Un equipo internacional de investigadores asegura haber encontrado las evidencias más sólidas hasta la fecha de que el coronavirus Sars-CoV-2 saltó al ser humano en el mercado de animales de Huanan de Wuhan. La especie de la que partió la transmisión zoonótica sería un sospechoso habitual de la pandemia de Covid-19, el 'perro mapache', 'mapache japonés' o 'tanuki' (Nyctereutes procyonoides), un mamífero que se vendía ilegalmente en jaulas en el recinto.
La hipótesis que el Sars-CoV-2 no pasó directamente del murciélago al ser humano, sino que se hospedó primero en un organismo desde el que pudo tener mayor contacto con personas, ha estado sobre la mesa desde el comienzo. Christian Drosten, director del Instituto de Virología del Hospital Charité de Berlín, apuntaba al tanuki porque ya han albergado otros coronavirus de la familia del SARS y se crían en China de forma irregular y masiva por su pelaje.
Esta publicación sale al paso de las controversias de las últimas semanas, en las que estamentos de EEUU se han inclinado por la teoría de que la Covid-19 escapó de un laboratorio chino. Aunque el FBI se haya sumado a esta hipótesis, las investigaciones publicadas por las revistas Science y Nature siempre han considerado al mercado de Huanan como el foco epidémico original. Los primeros casos se produjeron en trabajadores y vecinos del mismo distrito de Wuhan.
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El nuevo estudio, adelantado por The Atlantic y recogido por The New York Times, parte de muestras genéticas obtenidas de hisopados tomados entre clientes y trabajadores tanto del mercado como de los establecimientos vecinos en enero de 2020. Por entonces, las autoridades chinas ya habían clausurado el recinto bajo sospecha de ser el foco del brote del nuevo virus, y tomaron muestras de las jaulas en las que se habían encerrado a los animales, así como de suelos y paredes.
Las muestras que dieron positivo por coronavirus también contenían restos de ADN de animal, y una gran cantidad de material genético correspondía al perro mapache, afirman tres científicos involucrados en el trabajo. Estos marcadores genéticos depositados en los lugares en las que las primeras secuencias del SARS-CoV-2 fueron detectadas es "consistente con un escenario en el que el virus se hubiera extendido a los humanos a partir de animales salvajes".
Los investigadores también recopilaron material genético de otros animales y de seres humanos, algo que consideran coherente dada la actividad que se realizaba en el mercado justo antes de su cierre. Stephen Goldstein, virólogo de la Universidad de Utah (EEUU) y uno de los autores, explica al NYT que la relación de los tanukis con el virus es la más sólida ya que se han encontrado "mucho" ácido nucleico del animal, la base de la transmisión genética, junto con ácido nucleico del coronavirus.
Sin embargo, Goldstein admite que "no hemos encontrado a un animal infectado" como prueba definitiva. La postura científica oficial de China sigue siendo que, si bien el mercado fue el foco de la pandemia, fue un ser humano el que lo introdujo ahí y no un animal a la venta. El investigador, sin embargo, se reafirma en sus conclusiones: "Teniendo en cuenta que los animales que estaban presentes en el mercado no fueron muestreados en su momento, esta es la mejor prueba que vamos a conseguir", concluye.