Te levantas tras una noche de fiesta. Tus amigos y tú habéis tomado, más o menos, la misma cantidad de alcohol, pero mientras que en tu cabeza hay una sensación martilleante, por el grupo de WhatsApp hay quien afirma que 'está como una rosa'. ¿Cómo puede ser? Resulta que beber más o menos no es el único factor que influye en la famosa resaca; la edad, la genética o el estado de ánimo son otros de los elementos que hay que tener en cuenta.
Vaya por delante que el nivel de alcohol ingerido es el principal motivo para el que aparezca esta terrible sensación. Sin embargo, investigadores han percibido que hay gente que, a pesar de beber grandes cantidades, nunca llegan a desarrollarla. Así lo corroboró un estudio publicado en Addictive Behaviors Reports y que, después de medir esta realidad, concluyó que un 5% de la población podría llegar a ser inmune a sus efectos.
Para dar con una explicación, la genética es uno de los motivos que hay que reseñar. Por ejemplo, según una investigación de Journals of Studies on Alcohol and Drug, una variación del gen ALDH2 está detrás de las personas que experimentan resacas más graves.
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Cuando ingerimos alcohol, la enzima deshidrogenasa lo descompone en acetaldehído, un compuesto químico importante para la aparición de los síntomas de la resaca. El problema es que la alteración del gen ALDH2 limita la descomposición del acetaldehído, lo que causa una mayor acumulación del compuesto químico y, por ende, mayores síntomas de resaca.
Esta variación tiende a darse en mayor medida en población asiática. Concretamente, se estima que afecta hasta el 40%, aunque eso no es eximente de que afecte a cualquier otra persona.
Influencia genética
Otra investigación sonada en este aspecto es la realizada por la Universidad de Missouri-Columbia en 2014 y que fue publicada en la revista Adicction. Tras el análisis de una muestra de 4.000 personas, comprobaron que los factores genéticos representan casi la mitad de las razones por las que una persona sufre resaca. "No es una buena idea tratar de controlar el ritmo con el que bebes comparándote con aquellos que te rodean, porque podrías ser más susceptible a la resaca que las otras personas con las que estás bebiendo", sentenciaba a NBC Wendy S. Slutske, la investigadora principal.
En el mismo estudio, sin embargo, fulminan uno de los tópicos de este tema: el sexo. Al parecer, las resacas afectan por igual a hombres y mujeres. Según otros estudios, como el llevado a cabo el Consejo Médico sobre el Alcohol de Oxford, lo que suele ocurrir en cuanto al sexo es que los hombres tienden a beber más cantidades de alcohol.
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No obstante, sí encuentran una variación en cuanto la edad y, no, no va en la línea de 'yo antes aguantaba mejor el alcohol'. Todo lo contrario. Después de controlar factores como la cantidad consumida, concluyeron que la gravedad de las resacas disminuye con los años. Eso sí, en este punto, matizan: "La relación entre la edad y la gravedad de la resaca está fuertemente medida por la intoxicación subjetiva. La sensibilidad al dolor, más baja con el envejecimiento, podría ser un mediador".
El bucle del ánimo
También se cumple otro de los mitos del alcohol: el estado de ánimo influye en tus resacas. Es conocido que esta sustancia es una droga depresora, por lo que, si se ingiere bebidas etílicas estando con ansiedad, depresión o estrés no se hará más que incrementar al día siguiente el 'sesgo negativo', es decir, el verlo todo de una manera pesimista y autopercibir la resaca peor de lo que es.
Como detalla Craig Gunn, psicólogo especializado en el estudio de los efectos del alcohol: "Nuestros hallazgos demuestran que las resacas tienen a hacer que las personas interpreten el mundo de manera más negativa, lo que puede hacer que algunas personas se sientan peor que otras".
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Y, siguiendo con tópicos, sí, el estar tomando ciertos fármacos hará que la resaca sea peor, sobre todo aquellos que se metabolizan en el hígado, como son la mayoría de los analgésicos. El problema con estos medicamentos es que, al igual que ocurría con la variación del gen ALDH2, no procesen bien el acetaldehído.
No hay remedio eficaz
Al igual que hay que señalar que un medicamento puede ser un problema, conviene recordar que tampoco será la solución. Está muy extendido el tópico de que tomar un omeprazol antes de beber tendrá un efecto protector sobre el estómago. Como dejaron claro expertos médicos a EL ESPAÑOL, "es un fármaco que tiene unas indicaciones claras y que no sirve para prevenir ningún efecto de una comida copiosa o un exceso de alcohol. Mucho menos para prevenir que aparezcan los síntomas de la resaca".
De momento, como evidenció una revisión de posibles tratamientos contra la resaca, los remedios actuales han demostrado muy poca eficacia, incluida la famosa píldora 'milagro' que se anunciaba este verano para evitar la resaca. Como concluyen los expertos, el mejor remedio para evitar la resaca sigue siendo no beber o, al menos, moderar su ingesta.