Las alergias no son cosa de niños: por qué cada vez más adultos las están desarrollando
Factores ambientales, cambios en los estilos de vida y una mayor sensibilización favorecen el diagnóstico de alergias en edades avanzadas.
29 marzo, 2023 02:48La alergia es algo que asociamos inmediatamente a los niños y los adolescentes. No es extraño que un joven de 14 o 15 años se levante un día sintiéndose raro, estornudando y con picores en la garganta, y resulta que haya desarrollado una alergia a algo que antes no le afectaba. En adultos, sin embargo, lo es más, pero la tendencia está cambiando: cada vez son más las personas que, a una edad avanzada, tienen una reacción alérgica por primera vez. Y muchos de ellos lo desconocen, con el peligro que esto puede suponer.
"Siempre ha exisitido la falsa creencia de que los adultos no sufrían alergia", apunta María José Torres Jaén, jefa de Alergología del Hospital Regional Universitario de Málaga. "Sí que la sufren y cada vez con mayor frecuencia".
El número de personas con alergia es cada vez mayor. La Fundación del Centro Europeo para la Investigación de las Alergias (ECARF) prevé que el 50% de los bebés nacidos en el continente en 2020 acaben desarrollando una alergia a lo largo de su vida.
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Más sorprendente es la existencia de cada vez más personas que las están desarrollando a una edad avanzada, a partir de los 60 años, advertía hace unos meses su director, Torsten Zuberbier. Se trata de una "nueva tendencia" que todavía no ha sido investigada lo suficiente.
Sin embargo, ya hay estudios que apuntan hacia esa dirección. Un análisis publicado en 2018 de los registros electrónicos de cinco clínicas argentinas revelaba que uno de cada diez casos de asma alérgica solo aparecía a partir de los 60 años.
La contaminación y la exposición a ciertos productos como los de limpieza daña la barrera epitelial, ya sea la de la piel, estómago o vías respiratorias, que permite que ciertas moléculas la atraviesen y sobreexciten el sistema inmune.
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El calentamiento global también contribuye: los cambios en el clima provocan unas temporadas más largas de crecimiento de las plantas y, por tanto, el polen está más presente a lo largo del año. El aumento de las temperaturas en latitudes altas también favorece la aparición de ciertas plantas alergénicas allá donde hasta ahora no estaban.
La doctora Torres Jaén explica, además, que hay cambios en el estilo de vida que favorecen la aparición de alergias en edades tardías. "Hay una alta movilidad de la población y esto hace que la gente se esté enfrentando, por primera vez, a pólenes con los que no habían tenido contacto en su vida; por ejemplo, personas del norte de Europa se están enfrentando ahora al polen del olivo".
Mayor conciencia, mayor diagnóstico
Pero quizá la causa fundamental se encuentra en que los médicos cada vez son más conscientes de la presencia de estos problemas en edades avanzadas, cuando antes podían confundirse con resfriados u otros problemas.
Así lo explicaba el director de la ECARF, Torsten Zuberbier, en la citada entrevista: "En las personas mayores, muchos médicos simplemente ya no esperan que se desarrolle una alergia. En muchos casos, por lo tanto, no se realizan diagnósticos".
Torres Jaén coincide con esta opinión pero añade que hay mucha confusión respecto a etiquetar como alergia cosas que pueden no serlo, como ciertas intolerancias, urticarias o problemas pasajeros que acaban condicionando un diagnóstico para toda la vida. Es una paradoja: "Puede existir la falsa impresión de que hay más alérgicos de lo que hay pero, por otro lado, también hay mucho paciente verdaderamente alérgico que no está diagnosticado". Es debido a esa dificultad para diagnosticar alergias que no hay muchos estudios sobre la prevalencia en personas adultas.
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El presidente de la Sociedad Española de Inmunología, Marcos López Hoyos, afirma que, en general, hay una mayor mentalización para diagnosticarlas y están aumentando los estudios sobre alergias. "Aparte, su manejo ha cambiado, sobre todo en pacientes polisensibilizados. Eso ha permitido definir y estructurar mejor el tipo de alergias, lo que ayuda mucho a la terapéutica".
El inmunólogo llama la atención sobre el hecho de que –nuevamente debido a los cambios en el estilo de vida– hay alergias que cada vez son menos frecuentes, como al látex, mientras que otras han irrumpido con fuerza. "Se está notando un aumento de la incidencia en las alergias a pescados, sobre todo, al anisakis".
Las alergias alimentarias y a los medicamentos son algunas de las que más crecen en la población adulta, no tanto las de pólenes o las de mascotas, con las que los contactos son más frecuentes en las primeras etapas de la vida. Un estudio publicado en 2006 ya puso sobre aviso la prevalencia de alergias en mayores: uno de cada cuatro ancianos de una residencia tenían anticuerpos contra alérgenos alimentarios.
Con todo, López Hoyos cree que este aumento observado –"sobre todo el de reacciones a fármacos"– se debe más a que "tenemos mejores medios para estudiarlos" que a una mayor incidencia real.
A pesar de esta mayor sensibilización, todavía es infrecuente que los adultos sean tratados de afecciones alérgicas. Un estudio portugués que hizo un seguimiento de los pacientes mayores de 65 años que acudieron al Departamento de Inmunoalergología del Centro Hospitalario Universitario de Lisboa Central a lo largo de diez años observó que solo el 1% fue tratado con inmunoterapias específicas.
La doctora Torres Jaén explica que el tratamiento es esencialmente el mismo en niños y en adultos. "Si uno es alérgico respiratorio, la base es la vacuna. No es diferente pero sí varía la dosis". La alergóloga recomienda a los adultos que empiecen a tener estornudos y ahogos, ante la duda, buscar un diagnóstico específico. "Cuanto antes se diagnostique, mejor será el tratamiento".