. Intento mantener la zona seca para que se sane lo antes posible. Hago lo que puedo, el cuerpo humano tiene sus ritmos".
El síntoma más desagradable es el intenso dolor que le produce, ya que los dedos más afectados son los más pequeños, el punto sobre el que recae el peso del cuerpo en el movimiento del swing, algo que pudo comprobar en Houston.
"No sé las causas, pero se infectó. El sábado me infiltraron y se suponía que iba a aguantar toda la vuelta, pero a partir del hoyo 2 aparecieron los dolores. Me retiré porque no podía hacer los swings que pretendía y antes de forzar demasiado y que otras partes del cuerpo se resintieran, opté por no seguir. ¿Podía haber acabado con cualquier tanteo? Claro".
De hecho, esta situación tenía muy preocupado al propio Rahm: "Si no creo que puedo ganar, no sé si merece la pena salir a competir. Si no fuera un grande, no estaría aquí". Finalmente, tras ser asesorado por los médicos, el de Barrika ha decidido parar. Estos problemas de salud se unen a las críticas que ha recibido por su juego, ya que Rahm no ha levantado ningún título desde que se enfundara la Chaqueta Verde en Augusta la pasada temporada.
Ahora, su pie luce un aspecto realmente preocupante. Con un cambio de tonalidad en la piel y una llamativa hinchazón que se unen al intenso dolor que padece el jugador español. "Después de consultar con varios médicos y mi equipo, he decidido que lo mejor para mi salud a largo plazo es retirarme del US Open de esta semana. Decir que estoy decepcionado es poco. Espero volver lo antes posible".
Rahm aún no sabe cuándo podrá volver a jugar y es que el tiempo apremia. Por delante tiene dos grandes eventos, el Open Británico y, sobre todo, los Juegos Olímpicos de París 2024. Aunque antes, su reaparición debería llegar en la cita de la Liga Saudí de Nashville. O incluso en Valderrama. Pero la evolución de esa infección es ahora mismo una total incógnita.
El golfista asume esta situación difícil con tristeza, ya que no es habitual tener que parar su calendario por una lesión de este tipo, una infección cutánea. No obstante, afirma haber dado pasos hacia delante en las últimas horas: "Aunque estoy mejor, sigo sintiendo dolor".