David Bennet, el primer hombre en recibir un trasplante de corazón de cerdo, de 57 años, ha muerto dos meses después de someterse a la innovadora operación, según ha anunciado a través de un comunicado el Centro Médico de la Universidad de Maryland, donde se realizó la cirugía.
Por el momento, los médicos no han confirmado cuál ha sido la causa exacta del fallecimiento ni si, como era de esperar, su organismo ha acabado rechazando el órgano del animal. Sí advirtieron de que su salud había comenzado a deteriorarse varios días antes. Bennet tenía una envermedad cardíaca muy grave y había decidido someterse a la operación experimental como última esperanza, después de que varios hospitales descartasen la posibilidad de hacerle un trasplante convencional.
"Era morir o hacer este trasplante. Quiero vivir. Sé que es un tiro en la oscuridad, pero es mi última opción", dijo el paciente días antes de la intervención quirúrgica. David Bennet Jr, hijo del paciente, ha mostrado su agradecimiento al equipo médico. "Estamos agradecidos por cada momento innovador, cada sueño loco, cada noche de insomnio que se dedicó a este esfuerzo histórico", relata en el comunicado emitido por la institución. "Esperamos que esta historia abra una puerta a la esperanza y no sea final".
La Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos autorizó en vísperas de Año Nuevo la operación de Bennet, quien estaba postrado en cama desde hacía meses y que fue informado de los riesgos de la operación, al tratarse de una técnica todavía experimental.
Tal y como explicó Rafael Matesanz, fundador de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) en declaraciones a EL ESPAÑOL, la utilización de órganos de cerdo para realizar trasplantes es "algo relativamente viejo" cuyos primeros intentos se remontan a la década de los 90. Sin embargo, aquellas primeras intervenciones no funcionaron debido a que los órganos trasplantados eran rechazados.
"Ahora, lo que ha hecho reverdecer todas estas técnicas han sido tecnologías de manipulación genética modernas como el CRISPR. Esto ha permitido introducir una serie de modificaciones genéticas en los cerdos que les hacen, de alguna manera, más parecidos a la especie humana", añadía Matesanz.
En el trasplante de riñón que se hizo en octubre del año pasado se realizó una manipulación genética con el objetivo de evitar un polisacarido que es el responsable de los rechazos hiperagudos. "Esto había sido aprobado por la FDA (la Agencia de Medicamentos norteamericana). En este caso, no sólo ha existido esta manipulación, sino que han realizado nueve más. Ha habido 10 manipulaciones genéticas en el corazón que se ha trasplantado y ha sido un órgano, por decirlo de alguna manera, mucho más elaborado", confirmaba el experto.
Matesanz ya advirtió a este mismo medio que la prueba de fuego de la innovadora intervención llegaría después de que el paciente fuese desconectado. "Para mí, salir bien sería que el corazón funcionase al menos durante unos meses", dijo el médico. Ahora los investigadores deberán afanarse en descubrir cuáles han sido las causas reales de la muerte. En cualquier caso, que el corazón de cerdo no fuese rechazado de inmediato y siguiera funcionando durante casi dos meses puede considerarse realmente un éxito.