Dr. Sanz, el sabio español de la Odontología: "Las ortodoncias vendidas por internet son peligrosas"
"Si quieres un buen trabajo, no puedes ir con huecos en la boca" / "En 15 años, los dentistas tendrán biorreactores en sus consultas" / "Es triste que la salud bucal dependa del nivel adquisitivo en España" / "Una leucemia puede manifestarse en las encías"
18 marzo, 2024 01:34Un análisis de medio millón de artículos sobre Odontología publicados entre 2012 y 2022 sitúa a Mariano Sanz Alonso, catedrático de la Universidad Complutense y fundador de la clínica Sanzmar de Madrid, como el odontólogo más relevante de la década.
El trabajo, publicado en Clinical and Experimental Dental Research, destacó 292 artículos como especialmente relevantes, y Sanz era autor de 13 de ellos, el especialista con más investigaciones dentro de esa selectiva lista.
"No hay que ser tan presuntuoso como para decir que mi investigación es la más relevante", señala casi con tono de disculpa a EL ESPAÑOL, "pero sí es significativa porque la utilizan otros compañeros para validar los datos de sus investigaciones".
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No es el primer reconocimiento que le llega a este odontólogo de amplia trayectoria. Ha sido nombrado doctor honoris causa por las universidades de Santiago de Chile, Gotemburgo, Coimbra, Buenos Aires, Varsovia y Atenas.
A pesar de su modestia, sin él es difícil entender cómo ha cambiado la visión de la salud de la boca en las últimas décadas y su interconexión con el resto del cuerpo, por ejemplo, su relación con la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
¿Qué es lo que sabemos ahora sobre la salud bucal que no conocíamos hace una década?
Lo que ha cambiado, sobre todo, es la importancia del área de la periodoncia, en la que yo soy especialista. Hace 15-20 años, en Odontología lo más relevante era el desarrollo de los materiales dentales, fundamentalmente lo que llamamos odontología restauradora: implantes, prótesis… Restaurar los dientes que se han perdido y los que están defectuosos.
Sin embargo, en estos años lo que ha habido es un enorme desarrollo científico en estudiar las enfermedades de las encías. En esto radica gran parte de la relevancia de nuestras investigaciones, por qué las enfermedades de las encías pueden influir en las que tenemos a nivel de cuerpo humano, por qué es importante tener una boca sana si queremos tener una salud general sana.
Esto, hace 15 o 20 años, prácticamente ni se mencionaba. Nadie pensaba, en aquel momento, que, por tener una enfermedad en la encía, podía tener una enfermedad neuropsiquiátrica o cardiovascular.
¿Qué podemos saber de una persona por su boca?
Hay unas enfermedades que son propias de la boca, fundamentalmente la caries –que afecta a los dientes– y las enfermedades de las encías, que son gingivitis y periodontitis. Estas enfermedades solo existen en la boca.
Pero también podemos encontrar enfermedades que afectan al cuerpo humano. Una leucemia puede manifestarse por alteraciones en las encías, o un cáncer. Lo que nosotros hemos estudiado son las enfermedades de las encías, fundamentalmente periodontitis, cuál es el impacto que pueden tener en las personas que lo sufren, en la boca y en el resto del cuerpo humano.
Esto no quiere decir que la periodontitis se expanda sino que genera un estado de inflamación en nuestro cuerpo que puede afectar secundariamente a otras enfermedades. Es decir, la periodontitis no causa otras enfermedades pero sí influye en cómo se desarrollan.
Este estado de inflamación es lo que, en términos técnicos, llamamos inflamación sistémica, una inflamación que se distribuye por todo el cuerpo por vía sanguínea.
En los últimos años se ha prestado cada vez más atención a las encías, la periodoncia, y cómo afectan a la salud de las personas, pero, ¿somos conscientes de que la boca es mucho más que los dientes?
Ese es nuestro reto, informar a la población de que esto es así. Es fundamental educar a la población general, los que acuden al dentista y los que no acuden, los que tienen problemas y los que no, porque, lógicamente, la meta es educar al que no tiene problemas para prevenir que estos surjan.
La prevención de las enfermedades de las encías es muy sencilla: tener una muy correcta higiene bucal. Lo que pasa es que tenemos que tener en cuenta que influye mucho la susceptibilidad de las personas. Algunas son muy resistentes y mantienen la salud durante muchos años con menos higiene, mientras que hay otras que necesitan tener una higiene muy rigurosa para no tener problemas.
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Hemos utilizado mucho lemas como "dos veces al día, dos veces al año": cepillarse dos veces al día e ir al dentista dos veces al año. Lo que pasa es que estos temas no tienen en cuenta que uno sea más o menos susceptible. A lo mejor una persona, con ir una vez al año, es suficiente, y otras necesitan más.
Cuando el problema es muy severo, ya necesita tratarse. A veces hay secuelas: destruye el hueso, se pierden los dientes… Para tratarlas utilizamos implantes, utilizamos prótesis… y, por eso, lo ideal es no llegar ahí, prevenir antes de que se produzca.
Luego, hay una serie de factores de riesgo que afectan a la periodontitis igual que al resto de las enfermedades crónicas. Es decir, un paciente fumador va a tener mucho más riesgo, uno con obesidad, con hipertensión… Hay una serie de estados de riesgo que todos conocemos.
Hay que cepillarse dos veces al día, pero ¿con qué cepillo?
Cepillarse dos veces al día teniendo en cuenta que sea eficaz el cepillado. Tenemos muchos dientes en la boca, superficies que miran hacia fuera y otras hacia la lengua, y tenemos que cepillar toda esa superficie.
No es el hecho de decir "yo me cepillo dos veces al día" sino que seas eficaz, eliminar la placa, que es el cúmulo de bacterias que se adhieren a la superficie de los dientes. Estas bacterias forman unos agregados que llamamos biopelículas o biofilms, que son bastante resistentes a los productos químicos: por el hecho de que yo me tome un colutorio y haga gárgaras no quiere decir que todas las bacterias desaparecen en absoluto.
Por eso tenemos que combinar, muchas veces, cepillo y colutorio, porque lo verdaderamente eficaz es la mecánica, es decir, desagregar mecánicamente los cúmulos de bacterias.
¿Cómo es la salud bucodental de los españoles?
Aquí influyen muchos factores. No quiero entrar en disquisiciones sociopolíticas, pero somos uno de los pocos países de Europa en que las atenciones en salud bucal no están contempladas por nuestro sistema de salud. Eso quiere decir que la mayor parte de los pacientes de nuestro país, si quieren tener una salud bucal, tienen que comprarla.
Nuestro sistema sanitario no contempla que la salud bucal sea un derecho. Es un poco triste que la salud bucal dependa del nivel adquisitivo de los pacientes.
En España hay muy buena odontología, precisamente, por el hecho de que sus profesionales tienen que trabajar en un entorno fundamentalmente privado y esto hace que tengan que ser muy competitivos.
Ese es el lado positivo. También está el lado negativo: que el acceso de la población está restringido por la economía. Nuestro sistema de salud es verdad que atiende a niños, por ejemplo, a embarazadas… En la Comunidad de Madrid hay un programa muy bueno para los mayores de 65 años. Hay ciertos grupos poblacionales que sí que están atendidos por el sistema nacional de salud, pero esta atención no es universal.
Sobre todo, no cubre lo que llamamos los aspectos restauradores. En nuestra profesión siempre hay dos aspectos, que van imbricados: el aspecto sanitario, salud-enfermedad; y el aspecto restaurador, que los dientes estén bonitos, que pueda uno sonreír.
En la sociedad en que estamos, si quieres conseguir un buen trabajo, no puedes ir con huecos en la boca, con un aspecto que le parezca desagradable a quien te está entrevistando. Por eso, es muy difícil distinguir lo que es salud y bienestar, y por eso estos aspectos de la felicidad social, al sonreír, tenemos que mantener y cuidar.
La odontología, en España, ¿es como una hermana pobre comparada con el resto de especialidades médicas?
En cierta manera, sí. Lo que demuestran las investigaciones, nuestras y de otros, es que no se puede tener salud general sin salud bucal. No puedes decir que nuestro derecho a estar en salud excluye el que tengas la boca sana. Por eso, en cierta manera, somos el lado pobre de la medicina.
Hace 40, 50 o 60 años, cuando los niveles de caries eran muy altos, había tal necesidad de hacer empastes y prótesis que la mayor parte de la odontología estaba enfocada en estos aspectos. Pero esto no es el caso de la actualidad, por eso ha cambiado tanto el enfoque hacia la salud de las encías, el mantenimiento de la boca sana.
Un paciente con periodontitis puede mantener sus dientes pero estos se desplazan, el individuo tiene problemas para masticar, para deglutir, y eso afecta claramente a su salud.
En las últimas elecciones generales, el PSOE proponía extender la atención bucodental en la sanidad pública. ¿Por fin la Administración se da cuenta de estas necesidades?
Quizá las canas me dan cierto grado de cinismo, pero creo que no ha habido unas elecciones generales en España donde no hayan propuesto en campaña electoral la salud bucodental. Y esto nunca ha ocurrido. ¿Por qué va a ocurrir ahora cuando lo llevan diciendo tantos años? No lo sé.
De lo que sí puedo hablar es de casos concretos que yo conozca, como el programa de atención bucodental a los mayores de la Comunidad de Madrid, o el programa de atención a los niños que también ocurre en otras comunidades, que son programas eficaces y que, además, se realizan en consultas de dentistas privados que hacen conciertos con la Administración, porque el problema de la atención odontológica es que requiere unas infraestructuras que no existen en los hospitales ni los ambulatorios del sistema nacional de salud.
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Promover la universalidad de la atención odontológica, si se hiciera en las instalaciones del sistema nacional de salud, requeriría unas inversiones que probablemente el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas tengan que dedicar a otras prioridades más importantes.
Por eso yo creo que establecer conciertos con la odontología privada o las aseguradoras, de manera que al paciente no le cueste y tenga el mismo acceso universal puede ser muy beneficioso.
Con el auge de las redes sociales centradas en lo visual, como Instagram o Tik Tok, se ha notado un auge de la estética dental. ¿Es una buena época, también, para su salud? ¿Las redes sociales hacen algo bueno, por fin?
Sí, lo que pasa es que esto es un arma de dos caras. El problema es que sobreenfatizar la estética, muchas veces, hace que los pacientes, si tienen 10 para gastar, se gastan 9 en estética y 1 en salud.
Hay muchos problemas con empresas que anuncian –de manera ilegal– por redes ortodoncias invisibles sin necesidad de ir al dentista, y esto produce muchísima iatrogenia, muchos problemas de salud, al sobreenfatizar los tratamientos estéticos.
Sin duda, la estética ha subido enormemente la demanda odontológica, que se vaya más al dentista y que el paciente cuide su boca, pero, lógicamente, todos los aspectos de la vida siempre tienen un lado positivo y un lado negativo.
¿Hay mucho intrusismo con las ortodoncias?
Más que intrusismo, hay empresas que anuncian a través de redes sociales que les mandas una foto de tus dientes, un escáner, y te mandan unos aparatos que los pacientes se ponen para que se les muevan los dientes. Lógicamente, si esto se hace sin supervisión de un profesional, puede ocasionar mucho daño. Y lo está haciendo.
Nuestros colegios profesionales están advirtiendo de que, si tienes que hacerte una ortodoncia, vayas a un dentista que te supervise el tratamiento, no a través de redes sociales.
En odontología, la calidad se paga.
Una cosa es el precio y otra el costo. Muchos de estos tratamientos requieren tecnologías de alto costo, por lo que, desde luego, el precio va a subir. Si únicamente actúas por precio, eso quiere decir que el dentista que te suministra esa tecnología está comprando materiales o productos de muy bajo costo, con lo cual el tratamiento no puede tener el mismo resultado.
Por eso, nosotros hacemos tanto énfasis en la prevención, porque es muy barata. Los tratamientos restauradores y para tratar lo que se ha roto suelen ser muy caros, porque necesitamos unos materiales que resistan muchas horas de masticación en la boca, que resistan nuestros fluidos, la saliva, las temperaturas y los productos químicos que entran en la boca, y para eso se necesitan materiales muy sofisticados.
No quieres invertir en un tratamiento que te dure un año o dos, quieres que te dure más tiempo, no para toda la vida pero cuanto más tiempo, mejor.
Una de sus principales vías de investigación es la medicina regenerativa y el uso de células madre. ¿Qué van a aportar a la atención bucodental?
Creo que van a aportar mucho. Las terapias regenerativas en el campo oral y maxilofacial tienen mucho auge. Un importante porcentaje de proyectos europeos de medicina regenerativa están en esta área.
El uso de células madre, de proteínas biológicamente activas para regenerar, el uso de injertos óseos, de andamiajes para reconstruir zonas del cuerpo… y cada vez va a ir a más porque la tecnología cada vez es mejor y podemos personalizar más.
Si yo tengo un sistema que analiza tridimensionalmente el defecto o el agujero que tienes, me da, por una impresora 3D biológica, el material exacto de la zona que tengo que reconstruir y le añado unas células o unos productos biológicos que hacen que todo eso regenere más rápido y predeciblemente, voy a tener mucho éxito en mis tratamientos.
Esto, lógicamente, hoy en día es bastante sofisticado y bastante caro, y va a tardar un poco en generalizarse, pero la tecnología avanza muy rápidamente. Yo no puedo concebir que un dentista tenga un biorreactor en su consulta ahora, pero estoy seguro de que dentro de 15 años lo tendrá, podrá aplicar células in vivo, y no necesitará, como necesitamos nosotros ahora, sacar las células del propio paciente para recolocarlas en su cuerpo: dentro de 10-15 años tendremos bancos de células como hoy tenemos bancos de hueso, que es hueso de cadáver perfectamente tratado y asegurado que no transmite ningún tipo de infección, y perfectamente acogible por nuestro cuerpo humano.
¿Qué consejos de prevención nos puede dar?
Fundamentalmente, que uno se autoexplore. Vivimos en una época en que con un reloj podemos mirarnos la tensión, la presión de oxígeno, los pasos que damos al día… Estamos todo el día mirando nuestro cuerpo.
Lo que me gustaría es que la gente tuviera esa misma conciencia en la boca. Que se mire a ver si le sangran las encías; que, cuando utiliza un cepillo o una seda interdental vea si encuentra sangre; si, cuando come una manzana o una hamburguesa, no tenga ninguna zona de su boca que tenga inflamada o que siente una molestia…
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Todos entendemos cuándo hay algo en nuestro cuerpo que no va muy bien. Pues que inmediatamente acuda al dentista, se ponga en sus manos. el dentista le dirá que se haga una limpieza de boca, que se tiene que pasar unas horas con él o con una higienista o una enfermera dental para que le enseñe muy bien cómo tiene que cepillarse los dientes, aplicar el producto, si tiene que utilizar un colutorio…
Esas visitas al individuo le va a costar muy poco dinero. En muchas clínicas, para atraer pacientes, te dicen que la limpieza y la exploración es gratis. A esa parte le damos mucha menos importancia, la infravaloramos, pero es muy importante. Si uno atiende a esa parte antes de que surjan problemas más gordos, puede evitarlos.
Merece más la pena invertir en prevención que en un seguro dental porque quizá en 10 años me tenga que poner implantes.