Cinco días de 'rave' entre drogas y techno: ¿cuánto tiempo se puede estar de fiesta antes de reventar?

Si eres de los que se duermen poco después de ver el vestido de la Pedroche para las campanadas de Nochevieja, lo que ha sucedido esta semana en Granada ha debido ser impactante para ti. La tradición española de desayunar churros con chocolate después de pasar toda la noche fiesta e irse a la cama se ha quedado corta en los últimos años. Ahora lo que se estila es unirse a una rave —fiestas que tienen lugar al aire libre o en lugares apartados, generalmente, sin autorización— que dure varios días.

La macrofiesta que este año ha llegado a los titulares es la que se ha celebrado en La Peza (Granada) y que ha comenzado a disolverse este miércoles, tras cinco días completos de jarana. Durante esta celebración no se han producido peleas, pero sí cuatro arrestos —dos de ellos por tráfico de drogas— y una intoxicación etílica. Ahora bien, esta no es la primera rave de Nochevieja que presenciamos en España: el año pasado la Guardia Civil tardó dos día en desmantelar una en Almería y en los primeros días de enero de 2021 —habiendo todavía restricciones por covid— se celebró una de 40 horas en Barcelona.

A diferencia de un festival, en el que los conciertos tienen un horario programado y la gente suele dormir para enfrentar la siguiente jornada, los asistentes a estas raves se plantan de fiesta en estos ambientes hasta que el cuerpo aguante. Pero, ¿cuánto aguanta?, os habréis preguntado. Pues depende de la motivación del fiestero y, por supuesto, de las sustancias que haya tomado. En este sentido, las drogas estimulantes como el éxtasis son uno de los recursos más típicos para aguantar una noche de desenfreno.

Días con el ojo abierto

Comprobar cuánto tiempo puede pasar una persona despierta sin llegar a caerse muerto se parece más a una tortura que a un experimento científico, pero, a pesar de ello, existen algunas fuentes sobre estos datos. Tan peligroso se considera probar este tipo de resistencia que incluso el Libro Guinness de los récords —conocido por aceptar muchos desafíos que ponen en riesgo la salud— decidió dejar de publicar estas pruebas de resistencia. Sin embargo, existe un experimento realizado en 1964 en el que una persona consiguió mantenerse despierto durante once días y 25 minutos.

El sujeto del estudio fue un estudiante de Estados Unidos llamado Randy Gardner, pero, aunque realizó este experimento con sus amigos, no se encontraba en un ambiente de fiesta. Todavía no se ha observado cuánto debe permanecer un ser humano para morir de sueño, pero sí en algunas especies animales: según este artículo de la BBC, se ha experimentado con gatos y éstos murieron después de quince días sin dormir a base de químicos. Ahora bien, mucho antes de llegar a morir el cerebro da signos de agotamiento.

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Según Matthew Walker, profesor de Neurociencia y Psicología en la Universidad de California en Berkeley, "después de 16 horas despierto, el cerebro empieza a fallar". Este científico hace un repaso en su libro Por qué dormimos (Capitán Swing, 2019) sobre cuáles son las consecuencias negativas de no dormir —y de no dormir lo suficiente cada noche, algo que nos resulta más familiar—: la falta de sueño a largo plazo se ha asociado a un mayor riesgo de enfermedades mentales, cardiovasculares, de alzhéimer, de cáncer y de infecciones.

Consumo de sustancias

Sin embargo, la privación de sueño también se relaciona con muertes inmediatas: no dormir durante algunos pocos días reduce drásticamente la concentración y la atención. De hecho, pueden producirse microsueños, que son momentos muy breves en los que el cerebro se vuelve ciego al mundo exterior. Estos microsueños son, precisamente, una de las causas principales de accidentes de tráfico. Según Walker, para llegar a quedarse completamente dormido al volante sería necesario una privación de sueño superior a 20 horas.

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Tal y como se explica en este artículo de EL ESPAÑOL, los asistentes a la rave de La Peza contaban con puestos de comida, bebida y recursos suficientes para haber continuado de fiesta incluso hasta el fin de semana. Sin embargo, se encontraban en un lugar apartado al que llegaron en automóviles y que deben abandonar de la misma manera, pero mucho menos frescos para conducir. La falta de sueño es un factor que, sin duda, condiciona al cuerpo para seguir de fiesta, pero también el consumo de sustancias.

Uno de los más habituales es la intoxicación etílica que, como se explica al principio, ha ocurrido en un caso en la rave de este año. Se trata de una consecuencia de tomar demasiado alcohol en poco tiempo y que se puede saldar con la muerte del consumidor. Algunos de los síntomas que pueden dejarte fuera de la fiesta son los vómitos, el alto grado de confusión, convulsiones, hipotermia, desmayos o respiraciones lentas. Además, también se pueden producir otros problemas por el consumo de drogas ilegales.

Tanto la marihuana, como la cocaína y el éxtasis se han asociado a efectos negativos sobre la salud cardiovascular potencialmente mortales: en el caso de la marihuana, puede reducir anginas o infartos y arritmias; la cocaína puede provocar con más probabilidad un paro cardíaco, trombosis y vasoespasmos; y, por último, el éxtasis puede tener consecuencias similares en este sentido a la cocaína, ya que aumenta la frecuencia cardíaca y la tensión arterial. Además, todas estas drogas se relacionan con otras peligrosas consecuencias, como los ataques psicóticos.