Las lesiones de las articulaciones tienen fama de ser muy complicadas: pueden provocar mucho dolor e incertidumbre por su movilidad después de haber sido tratadas. De todas ellas, una de las que se escucha aquí y allá con más frecuencia es la rotura de menisco, que se encuentra en la rodilla. En concreto, el menisco son dos piezas de cartílago en cada rodilla con la forma de la letra c y que se sitúan entre los huesos del fémur y de la tibia. Siempre se ha pensado que su única función era de amortiguador, como un cojín que evita el roce entre estos huesos.
Sin embargo, esta creencia ha cambiado en los últimos años y se han incluido otras dos funciones: "El menisco también es un estabilizador de la rodilla; si falta, esta articulación pierde sujeción y entre sus partes hay más holgura. Además, el menisco contribuye a la propiocepción del organismo", explica Ángel Villamor, traumatólogo y director médico de la clínica IQtra. La propiocepción es una especie de sexto sentido, es la capacidad que tiene el cerebro de saber en qué postura se encuentra el cuerpo sin necesidad de percibirlo a través de la vista o el tacto.
El menisco se puede desgarrar por su propio desgaste o por una torsión agresiva, es una lesión relativamente frecuente. Los traumatólogos acostumbran a verla en consulta y, por eso, su tratamiento ha cambiado con los años, se tiene un buen conocimiento de esta rotura y su reparación se ha mejorado. "Antes la costumbre era operar e, incluso, quitar cualquier menisco que se hubiera rasgado, pero ahora la tendencia es evitar el quirófano", dice Diego García-Germán, traumatólogo del Hospital Universitario HM Torrelodones. "El objetivo es conservar la mayor cantidad de tejido del menisco que sea posible".
La fiebre del deporte
Tanto Villamor como García-Germán coinciden en que no existen épocas en las que se observen más roturas de meniscos: se trata de una afección muy frecuente. Ahora bien, ambos también apuntan al boom de la actividad física —y, sobre todo, en mayores— como uno de los factores que ha podido disparar esta dolencia en los últimos años. Señalan algunos deportes que se han puesto de moda en los últimos años, como el CrossFit: "El CrossFit es matador para la rodilla porque se puede llegar a cargar mucho peso en posición de sentadilla profunda. En esta postura, todo el peso se carga en esta articulación", cuenta García-Germán.
"Un tercio de las consultas que recibimos se deben a las actividades físicas voluntarias", anuncia Villamor. "No todas van contra la rodilla, pero este furor por el deporte en los últimos diez años ha aumentado las lesiones del aparato locomotor". Los pacientes más frecuentes de la rotura de menisco son pacientes de edad avanzada a quienes el menisco se les ha desgarrado por el desgaste de los años. Sin embargo, también se observan pacientes jóvenes, por lo general deportistas, que se han roto el menisco de forma repentina y violenta.
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Este es el caso de Victoria (nombre ficticio), una joven de 27 años que tiene el menisco roto desde hace cinco meses y está esperando a su operación. "A partir de un viaje con amigas empecé a notar chasquidos en la rodilla y una mañana después de ir a un evento me desperté con el pie hinchado. No podía dar ni dos pasos y la hinchazón duró un mes. En este momento está deshinchado, pero no puedo agacharme y, de vez en cuando, se vuelve a inflamar. Lo más llamativo es que siento que la rodilla se me bloquea algunas veces, de repente no funciona", explica la paciente.
Qué tratamiento aplicar
La rotura de menisco puede ser tratada de diversas maneras dependiendo del estado de la lesión que observa el traumatólogo. La primera opción es el tratamiento conservador, que consiste en intentar que el menisco se repare por sí solo, o bien pautando un tiempo de reposo, o bien haciendo infiltraciones de plasma rico en factores de crecimiento. Esta opción es especialmente buena para los pacientes que han sufrido una rotura degenerativa, es decir, pacientes que normalmente son de edad avanzada y tenían el tejido del menisco desgastado por el paso del tiempo.
Las infiltraciones con células madre o con plasma rico en plaquetas son uno de los tratamientos de vanguardia que existen para la rotura de menisco: "Hemos conseguido recuperar hasta el 80% de los meniscos rotos que llegan hasta nuestra clínica gracias a estas infiltraciones guiadas con ecografía", destaca Villamor. "Sin embargo, esta técnica tiene un precio alto y no se realiza en todos los centros, hay médicos que todavía desconfían, pero estamos yendo a congresos, compartiendo estos resultados y dando formación para que cambie la situación".
García-Germán recuerda que estas infiltraciones, aunque son buenas, sólo se pueden administrar en los mejores casos: "Los jóvenes tienen más posibilidades de padecer una ruptura traumática —y, además, en un 40% o un 50% de los casos va acompañada también de la rotura del ligamento cruzado anterior— tienen menos posibilidades de poder beneficiarse de estos tratamientos y necesitar una cirugía". En el caso de necesitar una cirugía, se observan varias posibilidades: a algunos pacientes es posible coserles las partes rotas del menisco, a otros hay que quitarles un trozo, hay a quien se lo quitan entero —aunque se intenta evitar— y a quien le hacen un trasplante de este tejido.
Lo ideal es conseguir suturar —o coser— los trozos del menisco que se han roto, pero no siempre se puede y, para ello, hay que observar en el quirófano. "Entre uno y dos tercios del menisco tiene vasos sanguíneos y si la rotura se ha producido en esta parte, es más fácil que el tejido cicatrice con la sutura. En cambio, si en la zona de la ruptura no hay riego sanguíneo, probablemente falle", explica el director médico de la clínica IQtra. En estos casos se realiza una resección de la parte rota —es decir,se retira el trozo de menisco afectado— y, si esta parte es muy grande, se puede trasplantar el menisco de un cadáver.
Cuidar del menisco
Los pacientes a quienes se les retira parte o, directamente, todo el menisco cuando se ha roto tienen un postoperatorio muy bueno. Enseguida dejan de sentir dolor e, incluso, pueden volver a hacer vida normal al poco tiempo. Ahora bien, la rodilla sin menisco está expuesta a un riesgo mucho más elevado de sufrir artrosis y lesiones, advierten los dos expertos. "He visto pacientes sin meniscos encantados tras quitarse el menisco y volver a los cinco años con la rodilla artrósica", recuerda Villamor. Mientras que los pacientes que han recibido el tratamiento conservador pueden hacer vida normal al poco tiempo, algunos de los que han recibido una cirugía deben reconsiderar el grado de actividad física que realizan.
Los deportes más lesivos para el menisco son el fútbol, el tenis, el pádel y el esquí, porque en ellos se realizan cambios de dirección que pueden provocar una torsión agresiva de la rodilla. En cambio, la bicicleta o la natación pueden ser muy beneficiosos para la rodilla. Pero, ¿existe alguna recomendación que podamos llevar a cabo para prevenir la rotura de menisco? En realidad, pocas. "Sobre todo, en los jóvenes es muy difícil prevenir una rotura de menisco porque se dan de una manera imprevista y violenta", recuerda García-Germán. En cambio, Villamor indica algunas para los pacientes más mayores.
"Algunas personas mayores advierten que al levantarse de la cama o de la silla tras haber estado comiendo un dolor en la rodilla o, incluso, cuando se bajan del coche", destaca el traumatólogo. "Si estas personas acuden a un experto y se observa que es un problema en el menisco, tiene fácil solución. Si esperan mucho, se puede romper". Básicamente, Villamor recomienda que adaptemos nuestra actividad física a nuestras necesidades reales y, especialmente, cuando nos hacemos mayores. Debemos calibrar la intensidad, el tipo de deporte que hacemos y respetar los descansos: "Cuando ya somos mayores no podemos ser triatletas".