Las pantallas tienen cada vez un peso más importante en nuestro día a día. Las observamos desde el momento en el que abrimos el ojo por la mañana y estiramos el brazo para apagar la alarma de nuestro móvil. Un vistazo a las redes sociales en el transporte público mientras vamos al trabajo y ahí muchos pasamos ocho horas con los ojos en el ordenador. Para acabar el día, un poco de Netflix, dormir y vuelta a empezar. Esto, que hace algo más de una década en España podía ser impensable, es nuestra realidad actual.
Tanto tiempo pasamos a su lado que surge la duda: ¿es malo para nuestros ojos estar mirando continuamente a una de estas? Probablemente, uno de los lugares de referencia en los que revisamos nuestra vista son las ópticas. Si has comprado en los últimos años en una de estas es posible que te hayan endiñado un filtro azul para tus gafas o, directamente, unas gafas sin graduar con uno de estos. Concretamente, estos filtros están pensados para reducir el espectro de la luz LED y, de esta manera, evitar la fatiga ocular.
Ahora bien, si preguntamos a la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), nos dirán que los beneficios de estas gafas no tienen ninguna evidencia científica. "Hasta el momento, estas investigaciones no demuestran que la luz azul que desprende el uso cotidiano de las pantallas sea perjudicial. Los resultados alarmistas de otros estudios hoy en día no pueden ser tomados como recomendaciones reales", explican en su página web. La luz azul, de hecho, no es exclusiva de estos dispositivos; la mayor fuente de ésta es, de hecho, el sol.
Gafas para pantallas
Es decir, que antes de la aparición de móviles, tablets, portátiles y cualquier dispositivo, el ser humano ya recibía durante el día ingentes cantidades de luz azul a través de sus ojos. De hecho, en los últimos años se han realizado varias investigaciones científicas acerca del potencial de estas lentes para combatir la fatiga ocular. Una investigación de hasta 51 artículos sobre este tema realizada por Cochrane se propuso determinar si las lentes intraoculares con filtro para la luz azul brindaban protección al fondo del ojo.
Las lentes intraoculares son aquellas que se implantan en los pacientes que han sido operados de cataratas cuando la natural se ha vuelto opaca. Elegir una lente intraocular con filtro azul serviría, en teoría, para reducir el daño en la mácula del ojo, que se dice que es afectada por este tipo de luz. Sin embargo, Cochrane advierte que no ha encontrado diferencias a corto plazo en el uso de una lente con filtro y otra sin él para el desarrollo de la degeneración macular senil.
Además, el tuitero Ignacio Palomo ha compartido en un hilo en la red social varios de estos estudios recientes que han publicado en revistas científicas como American Journal of Ophthalmology, Seminars of Ophthalmology y Ophthalmic and Physiological Optics. Todas estas con conclusiones similares: las gafas con filtros para la luz azul tienen poca evidencia de calidad como un producto beneficioso para prevenir la degeneración macular o para reducir la fatiga ocular.
También para dormir
Por lo tanto, los estudios científicos apuntan a que el filtro azul es un complemento prescindible para nuestras gafas. Los filtros a las luces azules también se suelen plantear como una opción para mejorar el sueño nocturno: se ha observado que la exposición a las luces LED es especialmente contraproducente en la segregación de melatonina. Esta hormona es la que se encarga de mandar el mensaje al cuerpo de que ha llegado la hora de dormir y, por tanto, si su liberación se retrasa puede ser difícil conciliar el sueño.
Muchos dispositivos ya incorporan la opción night shift que vuelve los colores de la pantalla más cálidos a fin de no impactar de la misma manera en nuestros ritmos circadianos. De todas formas, las gafas con filtro azul no aportaron mejores resultados en el sueño de las personas que las usan frente a las que no en los estudios anteriormente citados. Este estudio publicado en Sleep health en el año 2021 tampoco observó efectos positivos en el sueño que se pudieran atribuir a la función night shift de los móviles.
De todas formas, la fatiga ocular es un problema real para las personas que trabajan con ordenadores durante todo el día. No tanto por la luz en sí misma de la pantalla, sino porque esta provoca que parpadeemos menos y se seque el ojo, además de centrar la vista demasiado tiempo en el mismo punto. Por esta razón, se recomienda descansar la vista de manera habitual cuando trabajemos frente al ordenador. En cuanto a los efectos de la luz en el sueño, se recomienda que no utilicemos dispositivos LED durante las últimas horas del día e, incluso, que las luces que encendamos en casa a estas horas sea tenue.