El omeprazol es el famoso protector de estómago que siempre tenemos a mano en casa para evitar los efectos más desagradables que pueden dejarnos un atracón de comida o, incluso, de bebidas alcohólicas. Sin embargo no deberíamos tomarlo tan a la ligera y reservarlo para cuando nos lo recete el médico. El omeprazol está indicado para ciertas situaciones: el tratamiento de esofagitis por reflujo, del ardor y de la regurgitación ácida en la enfermedad del reflujo gastroesofágico.
De forma técnica, los expertos conocen este medicamento como un inhibidor de la bomba de protones (IBP) y que su efecto se basa en la capacidad que tienen para reducir la cantidad de ácidos que se secretan en el estómago. El omeprazol es un medicamento aprobado y, por lo tanto, seguro en las condiciones que marca un médico. El matiz es importante porque existen datos que apuntan a que su uso a largo plazo puede tener riesgos importantes para la salud. El más grave: el cáncer gástrico.
La primera vez que se levantaron las sospechas sobre este fármaco tuvo lugar en el año 2017 cuando la revista British Journal of Medicine (BMJ) publicó un estudio que señaló esta relación entre el omeprazol y el cáncer de estómago. La University College de Londres y la Universidad de Hong Kong analizaron hasta 63.000 personas que habían superado la infección por Helicobacter pylori y se fijaron en que los que habían sido tratados con IBP tenían el doble de probabilidad de padecer este cáncer.
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Ese estudio también explicó que quienes tomaban omeprazol a diario tenían hasta cuatro veces más de riesgo de padecer este cáncer que quienes lo tomaban una vez a la semana. Ahora bien, el debate sigue abierto y existen otros estudios, como este metaanálisis de Alimentary Pharmacology and Therapeutics que afirma que todavía no existe la suficiente evidencia científica como para asegurar este vínculo. Los autores de esa investigación, de todas formas reconocen que los IBP se están consumiendo a día de hoy en exceso.
Entre los factores de riesgo que predisponen a padecer este cáncer se encuentran la infección duradera por Helicobacter pylori, una inflamación duradera en el estómago, la enfermedad de reflujo gastroesofágico o los pólipos gástricos. Es muy probable que en todos estos casos los médicos recomienden a quienes lo padecen el omeprazol u otro IBP. De todas formas, este cáncer también se ha relacionado con el tabaquismo, la obesidad y las dietas que contienen pocos vegetales y muchas carnes procesadas.