Jorge Javier Vázquez ha compartido una imagen suya en silla de ruedas tras haber sufrido mal de altura. A diferencia de ocasiones anteriores, esta vez el rostro estrella de Mediaset se encontraba de vacaciones en Perú cuando sufrió este infortunio, por lo que tuvo que ser ingresado en un hospital andino durante dos días. Aunque ya se encuentre estable, las redes continúan hablando de la causa que ha llevado al presentador a esta grave situación. Pero ¿realmente sabemos qué es el mal de altura?
Como su propio nombre indica, el mal de altura se produce a medida que aumenta la altitud y, por consiguiente, hay menos oxígeno disponible. Por ejemplo, en el caso de Madrid, el intervalo oscila entre los 580 y los 750 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, uno de los lugares más visitados en Perú, como es el Santuario Histórico de Machu Picchu, alcanza casi los 2.500 m. De hecho, esta es la cifra a la que el 20% de las personas sufren alguna forma de mal de altura, un porcentaje que se duplica cuando se asciende hasta los 3.000 metros, según el Manual MSD.
Al contrario de lo que solemos pensar, en estos casos la concentración de oxígeno continua siendo la misma. Lo que ocurre es que, a medida que ascendemos, la presión atmosférica y la presión parcial de oxígeno disminuyen en el aire que respiramos. Ahora bien, ¿a todo el mundo le afecta por igual?
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La respuesta, sin duda, es no, pues quien viva a nivel del mar o a una altitud muy baja —que se considera por debajo de los 900 metros— cuenta con un mayor riesgo. Además, si la subida se realiza demasiado rápido, lo más probable es que se produzca un mal de altura. Este trastorno, en los casos más graves, puede llegar a provocar la muerte.
Al igual que si se duerme en lugares que tienen un porcentaje de oxígeno en el aire que permanece constante, como sucede cuando la altitud es muy alta. También es necesario desmitificar algunas ideas acerca del mal de altura, ya que una buena forma física no protege contra este tipo de problemas. Tampoco se ha demostrado que el asma ni el embarazo aumenten los factores de riesgo.
Cuáles son las consecuencias
Cuando alguien termina de escalar y no presenta síntomas como la pérdida de apetito, náuseas o vómitos, se equivoca si piensa que no va a tener un mal de altura. Y es que los síntomas se suelen manifestar entre las seis y las diez horas pasado el ascenso. Aun así, se debe estar alerta, ya que en el caso del edema pulmonar de las alturas —que es la afección que ha sufrido Jorge Javier— no se presentan síntomas de mal de altura y es la culpable de la mayoría de muertes por esta causa.
Es por este motivo por el que resulta esencial acudir a un médico, que es capaz de escuchar el ruido del líquido en los pulmones a través del fonendoscopio. Una vez se ha diagnosticado, el tratamiento comienza con algunos fármacos como el paracetamol o la acetazolamida, que puede ayudar a prevenir este mal de altura y sobre todo con menos efectos secundarios que otras alternativas como la dexametasona.
Sin embargo, hay ocasiones en las que los medicamentos no consiguen ser la solución definitiva. Es el caso del propio Vázquez, que tuvo que someterse a "cuatro sesiones de cámara hiperbárica para que desapareciera el edema pulmonar". Quizás el nombre de "cámara hiperbárica" recuerde al exjugador del Real Madrid, Raúl González Blanco, quien fuese noticia por dormir en una cámara que ya entonces resultaba futurista. Su legado lo siguieron otros futbolistas y famosos, que han invertido miles de euros en estas cámaras de ventilación continua con las que se administra oxígeno puro.
De esta manera, el oxígeno llega a todos nuestros tejidos tanto centrales como periféricos mejorando así la circulación. Su capacidad de recuperación es tal que el cuerpo incrementa hasta 22 veces la cantidad de oxígeno que trasporta la sangre en una ocasión normal. Aunque la cámara hiperbárica no solo ayuda cuando se trata de un mal de altura, pues también sirve para el proceso de cicatrización en lesiones de ligamentos, tendones y músculos.
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Quienes viven en altitudes superiores a unos 3.000 metros, como es el caso de las montañas de los Andes, sufren la enfermedad crónica de montaña o enfermedad de Monge. En las personas afectadas, el cuerpo compensa la falta de oxígeno produciendo un exceso de glóbulos rojos. Estos eritrocitos extras hacen que la sangre sea tan espesa que al corazón le puede resultar difícil bombear la sangre suficiente a todos los órganos del cuerpo.
La extracción periódica de sangre, que se conoce como flebotomía, puede llegar a producir un alivio temporal. Aunque, sin duda, el tratamiento más eficaz siempre será el de descender de altitud.