En pleno año 2021, las vacunas son el tema del momento tanto en España como en el resto del mundo: la pandemia COVID-19 sigue siendo noticia, pero se espera que por poco tiempo. Sin embargo, no es la única prioridad en salud pública, destacando entre todas ellas ese conjunto heterogéneo de enfermedades conocido como cáncer.
Y es que ahora, según ha revelado un ensayo clínico presentado en la Reunión Anual de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer (AACR) -en formato virtual durante este año 2021- ya se habría logrado desarrollar una vacuna personalizada contra el cáncer.
La vacuna, que ha sido desarrollada en colaboración con la plataforma computacional del prestigioso hospital Mount Sinai, no ha planteado problemas de seguridad, pero sí un beneficio potencial contra diversos tipos de cáncer, incluyendo los de pulmón y vejiga, conocidos por su alto riesgo de recurrencia.
Actualmente la inmunoterapia ha revolucionado los tratamientos contra el cáncer, pero la mayoría de los pacientes tratados no experimentan una respuesta clínica significativa, según comenta Thomas Marron, MD, PhD, subdirector de ensayos de inmunoterapia y de fase temprana en el Tisch Cancer Institute, Profesor Asistente de Hematología y Oncología Médica en la Facultad de Medicina Icahn del Mount Sinai, y autor principal del estudio.
Sin embargo, las vacunas contra el cáncer pueden dar lugar a un aprendizaje y un reconocimiento por parte del sistema inmune, logrando que puedan prevenir las recurrencias del cáncer. Además, las vacunas contendrían un adyuvante que maximizaría la eficacia del sistema inmune.
Para lograr desarrollar este tipo de vacuna, el Dr. Marron y sus colegas secuenciaron el ADN del tumor, la línea germinal del mismo y el ARN tumoral de cada paciente. Además, identificaron el objetivo específico del tumor para ayudar a predecir si el sistema inmune del paciente reconocería los objetivos de la vacuna.
Por su parte, la plataforma computacional de Mount Sinai, conocida como OpenVax, habría permitido a los investigadores identificar y priorizar dianas inmunogénicas para sintetizar y desarrollar la vacuna.
Durante el estudio, tras cualquier tratamiento estándar, ya fuese cirugía en el caso de los tumores sólidos o trasplante de médula ósea en el mieloma múltiple, los pacientes recibieron 10 dosis de vacunas personalizadas durante un periodo de seis meses.
Cada vacuna se administró con el inmunoestimulante, o adyuvante, poli-ICLC, que es un "ARN sintético, estabilizado, de doble hebra, capaz de activar múltiples receptores inmunes innatos", como explica Nina Bhawdwaj, directora del Programa de Inmunoterapia y la Cátedra Ward-Coleman de Investigación del Cáncer en el Tish Cancer Institute, y coautora del estudio.
Nuevas vacunas contra el cáncer
Según Bhawdwaj, la mayoría de las vacunas personalizadas contra el cáncer se administran en un entorno metastásico, pero en anteriores investigaciones se ha objetivado que las inmunoterapias tienden a ser más efectivas en pacientes con menor propagación del cáncer.
Por tanto, pensaron desarrollar una vacuna con "neoantígenos" que se administra después de una terapia adyuvante previa (como la mencionada cirugía), momento en el cual los pacientes sufrirían una enfermedad mínima, microscópica, y por tanto en un entorno ideal para las vacunas y su potencial.
Previamente a la vacuna, los participantes del ensayo clínico tenían una alta probabilidad de recurrencia. Trece de ellos recibieron la vacuna personalizada: 10 de ellos sufrían tumores sólidos y 3 sufrían un mieloma múltiple.
Tras un seguimiento de 880 días de media, cuatro de los pacientes seguían sin evidencias de recurrencia, otros cuatro pacientes seguían recibiendo lineas posteriores de tratamiento, cuatro más fallecieron, y uno decidió no continuar con el ensayo. Aún así, la vacuna fue bien tolerada, con apenas un tercio de pacientes con reacciones leves a la misma (como molestias en el lugar de la inyección).
Para finalizar, cabe recordar que se trata de un ensayo clínico de fase 1, cuyo objetivo esencial es determinar la seguridad de un tratamiento experimental, como fue el caso. Aún así, se objetivaron beneficios tempranos de la vacuna tras realizar análisis sanguíneos a los pacientes tratados, algo que no deja de ser un buen resultado asociado.