Un radiólogo tiene pocas ocasiones para conocer en detalle la historia del paciente que se pone bajo la máquina. Son otros médicos quienes les encargan las radiografías e incluyen un breve texto con las sospechas de lo que puede encontrar en ellas. Estos médicos son expertos en detectar qué es lo que se ve en esas imágenes que al resto nos parecen tan confusas. A pesar de ello, en ocasiones reciben algunas en las que se observa un cuerpo extraño que no tienen ni idea de cómo ha podido acabar ahí.
Los cuerpos extraños no suelen ser raros en sí mismos. Los médicos llaman de esta manera a cualquier elemento ajeno al cuerpo humano que se encuentra en sus orificios naturales y que impiden su funcionamiento. Ahora bien, los más extraños entre los cuerpos extraños han sido en varias ocasiones objeto de estudio científico. Suelen ser objetos tragados, aspirados o, incluso, introducidos por vía anal y, por supuesto, casos que se tratan en los servicios de Urgencias. Aunque más de una vez estas radiografías se han expuesto con intención humorística, pueden constituir problemas de salud muy graves.
"Estos casos son poco frecuentes. Las Urgencias de mi hospital tienen muchísimos pacientes e igual a la semana se ve algún caso", destaca Laín Ibáñez Sanz, radiólogo de Urgencias del Hospital Universitario 12 de Octubre y miembro de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM). "Lo que más vemos son ingestas accidentales, que se dan sobre todo en niños, porque lo exploran todo con la boca y al final se tragan objetos, y en ancianos, porque los que llevan dentadura postiza pierden mucha sensibilidad sobre lo que mastican y a veces se les cuelan huesos de pollo o, incluso, material dental".
Dentaduras y cuchillas
Se suelen pedir para estos casos radiografías de abdomen y, en ocasiones, de tórax que sirven sólo para ver aquellos cuerpos que sean radiopacos. Es decir, que ofrece resistencia a ser atravesados por los rayos X y, por tanto, se hacen visibles en una radiografía. "Básicamente, son los cuerpos de metal o de cristal, las cosas orgánicas o de plástico se ven muy mal. Es, por ejemplo, muy útil cuando un niño se traga una moneda, pero no sirve para observar dónde está un hueso de pollo ingerido por accidente", explica Ibáñez.
El experto afirma que le ha impactado especialmente ver agujas de coser en el interior de personas, que han sido aspiradas por sostenerlas con la boca. Pero también los pernos de implantes dentales, trozos de dentadura postiza o, incluso, conchas enteras del marisco de una paella. "Hemos llegado a ver a personas acompañadas de su dentista porque durante una revisión han broncoaspirado alguna parte de los instrumentos. También presos que tragan cuchillas de afeitar para poder salir de la cárcel un determinado tiempo", asegura Ibáñez.
"Las cuchillas de afeitar impresionan porque los presos las envuelven para que no les dañen por dentro, pero en la radiografía no se ve esa capa. Parece que la han tragado tal cual", subraya el médico. Las radiografías, en este caso, son especialmente importantes para determinar en qué punto de los sistemas digestivo o respiratorio están esos objetos y así decidir cómo sacarlos. El experto explica que si el objeto se encuentra en los bronquios o en los pulmones hay que intervenir rápidamente, pero aquellos que viajan por el sistema digestivo pueden llegar a ser expulsados de manera natural.
Estudios sobre el recto
"El tracto digestivo es otra película porque al final su naturaleza es que todo transcurra por él hasta que lo eches. El típico caso de un niño que ha ingerido una moneda no suele ser grave, hay que mirar cómo de grande es y si está avanzando por el sistema digestivo. Pero lo normal es que se espere a que salga sola", cuenta el experto. Ahora bien, todo depende de cuál sea el objeto y el orificio por el que ha entrado porque, incluso, en el sistema digestivo pueden encontrarse cuerpos que dañen y que obstruyan esta vía.
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En este último grupo merecen una mención aparte aquellos cuerpos que quedan atrapados en el recto tras haber sido introducidos por vía anal. Estos objetos han atraído la atención de muchas personas que los comentan en redes sociales, pero también por científicos que realizan estudios sobre ellos. Uno de ellos fue publicado en el año 2014 en la revista científica Acute Medicine & Surgery por un grupo de investigadores japoneses y que realizó una revisión de estudios sobre cuerpos extraños en el recto entre los años 1980 y 2012.
Apunta a que la principal razón por las que estos objetos quedan atrapados en el recto es la práctica de relaciones sexuales homosexuales y autoeróticas. Casi el 95% de los casos se produjeron en hombres, 556 casos de un total de 589, y el 13,6% del total necesitó una cirugía para retirar estos objetos. Eso sí, otro estudio publicado en 2017 por la revista Culture, Health & Sexuality denunció que estos estudios médicos sobre los cuerpos extraños encontrados en el recto sólo estigmatizan más a estos pacientes y a las personas con sexualidades no heteronormativas.
Urgencia estigmatizada
"La atención y la intervención médica para los cuerpos extraños rectales, la presencia de un objeto en el recto, normalmente por inserción a través del ano, han sido durante mucho tiempo una fuente de humor y suspicacia tanto en el discurso público como médico", declara William J. Robertson, autor del estudio, al comienzo de su trabajo. De la misma manera, Ibáñez afirma que las personas que acuden con este problema a Urgencias llegan con horas o, incluso, días de evolución del problema por vergüenza.
"En estos casos, no vale con sacar el objeto. Hay que hacer un TAC para comprobar que no hay complicaciones y que al sacarlo no produzcas más daño. La extracción es preferible que se produzca de manera manual por el canal por el que entró", advierte el radiólogo. Estos objetos pueden llegar a rasgar el intestino y que su contenido se libere en el peritoneo, lo que a su vez puede producir una infección muy grave, potencialmente mortal. "Normalmente, cuando llegan al hospital significa que el caso no es de los más graves", sentencia.
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Ibáñez cuenta que observó en el hospital un paciente que llegó con una berenjena en esta cavidad y tuvieron que realizar un TAC para comprobar la seguridad del paciente. "Es un error asumir que estos casos siempre son resultado de un juego sexual. Si lo que ves es un consolador, pues sí. Pero si ves una botella de vidrio, es muy posible que no lo sea. Pueden ser pacientes psiquiátricos o personas que son víctimas de violencia. Estas últimas suelen decirte que han tenido un accidente para no meterse en un lío", denuncia Ibáñez.