Con la bajada de las temperaturas se incrementa el número de personas que sufren más achaques en los huesos. Es por este motivo por el que una detección precoz puede servir para abordar a tiempo enfermedades reumáticas como la artrosis, que afecta a más de 5,5 millones de habitantes en España, según el informe de la Sociedad Española de Reumatología (SER), unos 500 millones en todo el mundo.
Las dos más predominantes son la lumbar, que afecta al 15,52% de los pacientes con artrosis, seguida muy de cerca de la que afecta a las rodillas. De hecho, se trata del segundo motivo por el que más pacientes acuden a la atención primaria y supone la mitad de las consultas del aparato locomotor. Con una prevalencia del 10% de la población en España, es —junto con la artritis y la osteoporosis— una de las patologías del aparato locomotor más comunes.
La artrosis se suele localizar en la columna cervical y lumbar, así como en algunas articulaciones del hombro y de los dedos de las manos. También puede afectar a la cadera, la rodilla y la articulación del comienzo del dedo gordo del pie. Esta enfermedad reumática lesiona el cartílago articular, que se forma por la unión de los extremos óseos que están recubiertos por el propio cartílago.
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La artrosis tiene un componente de riesgo genético, pero no se considera una enfermedad reumática hereditaria. Sin embargo, no es este el único factor de riesgo, pues la edad también se encuentra entre uno de ellos. Así, hay estudios que revelan que más del 70% de los mayores de 50 años tiene indicios de artrosis, como apunta la Fundación Española de Reumatología (FER). A partir de esta edad el porcentaje aumenta hasta el 100% y es más frecuente encontrarla en mujeres que en hombres.
Causa de muerte prematura
Hay que tener en cuenta que no se trata de una enfermedad mortal, aunque investigadores del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han alertado de los problemas que pueden ir más allá de los generados por la propia artrosis. Así, la agencia nacional de salud pública de Estados Unidos también ha reconocido que las personas con artrosis tienen un 11% más de riesgo de muerte prematura que aquellas que no padecen la enfermedad.
Aún así, los médicos no consideran la artrosis como una enfermedad potencialmente mortal. Aunque esto no signifique que un importante número de pacientes puede morir a consecuencia de alguna patología favorecida por la falta de ejercicio. Y es que si algo caracteriza al paciente de esta enfermedad es la dificultad para realizar actividad física.
Los investigadores de la CDC también recomiendan "caminar de forma regular", pues han encontrado una asociación más fuerte entre la artrosis y la muerte prematura en aquellas personas que no se ejercitaban de forma diaria. En este sentido, el doctor Ángel Villamor aseguraba en una entrevista a EL ESPAÑOL que se estaba "avanzando de modo muy importante" en una enfermedad en la que ha de "hacerse aún más hincapié" pese a que "la longevidad de las articulaciones es cada vez mayor".
Síntomas tempranos
Al tratarse de la artrosis, lo más seguro es que el principal síntoma que se nos viene a la cabeza es el dolor en las articulaciones. Y sin duda lo es, pero debemos conocer de qué forma se presentan. Por un lado, después de hacer ejercicio físico es posible que aparezcan este tipo de dolores, mientras que, por otro lado, al estar un rato sentado puede provocarse este dolor que suele desaparecer al volver a la actividad.
Por esto también desarrolla su gravedad por la mañana e incrementa su dolor conforme pasan las horas. Sentir crujidos en las articulaciones —conocidos por los expertos como crepitación— es tambien uno de los síntomas tempranos que nos haría indicar que el cartílago se está deteriorando. Esto sucede porque existe un desgaste que hace que un hueso roce con otro.
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Quizás suene familiar el hecho de que alguien comente el mal tiempo que se avecina a raíz de los dolores que tiene en un su cuerpo. No hay evidencia científica al respecto, pero existen algunas investigaciones como esta del Hospital Universitario Thomas Jefferson de Filadelfia (Estados Unidos) en la que demuestran que uno de los factores que puede hacer fluctuar los dolores articulares son las condiciones atmosféricas.
Otra señal que nos puede estar mandando el cuerpo es la deformidad de las articulaciones. Además, una de las más evidentes de esta enfermedad reumática es la limitación a la hora de realizar ciertos movimientos como, por ejemplo, no poder arrodillarse.
Factores de riesgo
La aparición de dolores extraños o crujidos en los huesos puede indicar un principio de artrosis. Sí que es cierto que este dolor debería ser más preocupante en las personas mayores de 50 años, pero también existen otros factores de riesgo de esta enfermedad.
Aunque pueda parecer contradictorio, uno de ellos es la práctica excesiva de deporte. Algún problema en la estructura de la columna provoca que las articulaciones se desgasten antes de tiempo. Lo mismo sucede cuando se tiene una cadera más alta que la otra, una cuestión que es muy habitual pese a su desconocimiento general.
Para este tipo de casos uno de los tratamientos que puede aplicarse es la artroplastia, conocida comúnmente como prótesis. Se trata de la cirugía con la cual se sustituye una articulación dañada por una articulación artificial. De hecho, la artrosis es la causa más habitual para el reemplazo articular. La mayoría de los pacientes son capaces de volver a tener una vida diaria normal a los meses de la operación, teniendo una tasa de supervivencia del implante de aproximadamente entre 10 y 15 años.