Un abrazo, una caricia, un beso o incluso un mensaje de Whatsapp deseando las buenas noches a otra persona... ¿Qué es ser infiel? Pese a lo que pueda parecer, la pregunta no es nada sencilla de responder. Así, para evitar añadir una cuestión más a la lista de motivos por los que discrepar, la ciencia se ha propuesto determinar cuándo se considera que una persona es infiel. Para ello, los investigadores de la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich (LMU) reunieron a cerca de 10.000 personas a las que le mostraron más de 26.000 situaciones de posible infidelidad en distintas ilustraciones.
El estudio, que se ha publicado en The Journal of Sex Research, se centró en cuatro aspectos: el comportamiento explícito, la implicación emocional, el contacto a través de Internet y la duración. Y pese a lo que se pueda creer erróneamente, el trabajo concluyó que la infidelidad no consiste simplemente en mantener relaciones sexuales fuera de la relación.
Otro de los 'mitos' que desmonta esta investigación es que existen diferencias entre hombres y mujeres. Y es que los resultados muestran que ambos sexos coinciden en la identificación de la infidelidad cuando se les enseñaban las viñetas. Éstas contenían escenas con un contenido que iba de más a menos 'evidente': coito, besos, un abrazo duradero o ningún contacto físico.
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Los investigadores prestaron especial atención a las circunstancias en las que ocurrían este tipo de situaciones, pues en comportamientos menos explícitos como un beso o un abrazo el contexto contribuyó a que las respuestas fueran un rotundo "es infidelidad".
Qué es ser infiel
"En Psicología no existe una definición de la infidelidad como tal". Quien habla es Javier Ares, psicólogo general sanitario especialista en terapia de parejas. En cambio, en el estudio de la LMU se realiza la siguiente propuesta: "La infidelidad es un acto sexual y/o emocional realizado fuera de la pareja convencional que supone una ruptura de la confianza y de las normas acordadas por ambas partes".
Si de algo no había duda es que el coito es infidelidad, como demuestra el casi 100% de las respuestas. Por su parte, los besos también tuvieron una alta probabilidad de ser identificados como comportamiento infiel cuando se cumplían los factores de implicación emocional, contacto erótico en línea y durante un tiempo prolongado.
En caso de que se dieran estos tres factores, un 80% de los participantes consideró que dar un abrazo era ser infiel. Aunque si se eliminaban, el porcentaje disminuía hasta llegar a un 11%. De esta forma, los investigadores alemanes conseguían refutar su hipótesis de que la infidelidad no es un acto aislado, sino una combinación de varios comportamientos que juntos se consideran infidelidad, aunque por separado no lo sean.
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Otro de los rasgos que también influyó fue la edad. Así, cuanto más joven era una persona, más probable era que identificara una situación como infidelidad, especialmente aquellas que se producían a través de Internet. Pero que la concepción variara según la edad no significa que dentro de un mismo grupo poblacional se tenga la misma idea. "La infidelidad está cambiando con las parejas liberales", asegura Ares.
De hecho, las prácticas sexuales en las que tres no son multitud también tienen problemas en ese sentido. "Si para una pareja convencional la infidelidad se puede producir cuando una de las partes tiene un amante, en las liberales el engaño es un concepto distinto".
Los resultados de la investigación también pusieron de relieve la "infidelidad emocional", un término psicológico que se refiere a aquellas situaciones en las que una persona en una relación desarrolla una conexión emocional importante con alguien que no es su pareja, de una manera que cruza una línea sin necesariamente volverse física.
Cómo solucionar una infidelidad
Aunque no le guste hablar de 'tasa de éxito', Javier Ares sabe bastante bien cómo tratar un caso de este tipo, pues la infidelidad es el segundo motivo por el que las parejas acuden a su terapia. Por encima de ésta, se encuentra el tema de las nuevas habilidades para la resolución de conflictos con las amistades y la familia política.
"Cuando acuden a terapia demuestran que existe la intención de solucionar el problema". Ares destaca por encima de todo la intencionalidad, pues si hay una parte de la pareja que va a terapia obligada, el conflicto no se solucionará en ningún momento.
Al igual que el estudio de la LMU, este psicólogo especialista en terapia de parejas no considera que la infidelidad sea un hecho aislado. "Mi experiencia me ha enseñado que ser infiel es la consecuencia a largo plazo de una pareja que tenía una relación desgastada". Por tanto, una de las medidas para evitar que se llegue hasta esta situación tal vez sea dejar claro desde un principio qué es ser infiel para cada una de las partes.
Aunque si no se produce esto, siempre se podrá analizar los comportamientos de 'el otro o la otra' para saber si uno de los cónyuges terminará engañando al otro. Y es que existen determinadas actitudes que pueden actuar como indicadores de una futura infidelidad, como asegura este estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology. Así, quienes tardaban más en dejar de fijarse en el estímulo atractivo que se les mostraba fueron infieles en mayor medida.