Sanidad mueve ficha ante el auge mundial de la polio: este es el riesgo real de un brote en España
Un informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias advierte de la probabilidad de que se den casos dentro de nuestras fronteras.
2 noviembre, 2022 02:12Hace 20 años que la OMS decretó que España era un país libre de polio. Las campañas de vacunación contra la poliomielitis, responsable de innumerables casos de discapacidad y muerte entre la población infantil a lo largo de la historia, fueron uno de los mayores éxitos de la salud pública en el siglo XX, reduciendo en un 99% los casos de la enfermedad y arrinconándola a Afganistán y Pakistán, los dos únicos países con circulación endémica del virus.
Sin embargo, una inesperada racha de detección del poliovirus en numerosos países ha incrementado la incertidumbre internacional. España no es ajena y por eso el Ministerio de Sanidad ha elaborado un informe sobre el peligro que supone la poliomielitis para el país. La conclusión: la probabilidad de casos en nuestras fronteras es "considerable", pero la inmunidad de la población es alta y no supondrían un problema. Eso sí, más nos vale reforzar nuestros sistemas de vigilancia.
En el último año han saltado las alarmas. Primero en África, donde Malawi y Mozambique registraron los primeros casos de polio salvaje fuera de Pakistán y Afganistán. Más tarde, Israel, Reino Unido y Estados Unidos han ido detectando el virus, esta vez procedente de las vacunas: una de ellas utiliza el poliovirus atenuado, no inactivado, lo que da la posibilidad de que el microorganismo infecte al portador en un porcentaje muy pequeño de casos.
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La reducción de coberturas vacunales y la pandemia de Covid han hecho el resto. En 2022 se han notificado ya más de 300 casos fuera de los países endémicos, lo que ha movido al Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, dependiente de la cartera que dirige Carolina Darias, a evaluar el riesgo potencial de un brote en España.
Solo se habían dado cuatro casos de polio en nuestras fronteras en las últimas tres décadas, provenientes de cepas vacunales y sin capacidad de transmisión. Sin embargo, "mientras haya circulación de poliovirus en el mundo y se siga vacunando con la vacuna oral [la que utiliza el virus atenuado] en muchos países, existe la posibilidad de introducción de poliovirus salvajes, vacunales o derivados de la vacuna en España", reza su informe.
Vigilancia de aguas residuales
La vigilancia de la polio se basa en el seguimiento de los casos de parálisis flácida aguda en menores de 15 años, con el objetivo de descartar que se deba a la polio. Además, se complementa con la vigilancia de otras infecciones por enterovirus (familia a la que pertenece el de la polio) y el monitoreo ambiental, ligado a las aguas residuales.
Es precisamente la detección en aguas residuales de Londres la que ha movido a Reino Unido a recomendar la dosis de recuerdo de la vacuna a niños entre 1 y 9 años que residan en la capital. En España solo se hace vigilancia de las aguas residuales de la Comunidad de Madrid, pero hay un proyecto para extenderla a 12 localizaciones más de todo el país.
Con todo, el informe resalta que, aunque los sistemas de vigilancia de la polio han sido tradicionalmente de buena calidad, "su sensibilidad ha disminuido en los últimos años", posiblemente por una menor percepción del riesgo tras la introducción de la vacuna de virus inactivado y la ausencia de casos de polio, además de la irrupción de la pandemia de Covid-19, que ha tensionado todo lo que no estuviera relacionado con el SARS-CoV-2.
Por eso, los expertos del Ccaes estiman que "la probabilidad de introducción del poliovirus en nuestro país es considerable". No obstante, el alto nivel de inmunidad entre la población, con coberturas vacunales superiores al 95%, "minimizaría la posibilidad de transmisión y circulación del poliovirus".
Esto, sumado a la calidad del sistema de vigilancia y los estándares de tratamiento y saneamiento de las aguas –la polio se transmite, entre otras vías, a través de la contaminación fecal del agua y los alimentos–, hace concluir a los especialistas que esta posible introducción tuviera "un impacto mínimo", por lo que el riesgo asociado al poliovirus en España "se considera en la actualidad muy bajo".
Sin embargo, el documento insiste en la necesidad de seguir desarrollando los sistemas de vigilancia en aguas residuales, mantener las altas coberturas de vacunación y concienciar al personal sanitario de la importancia de vigilar la polio y sus síntomas.
Una enfermedad del siglo XX
El caso de España no es excepcional y Europa, pese a haberse librado de la enfermedad en el siglo XXI, está expectante. Ya el año pasado, y basándose en datos de 2020, la Comisión Regional Europea de Certificación para la Erradicación de la Poliomielitis concluía que Polonia, Rumanía y Ucrania tenían un alto riesgo de un brote sostenido debido a coberturas de vacunación muy bajas y a baja vigilancia.
La invasión rusa de Ucrania no ha mejorado esta perspectiva. La detección del virus en Israel (en marzo) y Reino Unido (en junio) ha encendido las alarmas. Al otro lado del Atlántico, Nueva York declaró el estado de emergencia para contener un brote de polio detectado en julio.
El regreso de los talibanes al poder en Afganistán puso en peligro la campaña de erradicación del virus y los casos de virus salvaje –no debido a las vacunas– en África confirman los temores. En pleno siglo XXI, una enfermedad que parecía olvidada puede seguir ofreciendo desagradables sorpresas si nos descuidamos.