¿Es preferible usar cepillos dentales o cepillos eléctricos? ¿Limpia los dientes comerse una manzana después de las comidas? ¿Blanquean las pastas de dientes a base de carbón? La salud bucodental es imprescindible para disfrutar de una buena salud general. Sin embargo, existen falsas creencias muy arraigadas en la sociedad que confunden a quienes intentan preservar su salud oral.
Así pues, hemos decidido analizar a continuación algunas de las más frecuentes para ver lo que tienen de mito o de verdad.
Una de las más populares es que la erupción de las muelas del juicio causa el apiñamiento del resto de los dientes. Pues bien, una de las mayores preocupaciones que surgen con la erupción de los cordales (coloquialmente llamadas muelas del juicio) es si harán que el resto de la dentadura se tuerza y se apiñe.
Muelas del juicio
Antes de nada, hay que tener claro que la terapia adecuada para el apiñamiento dental varía según la magnitud del problema. Aunque a día de hoy sigue siendo un tema bastante controvertido y estudiado, se acepta que la estabilidad y alineamiento de los dientes es variable y, en gran parte, impredecible.
En cada paciente el apiñamiento puede ser provocado por una etiología diferente, como por ejemplo la edad, la maloclusión, el perímetro de las placas dentales o del arco, factores periodontales y gingivales o incluso después de haberse corregido con ortodoncia.
Empastes de amalgama
Aunque las amalgamas dentales (conocidas popularmente como empastes) se han utilizado durante casi dos siglos, su seguridad nunca ha sido probada por ninguna agencia reguladora, aunque sí se ha determinado por organismos nacionales e internacionales como segura.
Hay que destacar que los empastes de amalgama o metálicos están compuestos por distintos metales: mercurio, plata, estaño y cobre. El mercurio, que supone más de la mitad, ha sido identificado como uno de los materiales no radioactivos más tóxicos que existen.
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Una revisión realizada en 2012 concluía que los empastes no implican ningún riesgo sobre la salud a excepción de alguna reacción alérgica.
Sin embargo, otra revisión más reciente expone que la liberación constante de mercurio, aunque sea en pequeñas cantidades a partir de la amalgama, y su presencia en la saliva, así como el consumo añadido de pescados y mariscos contaminados, constituyen una exacerbada y grave carga para los humanos.
Por otro lado, algunos estudios retrospectivos alertan de una posible causalidad entre las amalgamas dentales con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y el párkinson y la esclerosis múltiple.
Por lo tanto, tampoco se puede llegar a un consenso claro a la hora de dar una respuesta, mas allá de que Naciones Unidas ha establecido el principio de precaución como un medio para hacer frente a la incertidumbre en cuestiones científicas. Es la manera, entienden, de prevenir potencialmente daños a las personas o al medio ambiente antes de que se conozcan todos los hechos necesarios. Por su parte, ciertos países europeos han actuado de acuerdo a este principio recomendando su no uso en embarazadas.
¿Eléctrico o manual?
El cepillado es la base de un buen cuidado bucodental y de la prevención de la mayor parte de enfermedades que pueden afectar a la boca. Multitud de estudios confirman que el cepillo eléctrico es más eficaz que el manual en lo que respecta a una mejor eliminación de la placa.
Lo que acaba desequilibrando la balanza es, básicamente, la cantidad de ventajas que tiene un buen cepillo dental eléctrico: más eficaz contra la placa dental gracias a su acción automática constante y homogénea, más sencillo de usar para personas con movilidad reducida o discapacidad intelectual, permite un cepillado más delicado y preciso, ya que a menudo presenta sensores de presión que avisan si ésta es excesiva.
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Además, es más atractivo, especialmente para niños, aumentado así la integración de hábitos saludables —también en adolescentes que puedan llevar ortodoncia—; consta de temporizadores que aumentan el tiempo de cepillado de cada zona y genera menos residuos, ya que hay una reducción de la frecuencia de reemplazo del cabezal del cepillo eléctrico respecto a un cepillo convencional.
Pastas de carbón
Los productos para el cuidado bucal a base de carbón han ganado popularidad en los últimos años, sobre todo a través de los anuncios publicitarios sobre sus poderes como blanqueador. Sin embargo, estudios recientes indican que el cepillado con pastas de dientes blanqueadoras a base de carbón vegetal y una pasta de dientes fluorada normal presentan efectos similares en el color del esmalte.
El mito de la manzana
En ocasiones, la falta de tiempo o la pereza impiden que nos cepillemos los dientes después de comer. Tradicionalmente se ha defendido que terminar una comida con un alimento duro o una fruta es un medio para prevenir enfermedades orales, como la caries y la enfermedad periodontal.
Según una revisión reciente, una manzana no elimina la placa dental e, incluso, puede favorecer el recrecimiento de la placa durante las primeras 24 horas. Sin embargo, sí produce una reducción inmediata de la viabilidad bacteriana salival similar a la que se produce después del cepillado de dientes.
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rofesor asociado en grado de Fisioterapia, profesor de Ciclos Formativos de Grado Superior en Higiene Bucodental y doctorando en curas integrales y salud en la Universitat de Lleida.*Este artículo fue escrito con la especial colaboración y edición de Laura Angrill Solé, odontóloga por la Universidad de Barcelona y profesora especialista en Ciclo Formativo de Grado Superior en Higiene Bucodental en el Instituto de Enseñanza Secundaria La Segarra de Cervera.
**Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.