Los fármacos también son 'racistas': no son igual de seguros en un español que en un brasileño
Un grupo de investigación ha puesto el foco en la exclusión de distintas poblaciones de los ensayos clínicos con los que se prueban.
25 mayo, 2023 03:14El caso Vinicius ha causado un impacto pocas veces visto en el mundo del deporte. Los ataques racistas que sufre el jugador del Real Madrid han servido para alumbrar un debate que lleva entrelazadas multitud de variables, incluida la salud. Según denuncian científicos de la Red Iberoamericana de Farmacogenética y Farmacogenómica (Ribef), un paracetamol no es igual de seguro para alguien de Brasil que para una persona de Alemania o de España. En esto tienen mucho que ver las trabas que, a día de hoy, existen a la hora de atender la diversidad de etnias en el desarrollo de ensayos médicos.
El racismo en la salud es un debate amplio, que ya se planteó en diciembre en una serie de cuatro artículos publicados en la revista The Lancet. En esta serie se señalaban aspectos como que las mujeres negras tienen hasta cuatro veces más probabilidades de morir durante el parto que las blancas.
"El racismo y la xenofobia existen en todas las sociedades modernas y tienen profundos impactos en la sanidad de las personas desfavorecidas", explicó al respecto el profesor del University College de Londres Delan Devakumar, autor principal de la serie. "Las causas de la discriminación permanecerán en la sombra y seguirán causando y exacerbando las desigualdades hasta que sean universalmente reconocidas", sentenció.
[El famoso fármaco en España que se vincula con la aparición de cáncer de estómago]
El grupo de científicos de la Ribef mencionando tiene muy clara cuál es la causa que explica las diferencias en la seguridad de los medicamentos entre unas comunidades y otras: los ensayos clínicos. A la marginación económica y social que se enfrentan muchos de los habitantes de los países en desarrollo se ha sumado históricamente el ostracismo científico. "Los estudios sobre medicamentos se desarrollan en unas poblaciones y se aplican en otras y lo normal es que se desarrollen en las sociedades más avanzadas", denuncia el organismo.
Es el mismo problema que se planteaba hasta hace bien poco con el genoma humano. El primer genoma humano secuenciado estaba compuesto por ADN de 20 personas y, si bien supuso un gran logro científico, trajo consigo el problema de la diversidad. Estos 20 individuos no eran representativos de toda la población mundial, por lo que las indagaciones sobre cómo afecta al ADN a determinadas enfermedades sólo se podían extrapolar a un determinado grupo poblacional (hasta ahora, la mayoría de genomas secuenciados eran de origen europeo).
Genética y farmacia
Han tenido que pasar dos décadas para que por fin se creara el primer mapa que alumbrara la diversidad real del genoma humano, con una combinación de 47 individuos genéticamente diversos. "Al permitirnos lecturas más largas con la nueva tecnología, vemos que en diferentes poblaciones existen alteraciones de tamaño, deleciones o ganancias de material genético que difieren de unas poblaciones a otras", explicaba al respecto en EL ESPAÑOL Guiomar Pérez de Nanclares, portavoz de la Asociación Española de Genética Humana.
La genética está en todas partes y tiene mucho qué decir en cómo interactúan los medicamentos con cada individuo. Grosso modo, en la respuesta farmacológica intervienen las enzimas responsables del metabolismo de los fármacos, las proteínas transportadoras de fármacos, las dianas terapéuticas y las proteínas con efecto indirecto sobre la respuesta al tratamiento. Todos estos puntos incluyen variantes genéticas que influyen en la eficacia y la toxicidad de cualquier fármaco.
Y como ha demostrado el pangenoma humano, hay diferencias entre unas poblaciones y otras, por lo que los ensayos clínicos llevados a cabo con alemanes no tendrían por qué ser extrapolables a los brasileños. De ahí que un paracetamol sea más seguro para unos que para otros.
[Con cuatro años ya se puede ser racista]
El mes pasado, un grupo de científicos de la Ribef lo confirmaba con la presentación en Ciudad de México y Mérida (Yucatán) de los últimos resultados del programa MESTIFAR, que arrancó hace años con la pretensión de convertirse en la más grande hasta la fecha sobre variabilidad de la respuesta a fármacos dependiendo de la raza y la etnia.
Lo han conseguido gracias al análisis de polimorfismos genéticos de más de 6.000 individuos de razas y etnias diferentes. Los polimorfismos son variaciones en las estructuras de los genes que provocan diferencias en la respuesta de pacientes tratados con el mismo medicamento.
Ineficaz o tóxico
Según el componente étnico, se describieron comunidades con incapacidad para eliminar un fármaco determinado -hasta un 8%- o, por el contrario, con una capacidad "inusualmente acelerada" -hasta un 20%-. Esto es lo que explica que un tratamiento pueda resultar ineficaz o que otros desarrollen toxicidad.
"La ruptura del círculo enfermedad-pobreza-bajo desarrollo depende, en parte, del uso seguro y eficaz de los medicamentos y por ello la promoción de la investigación y evaluación epidemiológica y farmacoeconómica son pilares esenciales de los sistemas de salud", señalaba el investigador y director del INUBE, Adrián Llerena.
Para llegar a estos datos, se ha genotipado a 6.060 personas de distintas poblaciones, lo que ha permitido reunir la evidencia científica suficiente como para dejar claro que la etnia debe ser un factor a tener en cuenta a la hora de pautar un medicamento. Concretamente, el estudio ha contado con personas de México, Costa Rica, Nicaragua, Cuba, Colombia, Ecuador, Perú, Argentina, Brasil, Uruguay, Portugal y España.